EUPHORIA - JEON JUNGKOOK [MONOCHROME THREE]

022

Su-mi puso su código en la puerta, tomando a su novio de la mano para guiarlo en medio de la oscuridad, aún así logró tropezarse con una de las mesas.

—Shh —soltó ella.

—Shh —le respondió, bajando una mano por su espalda provocativamente.

—Espera —susurró.

Ya en la habitación de la chica, cerró la puerta con cuidado de no producir ningún ruido.

Encendió la luz, sintiendo las manos traviesas de su novio en todas partes, deshaciéndose del cierre de su vestido una vez más.

—Ups —susurró —Tienes que ponerte ropa cómoda ¿No? El vestido... es algo ajustado —lo bajó, mirando su figura embobado —Eres tan hermosa, Kim Su-mi —pasó una mano por su pecho, pellizcando uno de sus pezones sobre la fina tela, sintiendo como se endurecía, admirando como se veía —¿Te gusta esto?

—Sí —musitó, Jungkook comenzó a masajearla, mientras bajaba sus labios por su cuello. La chica soltó un leve gemido —Justo así, Kook.

Se decidió a quitarle el brasier, bajando sus besos húmedos, pasando por sus senos y luego su abdomen, dejándole un chupón similar al que ella le había dejado.

—Ah —soltó ella.

—¿Puedo... devolverte el favor ahora? —preguntó, su respiración entrecortada delatando su deseo, a pesar del riesgo de estar ahí, parecía volver todo aún más excitante.

—Sí —gimoteó —Por favor.

—Acuéstate para mi.

—Okey —susurró, dándole un corto beso en los labios, para luego acostarse boca arriba, esperando más instrucciones, suspiró sintiendo su cuerpo acalorarse, incluso comenzado a sudar —Jungkook... Jungkook —lloriqueó —¿Por qué no vienes?

Él rió.

—Dime lo mucho que me necesitas —la admiró dominante, su vulnerabilidad lo hacía sentir más caliente, con un problema creciendo en sus pantalones.

—Jungkook —llamó —Te necesito.

—Convénceme.

—Jungkook —se quejó —Por favor —suplicó.

—Ya voy, bonita —rió, posicionándose sobre ella, deslizando la última prenda que llevaba con delicadeza hasta lanzarla al suelo.

Él pasó su nariz por su centro, ella se cubrió la boca antes de poder soltar un gemido, lo que se volvió prácticamente incontrolable al sentir como él relamía su clitoris.

Música para sus oídos, su novia era demasiado sensible y él lo adoraba, sólo había un pequeño problema, donde se encontraban. Su-mi debía controlarse, pero a esas alturas a ninguno parecía importarle.

La chica subió sus caderas, posando sus piernas sobre los hombros de Jungkook, queriendo darle mejor acceso, desesperada, necesitando más, él rió por su desespero, pasando a dejar leves caricias en sus costados, preparándola para sus verdaderas intenciones.

Mientras succionaba su mayor punto de placer, manteniéndola inmersa en la sensación, deslizó un par de dedos por su entrada.

Él levantó la mirada, notando como su espalda se curveaba del placer, dándole aún más profundidad a su tacto.

—Jungkook —gimoteó.

Comenzó a mover sus dedos, doblándolos levemente, queriendo estirarla a su gusto.

Podía sentir y saborear su humedad.

—Mmm —soltó él, apoyando su nariz sobre sus pliegues, el temblor en las piernas de la chica volviéndose presente lo que hizo que él se detuviera súbitamente.

—Jungkook, Jungkook —lloriqueó —No te detengas.

—Siéntate en mi cara —pidió él, acostándose en la cama, Su-mi lo miró confundida por unos segundos, soltando una risa ante la realización.

Se posicionó sobre Jungkook con cuidado, él volviendo a estimular su clitoris al instante, haciendo que ella tuviera que apoyarse de sus manos  para no caer.

La sujetó de las caderas, manteniéndola estática a pesar de su creciente temblor, su respiración se sentía interrumpida pero eso lo hacía sentir aún mejor.

—Jungkook...

Deslizó sus manos hasta apretar su trasero, mientras ella se cubría la boca al sentir como perdía el control. Sus gemidos se incrementaron, ahogados por su propia mano, su cuerpo llenándose de electricidad al alcanzar su orgasmo.

Jungkook estaba deleitado, saboreando sus fluidos, determinado a dejarla limpia, ella gemía por la sobre-estimulación.

—Jungkookie —musitó, él la ayudó a levantar, acostándola y acurrucándose junto a ella.

—Kim Su-mi, eres tan exquisita —respondió con el mismo tono —Y maravillosa... te amo tanto —suspiró aún recuperando la respiración, le había encantado jugar con sus propios sentidos, no se había dado cuenta de lo mucho que le interesaban los juegos de asfixia hasta que Su-mi accidentalmente le cortó la respiración al sentarse sobre él.

—Te amo, Jungkook —respondió ella.

Jeon besó su frente.

—Me quedaré hasta que te duermas.

Su-mi asintió.

—Okey.

—Sabes que no me puedo quedar.

—Lo sé, ash, debería mudarme a mi propio apartamento.

—Podemos hablar de eso al volver del tour.

—¿Nosotros?

—Si —sonrió —Quizás podríamos compartir un apartamento ¿No?

—Jungkook, no te mudas con tu novia de tres meses.

—Eh, tampoco debería acostarme con ella en casa de sus padres, tú y yo no vivimos por las reglas de los demás.

Su-mi rio.

—Aprende a no tener la razón.

—Noona —sonrió —Aprende a sederme un poco de control ¿Umm? Como hace rato.

—Sólo un poco —bostezo, él besó su frente.

—Descansa, te pasaré buscando por la mañana.

—Umm, okey —respondió adormilada.

Jungkook no quería irse, tuvo que usar toda su fuerza para levantarse de la cama, no sin antes asegurarse de que estuviera bien cubierta con sus mantas, dejando algunos peluches a su alcance.

Besó sus labios una vez para luego salir, atento, tratando de no golpear nada como en su entrada.

Una puerta rechinó, Jungkook se sobresaltó mirando al origen.

—¿Hyung? —cuestionó Seonwoo.

—Ah, Seonwooyah, hola.

—¿Qué hace aquí?

—Tu hermana, se pasó de tragos en la fiesta, la traje a salvo, pero no sé sentía bien, así que no la interrumpas, está durmiendo.

—Hyung, su camisa está mal puesta.

—¡Ah! Yo también me pase de tragos.

—Puede quedarse en mi habitación si quiere.

—Eres muy amable, Seonwooyah, pero está bien, umm, un auto me espera afuera.

Seonwoo asintió.

—Okey, cuídese mucho.

—Tú igual —aclaró —¿Podrías no decirle a tus padres que me viste?

—No se preocupe.

—Y no molestes a tu hermana.

—No lo haré, no quiero saber la verdadera razón por la que usted está aquí.

—¿Ah?

—Noona no bebe hasta embriagarse.