Primer beso.

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Después de pasar esa tarde en la playa comiendo completos y viendo el atardecer, el Esteban me fue a dejar a mi casa como lo había hecho el día anterior. Pero a diferencia de ayer, hoy sentía que nos habíamos unido mucho más.

-Llegamos a sus aposentos bella princesa, -me dijo abriéndome la puerta del auto.

-Muchas gracias caballero, -le dije siguiéndole el juego y ambos avanzamos hacia la puerta de mi casa.

-Que tenga una buena noche joven Cisterna, -le dije despidiéndome de el.

-Tú también preciosa, -me respondió con una hermosa sonrisa.

Quede embobada mirando su rostro y mi estomago se apretó al saber que ya se debía ir, así que sin pensarlo demasiado me acerque a el y poniéndome de puntillas deje un casto beso en su mejilla.

-Ten lindos sueños, -le dije y me di la vuelta metiendo rápidamente la llave en la cerradura para refugiarme de la vergüenza en las paredes de mi hogar.

Apenas cerré la puerta detrás de mi sentí como el calor subía de mi cuello a mis mejillas y por un segundo pensé que había sido demasiado atrevida.

-¿Donde estabas señorita?, -la voz de mi abuela me exalto.

-Por Dios abuela casi me da un infarto, -le dije poniéndome la mano en el pecho.

-¿Porque tan asustada cariño, estás bien?, -me pregunto preocupada, -Te deje tu almuerzo en el microondas para que comas algo antes de ir a dormir.

-Estoy bien abuela y no tengo mucha hambre la verdad. Me comí dos completo antes de venir a casa, -le respondí, -Lo dejaré para mañana, estoy cansada así que me iré a dormir, -le dije y me acerqué para darle un beso en la frente, -Buenas noches abuela duerme bien, te quiero.

-También te quiero cariño, que tengas buenas noches, -me respondió.

Al llegar a mi pieza me deje caer en la cama y me quede mirando hacia el techo pensando en mi atrevimiento. Dios necesitaba dejar de pensar en eso, solo era un beso. ¡Todo el mundo se da besos!.

Tapando mi cara con mi almohada grite con todas mis fuerzas sacando la frustración que sentía conmigo misma. Me sentía como una adolescente dando su primer beso, lo cual era aun más ridículo porque ni siquiera había dado mi primer beso. ¡Dios!.

Sacando la almohada de mi cara me levante a regañadientes y me dirigí al baño a darme una ducha. Cuando estuve lista me acosté cerrando los ojos enseguida para que el sueño llegara rápido, pero el sonido de mi teléfono me hizo abrir los ojos enseguida.

Abrí mis ojos lo más que pude y mi estomago se retorció por los nervios.

Joven Cisterna: Buenas noches princesa. ¿Estas despierta?.

Yo: Estaba a punto de dormirme.

Joven Cisterna: Lamentó si te desperté, pero no me podía ir a dormir sin decirte algo.

Yo: ¿Qué ocurre, estás bien?.

Joven Cisterna: Si no nos hubiera interrumpido tu jefe en la mañana cuando estábamos ensayando, te juro que te hubiera besado.

Cuando leí eso me quede helada. ¿Qué me acababa de decir? Dios no podía decirme simplemente estas cosas ¿Acaso no se daba cuenta de como me hacía sentir?.

Yo: Esteban...

Joven Cisterna: Yo... lo siento, olvídalo no debí decirte eso. Perdóname.

Entre canciones y bailes. - YOUNG CISTER.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora