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El Juubi había desaparecido desde que Obito lo había adsorbido para convertirse en el jinchuriki del Juubi. La gran cantidad de chakra adsorbida heló a toda la alianza shinobis. Sus esperanzas de victoria bajaron al saber las consecuencias que tendrían si el enmascarado obtenía más poder de lo esperado.

—¡Cada vez me cae peor!.–Murmuro con enfado el joven Uzumaki.

—Naruto, ¿Como sabes que es un jinchuriki?.–Pregunto el azabache con notable curiosidad en su rostro.

El rubio explicó que el chakra de las bestias con cola surgía dentro de él, ya que, él se habia hecho amigo de todos ellos y lo menos que quería es que siguieran siendo usados como armas.

De repente, una de las habilidades del primer Hokage hizo impacto en el cuerpo del enmascarado.

—¡Increíble!.–Murmuro la albina con notable impresión en su rostro.

Pero luego desapareció al escuchar el crujido de la madera que aplastaba el cuerpo de Obito Uchiha. La técnica se había destruido en cuestión de segundos, cabando así, un agujero en el suelo.

La mirada penetrante del Uchiha se clavo en la albina, al darse cuenta de las intenciones que tenía ella en sus palabras.

En su espalda salió un chakra rojo en forma de manos, que se dirigieron a la barrera que anteriormente había creado los Hokages. Su poder incremento hasta llegar a su cometido.

Destruirla.

—¡Detente Óbito!.–Grito con todas su fuerzas el cuarto Hokage, quién al ver toda la destrucción que hacía su alumno no le tocó remedio que enfrentarlo.

—¿O..bi..to?

Fue un susurro que se logro escuchar al saber el contexto de ese nombre en la vida del enmascarado.

Los tres Hokages faltantes llegaron en un parpadeo, dispuesto a darle cara a la amenaza que podría llegar a ser el Uchiha, pero sus intentos fueron evitados cuando el enmascarado cortaba a los dos primeros a la mitad.

Todos quedaron sorprendidos al presenciar dicha hazaña. La albina frunció el ceño al instante, la forma en la que había usado sus poderes con las fuentes de chakra le era familiar

Aún si no podía sentirlo.

Hashirama y Tobirama habían pegado distintos papeles bombas alrededor de Obito, pero aunque fue una manera de defenderse muy inútil, no les quedó de otra que retroceder ante él.

—¡Aléjate, Minato!.–Grito Sarutobi hacía el rubio. La estrategia de los Hokages se llevarían acabo después de alejar a los adolescentes, incluyendo a la albina.

—El segundo tan rápido como siempre.–Sonrio con alegría para después desaparecer en cuestión de segundos, junto con las tres personas a su alrededor.

Varias explosiones destruyeron el lugar mientras que los gritos exagerados del joven Uzumaki se hicieron escuchar. El feroz viento que llegó a causa de las explosiones de Tobirama soltó un humo cegador. El olor a quemado llegó a las fosas nasales de la albina, pensando en lo que podría aver detrás de la capa nebulosa grisácea.

—Koemi, ¿Puedes ver lo que hay detrás del humo?.–Sasuke se acercó a la mencionada al momento en el que recargó su rostro en el hombro de la más baja.

Koemi asintió a la propuesta del azabache, y de sus manos se formó una especie de binoculares. Rápidamente los acerco a sus ojos para poder ver a través del humo.

—Veo..–Murmuro inconscientemente al no despegar su vista del lugar destruido.—¡Obito...! Es él...

La declaración de la albina sorprendió no solo al Uchiha menor, sino también a padre e hijo Uzumaki. Naruto mordió su labio al ver cómo del humo salía el cuerpo del enmascarado sin ningún tipo de raguño

𝙻𝚘𝚜 𝚃𝚛𝚎𝚜 𝙳𝚎𝚜𝚎𝚘𝚜 |𝘚𝘢𝘴𝘶𝘬𝘦 𝘜𝘤𝘩𝘪𝘩𝘢|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora