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El lugar en el que había estado anteriormente Sasuke y Koemi estaba siendo acompañado por varias personas a su alrededor, a la espera de que ellos pudieran descansar en esperanza de que no estuvieran muertos.

Itachi fue el más afectado a eso, pues al ver cómo su hermano menor era curado por el antiguo ayudante de Orochimaru lo ponía realmente nervioso. Sin contar la sorpresa que le generó ver el cuerpo inerte de la albina a su lado.

Taka también habían llegado al lugar, sorprendiéndose casi al instante en cuanto vieron a su líder y a la chica de baja estatura que lo acompañaba.

Incluso Suigetsu dejo de hacer bromas cuando supo de lo grave que era la situación.

—Kabuto... ¿Como se encuentran Sasuke y Koemi?.–Karin no soportó mantener una vez más su compostura, preocupada al no poder hacer nada para ayudarlos.—¡Vamos, di algo desgraciado...!

Un gruñido sonó de parte del Uchiha menor, alertando a todos los presentes que los rodeaban.

Amo y genia abrieron sus ojos en conjunto, ignorando a todos en su alrededor, mientras que se levantaban al instante.

Itachi notó como las heridas en las manos del albina desaparecian a penas estuvo de pie, mientras que Sasuke tenía un símbolo lunar en su mano.

¿Cuando fue el momento en que paso eso?

—¿Sasuke..?.–Pregunto su hermano mayor, preocupado al ver el estado en el que se encontraba.

Ni siquiera habían terminado de curar sus heridas.

—¿Vamos?

Fue la única palabra que soltó el Uchiha menor, antes de tomar la mano de la genia y mirar a su equipo, acercándose al cuerpo inerte del segundo Hokages, quien al verlos de nuevo estables, suspiró.

La albina sacó cada una de las estacas que se clavaron en el Senju, que con la ayuda del azabache fue posible quitarlas aún más rapido.

—¿Estás feliz con eso?.–Koemi sonrió con burla al ver la expresión avergonzada del Senju.

Habían cosas que nunca cambiarían, y ese, era el trato que se tenían ambos albinos

—Burlate después, ayúdame.–Murmuro Tobirama al desviar su mirada al suelo.

Odiaba pedir las cosas, incluso si no las merecía.

—¿Puedes teletransportarte, segundo?.–Esta vez, habló Sasuke al  confundir al nombrado.

—Podria hacerlo yo, pero ahora mismo mi mente está hecha un caos.–Koemi repasó el rostro del segundo al darse cuenta de todos los recuerdos borrados fueron recuperados gracias a Rikudō Sennin

—Ya veo.. Sí, ya estoy conectado a las marcas del Cuarto, pero con mi poder actual solo puedo telectrasportar a dos personas.

Ese fue el boleto que aprovecharon el dúo, antes de indicarles a Itachi y a los demás a donde tenían que ir para estar junto a él. O por lo menos su hermano mayor.

—Itachi, te veré allá.

Fue lo último que dijo el azabache antes de desaparecer y reaparecer junto a la albina al campo de batalla, donde un Uzumaki los esperaba pacientemente.

—¡Nosotros te derrotaremos!.–Grito Naruto hacía Madara, mientras que activaba una de sus nuevas técnicas que claramente era obsequio de Rikudō Sennin.

Sasuke también había sido recompensado con uno del característico Rinnengan, mientras que la albina estaba en medio de ambos, portando un aura celestial inusual de ver en ella.

𝙻𝚘𝚜 𝚃𝚛𝚎𝚜 𝙳𝚎𝚜𝚎𝚘𝚜 |𝘚𝘢𝘴𝘶𝘬𝘦 𝘜𝘤𝘩𝘪𝘩𝘢|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora