-Imprudente.- "La Batalla del Laberinto." (Saga Percy Jackson x Oc)

Capítulo 34: Una decisión para nosotros.

Pov Alex

"Puedo mantenerlos a salvo."

"¡Lo prometiste!"

"¡Oye, oye, quédate conmigo!"

"¿Realmente crees que puedes escapar de mi, niño?"

"¡¿Por qué no me ayudas?!"

"Es la vida que elegí."

"Lo siento, mi señora."

"¡Aléjate!"

"Por favor, perdóname."

"¡Dime! ¡¿Es por eso que no confías en mí?!"

"¿Cuanto más vas a seguir aguantando, Alexios?"

"¡Es mi hijo!"

"Y las caricias de la muerte siempre te acecharan."

"Somos una familia."

"Tengo miedo..."

"Dile a Nico... Dile que lo siento."

"¡Te odio!"

Todos y cada uno de los sueños de esa misma noche fueron uno peor que el otro. Una tormenta de pesadillas que luchaban una con otra por ocupar el lugar en mi cabeza, peor de la que alguna vez habré pasado.

Cada mal recuerdo, cada pérdida, cada posible imagen brillaba en mi cabeza sin detenerse que no podía soportarlo. Y como si fuese poco, también soñé con él esa noche.

Estaba de pie frente a las ruinas de mármol negro en la cima del Monte Othrys, el mismo palacio dónde ví a Cronos resurgir. Exactamente dónde Nico había derribado aquella estalactita para darnos una oportunidad de escapar.

Pero a diferencia de esa vez, ahora estaba repleta de monstruos. Telkhines, dracaenae , gigantes, sabuesos, todo el que se pueda imaginar se entrelazaban entre las piedras rotas, uniéndolas lentamente. Esperaba que esto fuera realmente todo lo que quedaba del ejército de Titán después de que Dédalo colapsara el Laberinto sobre ellos, pero eso ya era mucho pedir.

-¡Señor!-

Un chico corrió por el sendero, jadeando como si hubiera corrido desde la base de la montaña. Era Ethan Nakamura, el mestizo del parche en el ojo. Se detuvo al lado de una palangana de piedra, luchando por recuperar el aliento.

-Nakamura.-

La voz de Luke envió escalofríos por mi espalda. No era exactamente la voz de Cronos. Todavía sonaba humano, pero tenía una cualidad carente de emociones que me volvió a erizar la piel, incluso estando dormido.

Ethan se enderezó y saludó. No llevaba uniforme, ni siquiera armadura griega, pero aun así despedía el aura distintiva de un soldado que se presentaba al servicio.

-Señor, el barco ha llegado. Hemos recuperado a los otros mestizos.-

-Bien.- Dijo Luke, todavía con su voz fría y muerta. -¿Cuántos?-

Ethan tragó saliva.

-¿Cuántos?- Exigió, ahora la voz de Cronos sobrepasando la de Luke.

-Veinte.- Ethan se movió nerviosamente de un pie al otro.

Cronos volvió al palacio en ruinas.

-Veinte, de una fuerza de ataque de cincuenta. Un pobre resultado, por cierto.-