Mentiroso

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En su cara se reflejaba asombro ante la historia narrada. Yo me sentía feliz de que Marie hubiese aceptado y de ver en su rostro que se estaba convenciendo.

Al terminar la narración, Marie volvió su mirada hacia mi y me dijo algo asustada y susurrando:

-No puedo creerlo Derek!
Sebastian me contó algo totalmente diferente. Es por eso que le hacía caso y jugaba con él, sentí mucha lástima por su historia. Pero veo que solo me engañaba..

-Si Marie. Solo quiere tomar tu alma tal y como hizo con la del pobre Sebastian.- ella asentía mientras abría sus ojos reflejando miedo- Cuentame! Qué historia te contó él?

-Me dijo que él vivió hace muchos años, antes de que construyeran la mansión. Que él vivía en las calles y no tenía nada, hasta que una familia lo llevó a su casa, lo alimentaron y lo vistieron. Pero luego, esas personas resultaron ser malas, lo hacían trabajar muy duro y a veces duraban días sin darle de comer.
Hubo un día en el que él no logró ganar lo suficiente en su trabajo y cuando llegó a casa el hombre le pegó tan fuerte que hizo que le saliera sangre mientras la mujer lo pateaba en su abdomen con tanta fuerza que en un momento sintió como se vaciaba algo dentro de él, lo enviaron a su cuarto y no le dieron de comer en 4 días y el ya no soportaba más los dolores. El quinto día esas personas llegaron a su habitación y lo encontraron ya sin vida.

-Waw, si que sabe mentir- dije sonriendo y mi sonrisa aumentó al ver la sonrisa de Marie en respuesta.- Ahora, ya escuchaste a Thom. No debes seguir hablando con ese demonio nunca más, entiendes? De verdad, no quiero perderte.

Marie se abalanzó a mí y me dió un fuerte abrazo.

-Tampoco quiero perderte.- dijo con lágrimas corriendo por sus suaves e inocentes mejillas.- Él me había dicho cosas feas sobre mis papás y sobre ti.

-Y que te dijo?- le pregunté en su oido.

Sonrió un poco, se alejó de mí y se restregó los ojos para luego hablar:

-Que ya tu no me querías, que habías echo nuevos amigos y te habías olvidado de mí.
Que mis papás nunca me quisieron, que solo fuí un error para ellos y que siempre todo su amor era solamente para tí. También me dijo que el único en esta casa que me quería era él y yo me dejé llevar por la tristeza..

-Marie, ya sabes la verdad sobre ese monstruo y no le vas a hablar nunca más, eso es lo que importa ahora.

Sonrió, pero unos segundos después su sonrisa se apagó.

-Cuidadoooo!!!!!- Gritó mientras señalaba mi closet, el cual se estaba viniendo abajo en mi dirección. Por fortuna, con un rápido movimiento logré salir del área en donde el closet estaba destinado a caer.
Después de que terminó su caída, detrás del viejo mueble se encontraba esa espantosa masa, la que resultó ser el "fantasma de sebastian" pero mostrandose en su verdadera forma, como el horrible demonio que era.

Sólo estaba parado ahí viendonos con esos ojos rojos penetrantes, de su nariz emanaba humo y lo que más terror me daba era ver esa lengua colgando de su garganta.

-Qué pasa arriba? - preguntó mamá desde el salón.

-Mamá sube por favor, hay un demonio aquí. Corre!!!!- dijo Marie llorando.
Yo sabía que no valdría la pena pero ella estaba muy asustada.

-Qué pasó Marie?- dijo mamá agitada por haber subido las gradas corriendo.

-Mira detrás del mueble. Ahí esta el demonio mami y es espantoso- dijo tapandose los ojos con ambas manos para no tener que mirar de nuevo esa horrible aparición.

Pero saben qué? Ya no había nada. Solo el closet tirado en el suelo.

-Ya mi amor. Tranquila, no hay nada- aclaró mientras me hacía ojos de "YA VERÁS"...

-Y tú Derek. Deja de contarle feas historias de terror. Nada más mira como la dejaste.- y típico, ahora el de la culpa era yo...

Marie trató de convencerla de que fué real y que yo no había echo nada. Pero no se porqué creyó que yo le había echo a Marie decir esas cosas.

****

Cuando papá llegó a casa mi madre lo bombardeó con muchas quejas.

Se sentaron a hablar conmigo y fue entonces cuando aproveché y les conté todo. Incluso les enseñé la grabación. Aunque lo único que gané fué un castigo por mentir dos veces sobre el destino al que fuí esa tarde y como era de esperar no creyeron nada y lo único que se dignaron a decirme fué que era mera coincidencia todo lo de la mansión y que además ellos nunca habían visto o escuchado nada extraño.

LA MALDICIÓN DE LA MANSIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora