Antes que nada, ya lo he hecho, pero quiero volver a agradecerles a cada un@ por sus saludos y hermosas palabras que me dedicaron el día de mi cumpleaños. Les mando mucho amor y cariño a cada uno de ustedes <3
Tantas emociones lo hacían sentir algo mareado. El alivio, la felicidad, la tristeza, el enojo... Eran demasiados sentires juntos como para experimentarlos a través del lazo que lo unía con su esposo.
Su padre lo miraba preocupado y no le sorprendía. Su médico le había recomendado que fuera Sasuke quien ingresara primero, queriendo evitar que las emociones sean tan fuertes en su estado, por lo que el hecho de encontrarse a un lado de la puerta escuchando los sollozos de su esposo mientras abraza a su hermano menor, solo parecía poner peor al duque.
—¿Por qué no vamos un momento afuera?—Preguntó Minato.
La luz del sol ingresaba por los grandes ventanales. Tan clara y con un ambiente tan tranquilo que no parecía que el cielo se estuviera cayendo la noche anterior.
—Quiero verlo antes.—Susurró molesto. Su cabeza golpeó contra la puerta de madera y un suspiro cansino escapó de sus labios.— Danzo quedará en la miseria. No lo quiero rondando en mis tierras de nuevo.
Minato asintió con comprensión. Bien sabía que aquellas órdenes las daba su rey, pero estaba seguro de que con la información necesaria, poco le importaría al soberano si Danzo no se encontraba en Luxemburgo.
—¿Sigue el mismo destino para Mikoto?—Preguntó en voz baja. No quería que sus hijos estuvieran escuchando lo que le deparaba el destino para ella.
—Si quieren verla, lo cual dudo, ella continuará estando donde está.—Aseguró.— No voy a tener contemplación por nadie que haya lastimado a las personas que son importantes para mi.
Minato lo observó con un brillo de orgullo plasmado en sus pupilas. Sabía lo peligroso que podría llegar a ser su unigénito ante los enemigos y lo que lograba tranquilizarlo, era saber que tenía a su lado a personas importantes, tanto dentro como fuera del consejo.
—El oro que nos fue prestado ya ha sido enviado.—Comentó el omega queriendo cambiar de conversación.
Naruto asintió y cerró sus ojos, concentrándose en el sonido que hacían sus uñas al marcar el suelo de madera en un vano impedimento por ingresar a la habitación.
—Ya, es todo.—Habló poniéndose de pie.
No le importó el reclamo de su padre por el pedido de la médico, no le interesó que Itachi pudiera volver a lastimarlo como lo había hecho, al llegar a sentirlo como una amenaza.
Ingresó a la habitación abriendo la puerta de golpe y lo siguiente que vieron sus ojos, fue a su esposo aproximarse a él a paso rápido.
No encontró una sonrisa en su rostro ni escuchó palabras dulces dándole la bienvenida una vez más, sino que se vio envuelto por los brazos de su omega y siendo apretujado contra su cuerpo.
Naruto no pudo reaccionar de otra forma que no sea rodeando a Itachi en un abrazo, enterrando su nariz en su cuello para olfatear su característico aroma que lograba tranquilizarlo y que tanto había extrañado.
—Muchas gracias.—Susurró el menor acariciando su cabello.— Me has devuelto a mi niño.
El duque se alejó un momento para admirarlo. Sus ojos negros brillaban de felicidad y alivio, su sonrisa temblorosa se mantenía aún cuando las lágrimas no dejaban de caer.
Su cabello se encontraba suelto y algo despeinado, pero poco podía importarle aquello cuando tenía la oportunidad de volver a tenerlo entre sus brazos una vez más.
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En las manos del Duque (NaruIta)
Fiksi PenggemarA punto de cumplirse un año desde que la familia Uchiha llegó a su nuevo hogar, Itachi no lograba encajar entre todos aquellos habitantes. No lograba comunicarse con nadie al no saber su idioma y la insistencia de su madre por contraer matrimonio, l...