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Cuando la oscuridad había logrado atraparlo completamente, supo que el lugar donde se encontraba solamente era una forma de aliviar más el ambiente consigo mismo. Sin embargo, sabía que en realidad, solo era cuestión de segundos para saber lo que había ocurrido.

Sasuke abrió sus ojos con pesadez, recordando vagamente desmayarse en brazos de Koemi, por lo que el resto no era de importancia para él.

Sin embargo, eso no había respondido sus dudas al no saber dónde se encuentra. Después de todo, la cueva era realmente anticuada.

Y al reconocer cosas anticuadas, pudo darse cuenta que aquel futón donde descansaba alguna vez le era incómodo a su propio cuerpo.

Frunció el ceño.

Sasuke intentó mover una de sus manos, pero notó que algo lo sostenía firmemente, sin dejarlo salir de su agarre. Inconscientemente, apretó su manos para saber de qué se trataba, mientras que un grito, casi inaudible, se escuchó por la habitación.

-¡Sasuke! ¡Ya despertaste!.-Mas que una pregunta, fue una afirmación para la albina.

El mencionado giró su rostro confundido, más no dijo nada. Asintió.

-Me preocupe mucho por tí..-Koemi envolvió su mano tras su boca inconscientemente al decir esas palabras, sintiendo como la vergüenza de delatarse a sí misma circulaba a través de sus mejillas.

Sasuke abrió sus ojos levemente por aquellas palabras, sonriendo para sí mismo en busca de molestar un poco a la genia.

-¿De verdad? ¿Estás segura?.-Mientras se acercaba a ella, pudo distinguir lo que era un asentimiento por su parte, lo cual lo alegro un poco.

Sin darse cuenta que la melodía de su voz al sonreír, se escuchó por toda la habitación. Koemi intento decir algo al respecto ante la alegría de su amo, pero al evitar aquella muestra de felicidad, supo que era un buen momento en acompañarlo, evitando decir algo para estropear el momento.

Sonrió con él

Cuando las risas cesaron, hubo un silencio entre ellos. No era incómodo para ambos, sino que era realmente lindo. Solo eran ellos, juntos.

-¿Que es lo que harás ahora?.-La esperanza surgió dentro de su mente. Después de todo, él aún no había usado ningunp de sus tres deseos, por lo que debía de hacer algo para ayudarlo.

Se suponía que era una ofrenda divina en la que él debería participar.

Él la miró sin esperar un suspiro por su parte, antes de negar con la cabeza frente a su curiosidad.

-No lo sé, creo que.. no tengo idea.-Sasuke tomó su barbilla entre sus manos, pensando en una respuesta concreta para ella.

La albina sonrió sin esperarlo más. Lo cual, por unos intantes logro tranquilizarlo. Aunque, no se percataron de la presencia en su vigilancia.

-Pase lo que pase, estaré contigo, Sasuke..-Aclaró sin importar el peso de sus palabras sobre él.

Porqué por más que lo negará, aún quedaba su confianza única en su líder. Él debía de ser su salvador, por lo que haría todo lo posible en ser su mejor aliada y ayudarlo con sus próximas objetivos.

Pero no porque sea su genia o una vil seguidora a sus pies. Solo era.. una petición la cual quería hacer por su propia cuenta.

Quería salvarlo de su eterna oscuridad.

Sasuke suspiró, sintiendose algo extraño por el repentino cambio entre ellos. Sus miradas se conectaron por un momento, intensificándose en una mezcla de emociones que no lograron descifrar, por lo que Koemi aprovecho aquella marcha para irse del lugar, no sin antes despedirse con una sonrisa.

𝙻𝚘𝚜 𝚃𝚛𝚎𝚜 𝙳𝚎𝚜𝚎𝚘𝚜 |𝘚𝘢𝘴𝘶𝘬𝘦 𝘜𝘤𝘩𝘪𝘩𝘢|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora