Miedo

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Una mano negra y huesuda salía del suelo.
Fué tal el asombro que caí sentado sin poder decir una sola palabra.
Sentí un escalofrío recorrer mi espalda. Y de reojo vi una pequeña sombra negra que pasó detras de mí.

-JUGUEMOS!!.- el susurro apareció de nuevo en mi oído, pero esta vez un poco más fuerte. Como una exigencia.

No aguanté mas, sentí que mi corazón no resistiría. Salí de mi habitación con dirección a la de Marie.

Abrí la puerta. Entré mirando al rededor con miedo de volver a ver tan aterradora sombra.
Desperté a Marie:

-Pss, Marie. Despierta.

-Mmmm. Que pasa Derek. Estas bien? Por qué estas agitado?.- me preguntó con cara de preocupacion.

-No has escuchado nada?.- pregunté

-No, solo a tí despertandome.
Donde andabas por qué estas agitado?- volvió a preguntar.

-Esque quería ver que tan rapido iva a la cocina por agua y que tan rapido subía aquí contigo.- mentí

-Y por qué no a tu habitación?- dijo.

-Pues, porque te quería molestar la primer noche.- sonreí falsamente.

-Por qué me preguntaste si escuché algo?- me dijo medio dormida.

No la quería asustar ni mucho menos. Porque después de que me tranquilicé pensé que podian ser tan solo mis nervios traisionandome. Es una casa nueva y tenía miedo por no saber muchas cosas de la casa aún.

-Esque como corrí por la casa. Supuse que me habías escuchado.- mentí de nuevo.

Ella sonrió con los ojos cerrados y dijo:

-Tonto! Ya vete a dormir que tengo mucho sueño.

-Sí!- exclamé, le di un beso en la frente y salí de ahí.

Al estar en el umbral de la puerta de mi cuarto. Ví de nuevo la mano huesuda desaparecer bajo mi cama. Corrí y me escondí bajo las cobijas. No me importó siquiera dejar la luz ensendida.

-No es real, no es real!- me repetía a mi mismo en voz baja.

De repente escuché el click del apagador y la luz en mi cuarto se apagó...

-Ma-ma-mamá?- pregunté con la esperanza de que fuese ella quien lo hizo....

Sentí un pequeño peso adicional en mi colchón.

-No, no soy tu mami. Quiero jugar!- escuché de nuevo esa voz. La misma vocesilla de mi sueño.

No lo podía creer. Me quería morir. Qué podía hacer?

No respondí. Solo me quedé quieto. Al cabo de unas horas de no poder dormir. Por fin pude conciliar el sueño.

Al día siguiente les comenté lo ocurrido a mis padres aprovechando que Marie aún dormía.
Pero me dieron la respuesta que yo suponía que me iban a dar:

-Cariño, fué solo un sueño. No te preocupes.- dijo mamá.

-Así es campeón, es una casa nueva y estas nervioso. Eso es todo.- replicó papá.

-Eso creen?- Pregunté dudoso

-Sí mi amor, tranquilo. Ahora desayuna.

Después de desayunar. Mamá nos llevó a Marie y a mi a inscribirnos en las nuevas escuelas y al parecer debemos iniciar las lecciones mañana.

Hicimos algunas compras y volvimos a casa...

He pasado todo el día pensando en lo ocurrido anoche. Habrá sido un sueño, lo habré imaginado todo, sería real.
Y si fué real, porqué solo a mi me sucedió?
Todas esas dudas abarcaban mi mente así que no ponía mucha atención a lo demás.

Subí a mi habitación, pero claro, como era de día no me asustaba.
Me recosté en la cama y comencé a jugar con mi tablet con la esperanza de que me ayudara a despejar un poco mi mente.

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LA MALDICIÓN DE LA MANSIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora