Capítulo 31: Una vieja cabra.

27 6 0
                                    



Pov Annabeth

Era difícil ser sigiloso con nosotros cuatro y sin poderes de invisibilidad, pero hicimos lo mejor que pudimos. El túnel estaba tan oscuro que apenas podíamos vernos. Nos pegamos a las paredes por si alguien viniera corriendo, pero el túnel seguía frío y vacío. El abrumador olor a eucalipto me dio ganas de vomitar.

El túnel ascendía en pendiente. Pasamos por la celda abierta de dos pies cuadrados en la que me habían retenido antes. La misma celda que trajeron a Alex, la misma que lo besé por primera vez. No se si la sensación en mi estómago fue un incentivo para seguir adelante, o un mal presagio.

Seguimos el mismo camino por el que me escapé, y por el que seguí a Luke cuando me habían llevado hasta la cima del monte Othrys. Mis dedos alcanzaron automáticamente mi daga, buscando la comodidad de su familiar agarre.

Nuestra salida del túnel estaba bloqueada.

-Ese es el chico de la arena.- Susurró Rachel. -El que tiene el parche en el ojo. ¿Pero qué son esas criaturas?-

-Ethan.- Susurró Percy en shock.

Tenía razón. Con él había un par de telkhines. Estaban encorvados sobre una gran palangana llena de sangre. El mango de algo sobresalía de la superficie. Una espada, supuse.

-¿Que hay ahí?- Preguntó Rachel. -Se... se siente mal.-

Nico pasó sus dedos nerviosamente por la empuñadura de su propia espada.

-Algo forjado en la muerte.-

-¡La espada está santificada!- Anunció uno de los telkhines. -Ya es hora.-

El otro telkhine levantó la espada del recipiente lleno de sangre. No era una espada. Era una hoja curva de dos metros, un lado forjado en acero y el otro en bronce. Una guadaña. El arma en el volcán.

Lo entendí ahora. Era el arma más grande y poderosa de los Titanes, el símbolo de poder de Cronos. No me preguntes cómo lo supe, pero estaba segura de que esta espada no era solo como la espada de Luke. Era Backbiter, el bronce celestial y el acero duro fusionados en un arma diez veces más malvada.

Esto no podría significar nada bueno. Ni para nosotros, ni para Luke.

Los telkhines envolvieron la guadaña en una tela negra medianoche. Ambos tuvieron mucho cuidado de no manipular la espada.

-Supongo que esa no me atravesaría.- Susurró Rachel.

-Ven, mestizo.- Dijo el telkhine. -Presentarás la espada ahora a nuestro señor y amo.-

Subieron la montaña, sosteniendo con reverencia la guadaña envuelta ante ellos. Esperamos a que sus voces se apagaran antes de salir del túnel.

Estábamos en el desolado pico de la montaña, a poca distancia de las columnas en forma de embudo de cielo brumoso que se posaban sobre los hombros de Atlas. La última vez que estuve aquí, había un círculo de ruinas de mármol negro cerca de la cima de la montaña. Ya no estaban allí. En cambio, una fortaleza negra surgió de las sombras. Los imponentes muros de mármol del palacio de los Titanes se habían reformado, del mismo modo que se había reformado la guadaña de Cronos.

El hielo se deslizó desde el suelo de la fortaleza y se extendió por el suelo hacia nosotros. Intercambiamos miradas nerviosas.

-¿Qué es eso?- Preguntó Percy.

-No lo sé.- Mi cuchillo ardía en su funda, una advertencia.

Entonces escuchamos la voz de Alex:

-¡No! ¡Ethan, no lo hagas!-

-Imprudente.- "La Batalla del Laberinto." (Saga Percy Jackson x Oc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora