Salmos 73:25-26❤️

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Salmos 73:25-26

“¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti?
Y fuera de ti nada deseo en la tierra.
Mi carne y mi corazón desfallecen;
Mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre.”

Este Salmo comienza hablando sobre algo que todos los hijos de Dios nos hemos planteado alguna vez: ¿Por qué los malvados triunfan y los justos sufren?

Esta es la pregunta que subyace en cada verso del libro de Job.
Esta es la pregunta que Sara debió hacerse cientos de veces al ver que todas las mujeres a su alrededor tenían hijos y ella no.
Y esta es la misma pregunta que tú y yo nos hemos hecho también en ocasiones.

El salmista llega a reconocer que este pensamiento le ha hecho tambalearse en ocasiones:

“En cuanto a mí, casi se deslizaron mis pies;
Por poco resbalaron mis pasos.
Porque tuve envidia de los arrogantes,
Viendo la prosperidad de los impíos.”
*Salmos 73:2-3*

Casi se deslizaron mis pies. ¡Casi!

¿Has estado ahí alguna vez?*
¿Pensando en cómo otras personas son prosperadas,*
son sanadas, tienen* *relaciones que funcionan, gozan de bienes materiales?*
¿Has estado eso alguna vez?*
Tirados en la cama, preguntando,
“¿por qué?” “¿por qué yo?” “¿por qué ahora?”* o, incluso, *“¿por qué no?”

Yo sí. Muchas veces me pregunte eso; Hasta que mi mente y mi corazón reaccionan y la queja y la duda dan paso a la obediencia, a la confianza.

Casi nos deslizamos al apartar la mirada de Cristo y ponerla en lo que tenemos a nuestro alrededor.

La cuestión es: *¿Es verdad que Dios bendice al malvado y hace sufrir al piadoso?* Obviamente, nosotros los hijos de Dios, sabemos que no. Que tenemos un Dios de amor que nos cuida, nos protege y nos ayuda en todo momento y que los momentos malos son, en todo momento, para nuestro bien y su gloria, aunque haya veces que no lo entendamos.

A esa conclusión llega el salmista en los versículos que tenemos hoy como devocional:

*“¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti?*
*Y fuera de ti nada deseo en la tierra.*
*Mi carne y mi corazón desfallecen;*
*Mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre.”.*
*Salmos 73:25-26*

*“¿A quién tengo en el cielo sino a ti?”* Esta es una hermosa expresión de un corazón que anhela a Dios y la eternidad.
Sin importar lo que suceda mientras estemos aquí en la tierra, sin importar cuánto sufrimiento y dolor tengamos que soportar.
La perspectiva de la vida eterna lo cambia todo.

*“Deja a los pecadores tener prosperidad en la tierra. Los hijos de Dios tenemos la gloria eterna, ¿qué más necesitamos? ¿Qué puede compararse con eso?”.*

*“Fuera de ti nada deseo en la tierra.*
*Mi carne y mi corazón desfallecen, pero Dios es la roca de mi corazón y mi porción para siempre, por toda la eternidad.”*

El salmista reconoce tanto su debilidad como la fortaleza de Dios, su carácter, su herencia.

Al final, el salmista vio el valor de poner su confianza en Dios, en el único en el que podemos confiar cuando todo a nuestro alrededor parece derrumbarse.
Cuando las cosas se pongan difíciles, no mires a tu alrededor.
Mira a Cristo, a Dios, a tu Roca, a tu porción y no permitas que tu corazón desfallezca.

Chica CristianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora