CAPITULO 17

8 4 0
                                    

Shirley

Al despertar mire Dean que aún dormía plácidamente, me levanté de la cama y fui a prepararme para el nuevo día, hoy estaría cuidando de él así que quería sorprenderle con un desayuno. Me pegue una ducha lave mi pelo y me sentí renovada, me mire en el espejo y lo mucho que había cambiado desde mi anterior vida, no quedaba ni rastro de mi yo del pasado. Maquille un poco mi rostro puse un poco de labial de tono rojo suave, dejé mi pelo suelto para que secara al aire, me puse unos pantalones negros de pitillo y una camiseta de manga corta con un escote pronunciado que tenía como adorno en el escote unas cuerdas cruzandose. Me dirigí a la cocina y empecé a preparar dos copas de sangre con unas tortitas, puse todo en una bandeja y subí al dormitorio con ello, al abrir la puerta Dean estaba ya despierto e intentaba incorporarse pero le costaba mucho debido a la falta de sangre en su organismo, deje la bandeja en la cómoda y fui a ayudarlo para que se enderezara para poder desayunar. El me miró todo el rato sin saber que decir, abría y cerraba la boca como un pez, era tan gracioso.

- Cariño.... siento mu..- lo interrumpi antes de que dijera nada más, lo mire a los ojos y acaricié su mejilla con mi pulgar,- no es necesario que te disculpes conmigo, no te esperabas aquel ataque y menos de uno de tus cadetes, pero solo quiero saber una cosa- tome una bocanada de aire grande,- ¿te acostaste con ella en algún momento, o hay algo que deba saber?- pregunte mientras lo miraba a los ojos esperando no escuchar lo que me temía.
- NO... nunca me acosté con ella...no sé porqué dijo eso la verdad, se que me e acostado con mujeres a lo largo de estos años, no soy de piedra pero te juro que desde que te vi nunca e estado con otra en la cama, si que me han echó mamadas pero solo eso y no fue ni con ella te lo juro,- afirmó muy seguro de sí mismo mientras cogía mis manos con una mirada de sinceridad en su rostro.

- esta bien te creo, pero no entiendo porque no usaste tu poder contra ella?- pregunte mientras me removía en mi sitio incomoda.

- no lo sé la verdad, no tengo excusa para eso, simplemente me quedé de piedra, no esperaba eso de uno de mis soldados- espetó él con los ojos llorosos, podía escuchar su corazón latir rápidamente y sabía que estaba diciendo la verdad.

- Te creo mi amor- con esas palabras besé sus labios dulcemente.

Al ser un vampiro mejora rápidamente pero no como debería ya que aún tiene déficit de sangre en el cuerpo y había que seguir la recomendación del médico, lo mire a los ojos me puse a horcajadas sobre él y lo bese con ternura al principio, pero el intensificó el beso con más intensidad, me aparte un poco de él para coger aire.

- Cariño sé que aún estás débil pero quieres estrenar el cuarto rojo,- dije mientras me empecé a morder el labio inferior de los nervios que sentía.

El me miró y sin decir una palabra me cogió de las caderas y me intentó levantar, pero como aún está débil no lo consigo, su cara de frustración me lo dejó claro así que lo bese con ternura

- cariño hoy no te esfuerces, vamos poco a poco hoy, si?- le susurre en tono calmado mientras apoyé mi frente sobre la suya, él asintió levemente y con mi ayuda fuimos al cuarto rojo, él no podía hacer fuerza pero sí moverse bastante bien.

Al llegar al cuarto rojo me tumbe en la cama y el vino tras de mí empezó a besarme con intensidad, poco a poco empezó a bajar lentamente dejando castos besos en mi cuello, mientras con una mano empezó a bajar lentamente por mi abdomen hasta desbrochar mi pantalón en un rápido movimiento, metió la mano por dentro de mis bragas ya húmedas y cuando llegó a mi centro susurro
- Dios cariño... ya estás tan mojada solo por mi..- dijo en un leve ronroneo mientras trazaba círculos en mi clítoris haciéndome estremecer de placer. Yo bajé mi mano a su pantalón, metí la mano por debajo de su bóxer y empecé a acariciar su miembro ya erecto ante el contacto. Detuvo sus movimientos y se dirigió a uno de los armarios con esposas, cogió un juego de esposas y me miró con lujuria.

SHIRLEY, de humana a vampiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora