Capítulo 26

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Intentaba calmarse al oír el sonido de las aves que volaban libremente en el cielo. Intentaba hacerlo al oír el suave sonido que producía el agua al correr y golpear las piedras que se hallaban en su camino.

No quería que su esposo lo vea de mala manera, porque aún nada era seguro.
Quizás si debió pensar mejor en la propuesta del duque. Quizás debió asegurarse bien de que era capaz de ser el omega que el ducado necesitaba para obtener un próximo heredero, aún así ¿Qué le garantizaba que él podría darle familia a Naruto?

Ciertamente, con los avances que se obtienen lentamente en la medicina, no podría haber asegurado su fertilidad si el duque se lo pedía. Es por dicha situación que había salido a la luz su inquietud con respecto al tema en aquella cita.

Sin embargo, sabía que el consejo, pronto comenzarían a exigirle un heredero a su esposo si es que aún no lo hacían. Porque era un hecho que buscarían la manera de asegurar que el ducado continúe con el apellido Uzumaki.

No podía asegurar si su matrimonio terminaría, como tampoco podía asegurar, que tan correcto fue lo que le dijo su médica hace dos días.

Porque solo había comentado que debía ser paciente. Al parecer, era difícil que los omegas estresados pudieran quedar en cinta, pero él podía asegurar que se sentía completamente relajado.

Limpió sus lágrimas una vez más y continuó estirando el hilo que sobresalía de su manga.
Los bordes de la fina tela habían comenzado a abrirse mientras que los hilos que se mantenían unidos, ahora se separaban uno de los otros y caían por encima de su muñeca.

Poco le importaba el recordar que Kakashi le dijo que debía lucir impecable al ser la duquesa, si pasaba vergüenza o no por ello, no se comparaba a lo que sentiría cuando le dijera la verdad a Naruto.

Porque de una u otra forma, su esposo debía saber y a pesar de avergonzarle el decirle que era un omega inservible, la tristeza ocupaba gran parte de su alma.
Desde que Sasuke nació, él estuvo siempre para su hermano menor. Poco tiempo después, entre los cambios de actitud de su madre y los trabajos a los que su padre debía marchar por tiempo indeterminado, comenzó a tener un sentimiento paternal hacia el chico.

Si bien en un inicio no le agradaba del todo el pensar en tener un cachorro propio, le hacía ilusión poder formar una familia junto al alfa al que le pertenecía.
Porque había comenzado a ilusionarse con tener un pequeño que sea mimado por su padre y que lo acompañe en sus tardes de soledad donde Naruto no podía estar presente.

Lejos de la idea simple de darle un heredero a la corona, quería poder formar su familia.
A Sasuke lo sentía como a un hijo propio, aún a su corta edad, por lo que la idea de poder quedar embarazado y poco tiempo después pasear a su hijo en sus brazos, le hacía inmensamente feliz.

Intentaba ser positivo, pero no podía luego de la visita con su médica y a pesar de querer tranquilizar a su corazón con las palabras que su esposo le dijo cuando se conocieron, poco lograba conseguir algo similar.

Los fuertes gritos de una mujer llamaron su atención. Se puso de pie bajo la mirada de los guardias que custodiaban el castillo y lo vigilaban a lo lejos, para adentrarse a su hogar.

Podía oír los gritos de su esposo en la entrada y sus pasos se apresuraron sin siquiera notarlo.

—¡Sigue siendo mi hijo, su alteza!—Se detuvo en la puerta abruptamente al oír la voz de su madre.— ¡Con todo el respeto que se merece, me niego a que me saquen de aquí sin él!

Itachi se asomó por el costado de su esposo. Naruto se encontraba inclinado hacia adelante, como si estuviera listo para saltar hacia la fémina en cualquier segundo.

En las manos del Duque (NaruIta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora