Hebreos 12:1-3

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Devocional: Hebreos 12:3

"Consideren, pues, a Aquel que soportó tal hostilidad de los pecadores contra Él mismo, para que no se cansen ni se desanimen en su corazón"

A lo largo de este estudio hemos podido reflexionar sobre la vida de varios personajes bíblicos que pasaron quebrantamiento, pero que también fueron restaurados por Dios y su misericordia.
Hoy leemos acerca del personaje central de las Escrituras, quien padeció el mayor quebrantamiento, pero venció resucitando con poder.

La lectura de hoy está en Hebreos, un libro que detalla la superioridad de Cristo.

A lo largo de sus capítulos expone Su superioridad a los ángeles, a Moisés, a Josué, a los sacerdotes, a los hombres de fe, a la ley, y es así como en el capítulo 12 inicia con las palabras "Por tanto", quiere decir que debemos prestar atención a lo dicho anteriormente.

Así que, esa nube de testigos descritos en el capítulo 11, son las personas llamadas héroes de la fe que, a pesar de padecer aflicciones, siguieron adelante con la mirada puesta en el Padre celestial. Estos testigos son para nosotras testimonio de fe y perseverancia, de ánimo y estímulo para seguir adelante en medio de los problemas.

Se nos da la instrucción de despojarnos, de quitar todo aquello que nos impide seguir, que nos estorba y no nos deja avanzar en nuestra vida cristiana.
Debemos examinar si hay algún pecado que nos agobia u hostiga para impedirnos el avance en nuestro caminar diario.

¿Pero cómo podemos correr con paciencia nuestro recorrido? Sencillamente como la misma palabra lo dice: "puestos los ojos en Jesús".
Él es "el autor y consumador de la fe", por eso es nuestro ejemplo perfecto y supremo, quien completó el propósito del Padre.

Solo con la mirada fija en Él podremos ser pacientes en medio de las pruebas o circunstancias difíciles.

El versículo 3 nos invita a pensar en Jesús, debemos meditar diariamente en Su vida, muerte, resurrección y gloria. Si nuestros ojos están siempre puestos en Jesús, tendremos mayor fortaleza, y no desmayaremos en nuestra vida espiritual.

Jesús nunca nos prometió una vida sin sufrimientos, al contrario, dijo que tendríamos aflicciones _(Juan 16:33).

Lo que debemos hacer es confiar en Él, porque sólo Él venció toda adversidad. Mientras nuestra mirada, nuestros pensamientos, estén mirando a Jesús, compartiremos su victoria y su paz.

Chica CristianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora