-Imprudente.- "La Batalla del Laberinto." (Saga Percy Jackson x Oc)

Capítulo 1: Una visita inesperada.

Pov Alex

"Puedo mantenerlos a salvo."

"¡Lo prometiste!"

"¡Oye, oye, quédate conmigo!"

"¿Realmente crees que puedes escapar de mi, niño?"

"¡¿Por qué no me ayudas?!"

"Es la vida que elegí."

"Lo siento, mi señora."

"Somos una familia."

"Dile a Nico... Dile que lo siento."

"¡Te odio!"

Me desperté de golpe con el olor a comida y la sensación de mucho dolor. Estaba completamente desorientado. Por un momento no supe donde estaba que traté de levantarme, pensando que estaba en peligro. 

Eso fue un gran error. 

Sentí una sensación de tirón en mi pecho cuando un nuevo dolor se instaló. Apenas podía respirar.

Miré mi pecho para ver el daño, pero en su lugar había un juego de vendas que se doblan alrededor de mi abdomen. Una mancha roja a un costado. Ya no ardía tanto como antes, pero aún así... era increíblemente molesta.

Me incorporé lentamente, el dolor punzante en mi pecho se intensificaba con cada movimiento. Mis ojos se ajustaron a la tenue luz de la habitación, reconociendo los muebles y la atmósfera familiar que me rodeaba. Me encontraba en la misma pequeña sala que había visitado hace unos meses atrás.

El aroma persistente a galletas aún flotaba en el aire, y la calidez del lugar seguía siendo la misma. Sin embargo, esta vez no había música de jazz, solo el murmullo distante de un televisor encendido en una esquina.

Cuando finalmente reuní la fuerza para girar la cabeza, me encontré con una escena que me hizo tensar instantáneamente. Detrás de una mesa, dos cabezas se asomaban, mirándome con dos pares de ojos idénticos.

Con un suspiro agotado, apenas logré esbozar una débil sonrisa y murmurar un:

-Hola...-

Ambos pares de ojos solo me miraron, con la mitad de sus rostros para abajo ocultos detrás de la mesa. Piezas de legos desparramadas a su alrededor.

-¿Cómo te hiciste eso?- Señaló el de la derecha, levantando su pequeño brazo por encima de la mesa.

-Yo...Um...- Murmuré. 

No podía decirles lo que en verdad sucedió. No a menos que estos niños sean de los que ven las noticias, que podría dudarlo.

-Verán, me topé...- Vacilé de nuevo. -Me topé con un oficial del imperio británico.-

-¿Un oficial imperial?- Preguntó el de la izquierda, con más curiosidad.

-Si...- Sonreí un poco más. -Verán, soy... un pirata.-

-¡¿Un pirata?!- Exclamaron los dos en un simultáneo entusiasmo

Ambos chicos salieron detrás de las mesas, y realmente, eran como me los esperaba. Idénticos a su hermana, excepto por sus cabellos. Castaños despeinados, con ojos marrones. Pero por lo demás se parecían mucho a Annabeth.

-¿De verdad eres un pirata?- Preguntó, um, no. 

No puedo diferenciarlos, pero ambos rodearon la mesa para acercarse a mi lado.