CAPITULO 25

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..YO TE CUIDÓ..


•|NARRADOR|•


Aquel demonio comenzó a desatar de forma sutil su capa, la chica se encontraba sentada en aquella cama de sábanas rojas, prestaba atención ante los movimientos de Alastor.

- No te haré nada - Volvió a repetir el demonio.

- Quien sabe... ¿Y si quedas más enamorado de mi por ver mi sexy cuerpo? - Dijo divertida.

Las mejillas de Alastor se sonrojaron suavemente,sorprendiendo a la chica, jamás espero hacer sonrojar al demonio por su tonto y ridículo comentario.

- No creo que sea capaz de enamorarme más de lo que ya estoy de usted -

Aquel comentario hizo reír de forma suave a la chica para después soltar un pequeño quejido gracias a que justamente ese maldito angel había lastimado su abdomen.

- No se ria - Regaño Alastor mientras dejaba caer la capa detrás de ella.

- Es inevitable.. es la primera vez que lo veo sonrojado, usted tiene su encanto - Halago con una sutil sonrisa.

- Hace poco me estabas gritando molesta que te dejará en paz - Murmuró Alastor.

Comenzaba a desabrochar los botones de la camisa de la chica empezando por la parte baja, un quejido salió de la boca de la chica al sentir el roce de su ropa.

- Empezaré por arriba mejor.. si me disculpa - Hablo sutilmente Alastor mientras dirigía sus manos a los botones de arriba.

- Mientras no hagas nada raro - Contesto ___

- No haré nada raro - Dijo Alastor con un toque de fastidió.

- Estoy jugando.. - Su voz sonaba divertida.

- Tengo una pregunta para usted - Confesó mientras desabrochaba el primer botón evitando el tema que tenían.

-¿Mm?, ¿Alguna pregunta rara, señor Alastor? - Dijo divertida mientras veía como el demonio se detenía en el segundo botón.

- No... - Recalcó - ¿Por que no quiere que la revise? - Siguió desabrochando.

- Bueno, Lástima mi orgullo si soy sincera, no soy de esas personas que está acostumbrada a que otros la cuiden o la protejan.. - dijo sin rodeos.

Miro como el demonio desabrochó el cuarto botón haciendo que se detuviera unos segundos, sus mejillas estaban rojas sutilmente pero rojas, causándole ternura y una cierta sensación a la chica de querer molestarlo.

- Lindas, ¿No? - Dijo divertida.

Alastor se sonrojo más al ver que fue atrapado observando el escote de la mujer, maldijo internamente por sus instintos lujuriosos.

No lo negaba, la chica era hermosa en rostro, pero era alguien discreta y calmada, alguien que le encantaba guardar lo suyo para ella misma, pudo escuchar la sutil y suave risa entre dientes de la chica.

No era la primera vez que trataba a una mujer, claro que no, lo había hecho varias veces en su vida con su dama, pero tenía años por no exagerar que no tocaba a ninguna mujer ya que siempre considero que el dueño de sus propias manos o cualquier parte de su cuerpo era su amada pareja.

Dulce Luz,Dulce oscuridad...Y.. ¿Porcelana? [ Alastor Y Tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora