Capítulo 9

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Sus ojos se mantenían tan abiertos como le era posible.
La voz del joven hombre de pie frente a él con su libro de páginas amarillentas en mano, sonaba con la suficiente calma como para que sus párpados comenzaran a pesar de un momento a otro e Itachi, admitía que si se lo permitían, le pediría que aparezca en su recámara cada noche hasta el momento de su boda para que le contara cuentos. Podía comprender el porqué a su hermanito le gustaba tanto que él le leyera.

—¿Gusta que hagamos una breve pausa, mi señor?—Itachi parpadeó varias veces antes de asentir.

Eso me...—Entrecerró sus ojos un momento en un intento por buscar en su memoria la palabra que quería decirle.— Gustaría.—Respondió con una perfecta pronunciación.

Kakashi asintió con una sonrisa de conformidad y se inclinó cuando el menor se levantó de su lugar y caminó hacia la salida. Podía ver el potencial en el jovencito de cabellos negros y a pesar de haberlo visto a punto de dormirse encima de la mesa, ponía su atención en la clase y no olvidaba las lecciones.

Apenas se había cumplido una semana desde que el muchacho había llegado al castillo.

Una semana donde había logrado conocer un poco más de su nuevo hogar, las personas que allí habitaban y había podido tener un acercamiento con Naruto.

La simple salida a la que el duque lo había invitado en su corto tiempo libre, había tenido lugar en las orillas del lago e Itachi, había podido ver una nueva parte del castillo mientras sus pies se sumergían en el agua cristalina.

Apenas tuvieron tiempo para finalizar con la merienda que la cocinera del castillo había preparado a pedidos del duque, antes de que Naruto tuviera que volver a sus deberes.
Aún así, le emocionaba poder continuar conociendo cada vez un poco más a su prometido, tanto de su pasado como del futuro que tenía previsto y sus diferentes facetas, como la que en ese momento se había mostrado tan divertido y con ganas de moverse de un lugar a otro como si fuera un niño.

Itachi saludó con un movimiento de cabeza a Tsunade, la cocinera del duque y una de las persona de confianza, recibiendo una de las tan acostumbradas reverencias que le hacían hacia su persona al ingresar a una habitación. Tomó una rebanada de pan con un trozo de queso que la mujer le extendió en su dirección y salió hacia el patio trasero llevando el alimento a su boca.

Aún le costaba demasiado el acostumbrarse a vivir en aquel lugar y es que, apenas si habían pasado unos cuantos días desde su llegada. Era todo nuevo para él y si bien lo habían educado tan similar a como se educaba al supremo de su país natal, era solo en cuestión de comportamiento.

Y es que, a pesar de la educación "noble" que recibió, bien sabía que en su anterior hogar no podía quedarse sentado con sus brazos cruzados esperando que alguien más hiciera los quehaceres. Por eso mismo, le resultaba complicado no hacer nada más que estudiar, dormir o pasar tiempo con su prometido y el padre del mismo.

Se aburría con facilidad las veces en las que Kakashi le daba un pequeño descanso y Naruto se encontraba revisando sus tareas junto con su padre. Además, si bien las personas que trabajaban en el castillo eran agradables, nadie hablaba japonés y él aún no dominaba completamente sus idiomas.

Extrañaba sentirse acompañado constantemente, pero bien sabía que no quería a cualquier persona allí. Necesitaba estar con su hermano y no había tenido la oportunidad de poder ir a verlo.

De acuerdo a Iruka, sus días y horarios estaban completamente acomodados y era gracias a su maestro, que tenía pequeños momentos de descanso, porque bien sabía que si fuera por el beta, no lo dejaría salir de aquella habitación.

Una joven de cabello castaño se acercó a él en cuanto lo visualizó.

¿Cómo se encuentra, mi señor? —Preguntó con una amable sonrisa. Itachi respondió devolviendo el gesto y asintió con su cabeza en respuesta.— ¿Gusta que lo acompañe?

En las manos del Duque (NaruIta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora