-Imprudente.- "La Batalla del Laberinto." (Saga Percy Jackson x Oc)

Capítulo 6: Una noche de malos sueños.

Pov Percy

Tyson y yo nos pasamos la tarde poniéndonos al día y dando una vuelta, lo cual resultó agradable después del ataque de las animadoras diabólicas de esa mañana.

Fuimos a la fragua y echamos una mano a Beckendorf, de la cabaña de Hefesto, que estaba fundiendo metales. Me pregunto que puntuación habrá tenido con su cabaña. Quiero decir, este lugar era peor que cualquier otro.

Piezas de metal desparramadas por todo el lugar. Docenas de espadas, lanzas, algunas armaduras, además de creaciones a medio hacer, apoyadas contra las paredes. Carbón, incluso flotando por el aire. ¿De verdad ellos pasaban las puntuaciones de limpieza?

Quiero decir, había oído los rumores de Beckendorf con Silena, pero si lo que suponía era cierto, entonces es algo injusto para el resto de nosotros. Aunque por supuesto no iba a decirlo frente a Beckendorf. Él es enorme. Tal vez no como Tyson, pero, bueno, no por nada tiene la reputación como uno de los campistas más grandes del campamento.

Además, no puedo negar que salir con uno de los líderes veteranos traía sus ventajas. Pero no hay muchos de ellos. Solo los consejeros principales, líderes de sus cabañas con más tiempo en el campamento podían serlo.

Beckendorf era uno de ellos. Lee Fletcher de la cabaña siete, Cástor hijo del Sr. D, que no se parecía en nada a su padre por cierto, e incluso estaba Alex. Él también podía serlo si lo llamaran. Por supuesto que habían quitado a los hermanos Stoll de la ecuación. Nadie confiaba en ellos para ser uno de los evaluadores de cabañas. No era necesario explicar por qué.

Aunque del lado de las niñas, solo estaba Silena Beauregard, Katie Garden, hija de Deméter. Clarisse, y por supuesto, Annabeth.

Me pregunto cuánto tiempo pasaría hasta poder formar parte de los veteranos. Quiero decir, han pasado dos años, y básicamente era el único, además de Tyson, que formaba parte de la cabaña 3.

Ahora que lo pienso, Zoe también era una única miembro en una cabaña, o bueno no tengo entendido cómo funcionó para ella. Técnicamente no era una hija de Artemisa, pero la he visto en la última reunión, el invierno pasado, además de que caminó aquí, pude verla en su cabaña. Perfectamente limpia y ordenada.

Tal vez pueda hablar con ella.

Mientras tanto, Tyson nos demostró que había aprendido a forjar armas mágicas. Confeccionó un hacha de guerra llameante de doble hoja a tal velocidad que incluso Beckendorf se quedó impresionado.

Mientras trabajaba, nos habló del año que había pasado bajo el océano. Su ojo se iluminó al describir las fraguas de los cíclopes y el palacio de Poseidón, pero también nos contó que el ambiente estaba muy tenso. Los antiguos dioses del mar, que habían gobernado en la época de los titanes, habían iniciado una guerra contra nuestro padre. Cuando Tyson se marchó, había batallas en marcha por todo el Atlántico. Me inquietó oír aquello, porque quizá yo debería estar echando una mano, pero él me aseguró que papá quería que los dos permaneciéramos en el campamento.

-También hay montones de malos por encima del mar.- Dijo Tyson. -Podemos hacerles BUUUM.-

Después de pasar por la fragua, estuvimos un rato en el lago de las canoas cuando vimos a Annabeth caminar con esa mirada pensativa alrededor. Había estado con ella desde la escuela.

Pero tan pronto nos vio se alegró mucho de ver a Tyson, aunque seguía distraída. No paraba de mirar hacia el bosque, como si estuviera pensando en el problema de Grover con el consejo, o en algo más.

No podía culparla, la verdad. A Grover no se le veía por ningún lado. Me sentía preocupado por él. Encontrar al dios Pan había sido el objetivo de toda su vida. Su padre y su tío habían desaparecido persiguiendo ese mismo sueño.