Capítulo 13: Una dramática fuga de Alcatraz.

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Pov Alex

No pasó mucho tiempo antes de que oyéramos el monstruo que Grover y Tyson habían sentido. Era algo grande y jadeante, arrastrando los pies por el pasillo como si tuviera que arrastrar un bulto enorme.

Las descargas no dejaban de brotar detrás de mi cuello. Era ella, estaba seguro. No pudo haber llegado aquí tan rápido.

Dioses, la buena noticia, el túnel de la izquierda era recto, sin salidas laterales, giros ni vueltas. La mala noticia, era un callejón sin salida... Y sabía que era lo que venía detrás nuestro. Una horrible noticia.

Después de correr cien metros, nos topamos con una enorme roca que bloqueó completamente nuestro camino. Los sonidos de pasos arrastrados y respiraciones agitadas resonaron detrás.

Gracias a los dioses por Tyson. Chocó contra la roca con toda su fuerza sobrehumana. Del techo de piedra goteaba polvo.

-¡Apresúrense!- Gimió Grover. -¡No bajes el techo, pero date prisa!-

Le tomó algunos empujones, pero finalmente logró que se moviera varios pies, permitiéndonos pasar a la habitación de atrás.

-¡Cierren la entrada!- Gritó Annabeth.

Todos ayudamos a Tyson a empujar la roca en su lugar. Antes de cerrar el pasaje, vislumbré brevemente su infinidad de dientes y escamas que gritaba decepcionada porque se le negaba su presa. Un escalofrío corrió por mi espalda cuando apenas capté sus ojos verdes.

Nos apoyamos en la roca, respirando con dificultad. Entonces vi las barras de metal que se alineaban al otro lado de la pared.

-Lo hemos atrapado...- Jadeó Jackson.

-O nos atrapamos a nosotros mismos.- Jadeó Grover.

-Va a volver.- Dije, mirando la puerta. -Hay que seguir moviéndonos.-

-Pero cerramos la entrada.- Señaló Percy.

-Y encontrará la manera de regresar.- Respondí, tal vez un poco más tenso de lo que quería.

Y los demás parecieron notarlo.

-¿Cómo lo sabes?-

Suspiré.

-Porqué esa cosa es la misma que estuvo persiguiéndome sin parar en el laberinto...-

Una manó pasó por mi abdomen, dónde los puntos ya se habían curado, pero todavía sentía un frío como la primera vez que me atacó.

-¿Estás seguro?- Annabeth preguntó más despacio.

Asentí solemnemente. Una vez que lo tuvimos claro expliqué.

-Reptiliano, alado, viejo, fuerte como el infierno, y no muy simpático. Lleva una espada y un látigo como una Furias.- Dije, sin poder dar mucha más descripción, y sintiéndome un poco amargado con solo pronunciar ese nombre.

-¿Pero cómo sabes que era un reptil si no lo viste?- Percy preguntó.

-Ella siseaba, genio.-

-¿Siseaba? No escuché ningún siseo.- Percy dijo.

Miré a Annabeth, quien sacudió la cabeza, suspiré.

-Dioses, ¿me están diciendo ahora que no solo no pueden ver, sino que tampoco pueden oír?-

No necesitaba ver su rostro perfectamente para saber que Annabeth acababa de poner los ojos en blanco y Percy estaba haciendo pucheros. En cambió busqué la ayuda de los dos expertos rastreadores.

-Imprudente.- "La Batalla del Laberinto." (Saga Percy Jackson x Oc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora