CAPITULO 30

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AMIGO

•|NARRADOR|•

- Tengo muchas cosas que decirte..- Susurro una vez que sus labios se separaron, tenía que hacerlo antes que sea demasiado tarde.

- Entonces te escucho amor, soy todo oídos - Alastor tomo de forma suave sus manos y le dio un beso en sus nudillos.

- Al, yo hice.. agh.. - la chica se inclino un poco hacia adelante preocupando al demonio quien rápidamente la sostuvo y la sentó en la cama de la habitación.

- ¿Es la herida otra vez? -

La angustia se notaba en la voz de Alastor, rápidamente alzó su blusa destapando en el lugar lastimado, solo había una pequeña cortada pero eso no era lo que preocupo al demonio si no lo que vio en ella.

- No lo veas... E estado usando mi poder para sellarlo - La chica apartó la mano del demonio bajando su blusa por completo, pudo notar como el enojo de Alastor comenzaba a aparecer.

- ¿Desde cuándo?.. - Dijo Alastor intentando mantener la calma y la compostura.

- Desde que llegue al hotel - Apartó la mirada al ver la cara de decepción de alastor- No me mires de esa forma, fue antes de recordarte, no pense que me ibas a curar, tampoco sabía que ser lastimada por mi propia arma me haría tanto daño - Confesó mientras intento tomar la mano de Alastor para después ser aparta por este.

- Mierda ____, Eso explica por qué tienes esa apariencia.. - El demonio tomo las mejillas de la chica, la mirada de miedo y preocupación estaba escrita en esa sonrisa.

- Lo se.. Lo entendí desde que fui apuñalada - La chica soltó una risa amarga.

Y ahora sin apartar las manos, Alastor bajo nuevamente y destapó la blusa de la mujer dejando ver aquella herida ya casi curada pero con pequeñas grietas al rededor de esta.

- Eres una muñeca de porcelana.. - Susurro suavemente el demonio haciendo que la chica riera suavemente para aliviar un poco la atención entre ellos dos.

- Supongo que siempre fui cercana a las muñecas de porcelana en vida.. bueno, más bien en las dos - Mencionó con una sonrisa, sintió algo frío y un pequeño ardor en la herida.

- Alastor no.. - Susurro suavemente intentando detener al venado.

- Eres mía___, eres mi más preciado tesoro y si es necesario te cuidare sin importar las consecuencias... - Aquellas palabras hicieron sonrojar a la mujer, pero estaba más preocupada por el hecho de mezclar ambos poderes.

Sintió como la zona comenzaba a arder haciendo que hiciera una pequeña mueca por la molestia, algo que Alastor noto e intento ser más cuidadoso con su poder, ambos vieron como poco a poco la herida se sellaba por completo.

- ¿Como es posible que tú propia arma te haya dejando tan débil? - Dijo angustiado, si alguien más sabía que esa era su debilidad estaba seguro que no dudarían en atacarla con ella.

- No lo sé, supongo que está hecha de un material raro, fue un regalo de alguien y caí aquí con el - Susurro de forma calmada y dulce mientras recordaba a su amada tía darle un objeto tan preciado a su corta edad.

- Debes de tener cuidado, es mejor que nadie lo sepa o lo usarán en tu contra - Dijo Alastor mientras alejaba su mano de su herida

Aquellas palabras hizo dudar a _____, tenía razón, si reparaba su arma tenía que tener cuidado de que los angeles y sobre todo que el no lo supiera, si lo hace, entonces se acabó.

- Al, yo sé que estás preocupo por mi, lo puedo ver en tus ojos y la forma en la que me miras lo puedo notar... Asi que necesito decirte algo urgente.. - Mencionó la mujer rápidamente tomo sus manos y las entrelazó mientras fruncía el ceño de forma triste.

Dulce Luz,Dulce oscuridad...Y.. ¿Porcelana? [ Alastor Y Tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora