Revelación

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-Pues sí. Me daba miedo que eso estubiera cerca de mi hermana.

-No, Derek. No entiendes.
Cuando Sebastian lo encontró, pelió y pataleó para quedarse con él. A mi no me gustaba y se lo dejé. Al no volver a escuchar la risa salimos de ahí vivos, por fortuna encontramos el camino de regreso.
Días después noté como Sebastian cambiaba su forma de ser.

Era más callado, casi nunca quería jugar conmigo y siempre que yo llegaba a la mansión él se encontraba encerrado en su cuarto.
Yo me preocupé y lo visitaba todos los días, así pasaron los meses, de pronto se cumplieron 2 años y Sebastian seguía igual. Con semblante lúgubre y distante, no había rastro del niño feliz de 7 años que debía ser.

Yo con escasos 9 años de edad me encontraba ya muy preocupado y decidí hablar con sus padres, como ellos eran muy importantes ante la sociedad nunca le prestaban atención a Sebastian, es más, creo que si yo no les hubiera dicho que él actuaba extraño y no era el mismo no lo hubieran notado.

Después de que yo hablé con ellos Sebastian me veía con odio y nunca más me volvió a dirigir la palabra. Pero yo lo seguía visitando.
Una vez llegué a su habitación y la puerta estaba abierta, el estaba sentado en el suelo susurrando y daba la espalda.

Volvió su mirada fría hacia mí y la puerta se azotó sola. Más acontecimientos extraños sucedían y ya sus padres no sabían que hacer, hasta que un día según sus padres cuando intentaron reprenderlo por su actitud los hizo levitar y reía y hablaba como si cien voces salieran de su boca al mismo tiempo.
Según ellos, tomarían esto en sus manos ya que si acudían a la iglesia su reconocimiento social se desplomaría.

Siempre que yo lo visitaba se encontraba en su habitación balbuceando y no me permitía entrar, pero un día llegué a su puerta y esta no se cerró y comprendí que él quería que entrara.

Estaba en su cama, se veía flaco casi cadavérico, su mirada volvía a ser esa mirada tierna, recuerdo que hizo una seña moviendo con dificultad su cabeza para que me acercara a él, cuando lo hice me dijo con palabras apenas audibles:

Thom, siento mucho lo que eh echo, si te eh dañado perdoname, él esta ahora dentro de mí y cuando quiere salir y usarme para mal me lleva lejos y me alejo cada vez más de mi cuerpo.

Ya no tengo fuerzas para vivir más. Él ganó, se quedará con mi cuerpo. Me permitió hablarte porque dice que ya mi alma es suya y que no volveré nunca más. Solo te pido un último favor, diles a mis padres que me maten, porque ya no seré yo quien tenga este cuerpo y él les puede hacer mucho daño. Explicales todo. Por Favor.....

-Luego de esas palabras sus ojos se tornaron completamente negros, sus pupilas se extendieron a la totalidad de sus ojos y él se retorcía y gemía con dolor. Me miró sonriendo macabramente mientras enseñaba unos dientes filosos. Y me dijo:

Así que vas a traicionarme y decirle a mis papis que me asesinen eh AMIGO

- Esas últimas palabras se escucharon dobles y mientras las decía unos gritos espeluznantes salían al unísono. No puedo olvidar que sentí debilidad, mis piernas temblaban y yo levitaba. Me arrojó fuera del cuarto y la puerta se azotó. Corrí a casa y comenté a mis padres lo ocurrido.

Ellos eran muy amigos de Edwart y Grace así que en cuanto estos llegaron a casa mis padres fueron a hablar con ellos.

Esa misma noche en el sótano ataron a Sebastian o mejor dicho al demonio que habitaba en él y lo quemaron como si de una bruja se tratase.
Después de que Edwart y Grace fueran arrestados y desprestigiados nosotros nos mudamos para no vivir tan cerca del recuerdo.

-Y entonces porqué es tan malo que quemaramos el tótem- pregunté confuso.

-Porque el demonio habitaba en el. El tótem debió quedar en algún lugar de la casa. Lo que tu has visto no es Sebastian. Es el demonio en su cuerpo y de alguna forma el tótem no permitía que el demonio tomara un cuerpo facilmente.

Tomar a Sebastian le llevó 2 años pero ahora que el tótem no existe no creo que tarde mucho en tomar a tu hermana.

-Pero entonces que podría hacer.?- yo ya estaba aún más preocupado y asustado.

-Habla con ella. Dile que no juegue ni hable nunca más con el fantasma o demonio ya que cada vez que tiene contacto con ella, él toma fuerza mientras ella la pierde y cada vez tiene más oportunidad de poseerla y tomar un alma más. No se lo permitas.- me dijo con un tono triste y lagrimas en sus ojos..

LA MALDICIÓN DE LA MANSIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora