Capítulo 26: Una arena bajo tierra.

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Pov Alex

La puerta de metal estaba medio escondida detrás de un cesto de ropa sucia lleno de toallas de hotel. No vi nada extraño al respecto, pero Rachel nos mostró dónde mirar y reconocí el símbolo azul tenue grabado en el metal.

-Okey, eres realmente buena en esto.- Le dije a Rachel. -¿Has estado hablando con los destinos o algo?-

-¿Qué?- Rachel me abrió los ojos como si no tuviera idea de lo que estaba hablando.

-En cierto modo, emites la misma vibra diferente.- Pasé una mano detrás de mi cuello. -Es extraño, nunca antes había conocido a un mortal como tú.-

Annabeth se burló.

-Sí, no se ven mortales pintados con aerosol dorado todos los días.-

Me encogí de hombros.

-A menos que salieras con Midas.- Dije.

Annabeth puso los ojos en blanco y seguimos adelante.

-No se ha usado en mucho tiempo.- Señaló ella de cerca.

-Traté de abrirla una vez.- Dijo Rachel. -Sólo por curiosidad. Está cerrada por óxido.-

-No.- Annabeth dio un paso adelante. -Sólo necesita el toque de mestizo.-

Fue mi turno de rodar los ojos, pero efectivamente, tan pronto como Annabeth puso su mano sobre la marca, se volvió azul. La puerta de metal se abrió con un chirrido, revelando una escalera oscura que conducía hacia abajo.

-Guau.- Rachel parecía tranquila, pero no podía decir si estaba fingiendo o no.

Se había puesto una raída camiseta del Museo de Arte Moderno y unos jeans de color rotulador como cuando la conocí en la presa Hoover. Un cepillo de plástico azul sobresalía de su bolsillo. Su cabello rojo estaba recogido hacia atrás, pero todavía tenía motas doradas y rastros del brillo dorado en su rostro.

-Entonces...- Nos miró. -¿Después de ti?-

-Tú eres la guía.- Dijo Annabeth con cortesía demasiado fingida. -Guíanos.-

Rachel apretó los labios y abrió el camino bajando un tramo de escaleras hacia un túnel de ladrillo. Percy la siguió después , dejándonos a ella y a mi atrás.

-Eso no fue educado.- Le susurré, antes de seguirlos, y esperando recibir un golpe o una mirada asesina.

Pero pasaron dos segundos hasta que oí sus pasos detrás de mí. Las escaleras conducían a un gran túnel de ladrillo. Estaba tan oscuro que no podía ver a dos pies delante de nosotros, aunque Annabeth y Percy habían reabastecido sus linternas, así que logramos ver un poco más lejos que la última vez.

Tan pronto como los encendimos, Percy se agarró a mi brazo y Rachel gritó. Vi inmediatamente lo que les había aterrorizado.

Un esqueleto que nos sonreía. No era humano. Para empezar, era enorme, al menos tres metros de altura. Lo habían colgado, encadenado por las muñecas y los tobillos, de modo que formaba una especie de X gigante sobre el túnel que miraba con una única cuenca negra en el centro de su cráneo.

-Un cíclope. Es muy antiguo. No es... nadie que conozcamos.- Dije tan reservado como para calmar al resto. Pero eso no me hizo sentir mucho mejor.

Todavía sentía que lo habían puesto aquí como una advertencia. No quería encontrar nada que pudiera matar a un cíclope adulto.

Rachel tragó.

-¿Tienes un amigo que es un cíclope?-

-Tyson.- Murmuró Percy. -Mi medio hermano.-

-Imprudente.- "La Batalla del Laberinto." (Saga Percy Jackson x Oc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora