Capítulo 19: Una elección tomada.

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Pov Alex

-¿Cómo supiste que eso funcionaría?- Annabeth me preguntó.

Me encogí de hombros.

-Artemisa una vez explicó que las Esfinges son inteligentes y malvadas, pero se ponen muy nerviosas cuando hacen algo mal.- Miré a Annabeth. -¿Te recuerda a alguien?-

Percy se rió entre dientes. Annabeth me frunció el ceño, pero yo también estaba un poco enojado con ella. Sabía que Annabeth era inteligente y también sobre su defecto fatal, pero le dije que sabía cómo lidiar con el monstruo y ella me ignoró para hacerlo ella misma.

Es cierto que no había protestado, porque tenía fe en ella, aunque en retrospectiva me di cuenta de lo grande que podría haber sido el problema. La profecía ya le había dado al menos una bandera de muerte, no necesitaba caminar descuidadamente hacia ella recogiéndose unos cuantos más.

-Odio tener que lidiar con esfinges.- Suspiré. -Una vez tuve un problema con una. Me hizo hacer una división larga durante cinco horas, así que siempre tengo una pregunta imposible en mi bolsillo trasero, a veces literalmente.-

-¿Por qué le preguntaste cuánto tiempo estuvo aquí abajo?- Preguntó Grover.

-Tengo llaves pero no cierro. Tengo espacio pero no...-

-Una computadora.- Me cortó Annabeth, poniendo los ojos en blanco.

-Está bien, Sabionda. Lo entendemos, te gustan los rompecabezas.- La empujé con el hombro. -Déjame terminar, tal vez aprendas algo nuevo. Si le preguntas un acertijo modernizado y la Esfinge no ha resurgido en doscientos años o algo así, ella no sabrá la respuesta. No sabría qué es una computadora, la pondría nerviosa, y sería más fácil vencerla en su propio juego. Tal vez evitar toda la confrontación.-

-Eso es...- Dijo Annabeth. -...realmente inteligente.-

Su tono de voz parecía una mezcla de asombro y condescendencia. No sabía cómo sentirme, y terminé intentar ignorarlo y encogerme de hombros.

-Gracias...-

Aunque a pesar de todo, la buena noticia era que habíamos escapado de la Esfinge. La mala noticia, habíamos perdido nuestra guía mecánica. Grover intentó tocar una canción de seguimiento, pero reverberó en el túnel, haciendo imposible que su melodía localizara el rastro.

Fue sólo gracias a Tyson y su oído sobrehumano que finalmente escuchamos un sonido rítmico. Dimos algunas vueltas, retrocedimos varias veces y finalmente encontramos a la araña golpeando su pequeña cabeza contra una puerta de metal.

Parecía la entrada a un búnker subterráneo o a una bóveda de alta seguridad. Gruesa, sólida y accionada por ruedas. El Êta de Hefesto estaba grabado en el metal.

Todos nos miramos.

-¿Listos para conocer a Hefesto?- Preguntó Grover.

-No.- Respondió Percy.

Tyson agarró la rueda del búnker alegremente.

-¡Sí!-

La puerta se abrió con un chirrido de metal al moverse. Le hubiera venido bien un poco de aceite. Nos encontramos en la sala más grande hasta el momento. Estaba dividido en una docena de espacios de trabajo, cada uno con su propia mesa y tablero de dibujo.

Algunas secciones tenían proyectos tan grandes como camiones Mack colocados en elevadores hidráulicos al lado de la mesa. Otros eran más pequeños y estaban llenos de herramientas y pequeñas piezas de metal: tornillos, resortes y cosas por el estilo. Sobre un tablero de corcho, encima de una mesa, colgaba un collar de oro con joyas incrustadas.

-Imprudente.- "La Batalla del Laberinto." (Saga Percy Jackson x Oc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora