Depresión

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Al salir del hospital regresamos a casa solos y muy tristes.
Al llegar papá vió que en la cocina estaba una sopa a medio hacer.

Mi cuerpo me traisionaba, casi no podía caminar, tenía que sostenerme siempre de algo para poder seguir.
No podía hablar, no paraba de llorar..

Podía sentir que este era mi fin. Ahora no me importaba si ese maldito demonio venía por mí.

El día del entierro de mamá yo no me podía mantener en pié, estaba muy débil y mis piernas no paraban de temblar.
No dejé de llorar ni un instante y antes de que el cuerpo de mamá se perdiera entre la tierra, tomé fuerzas, me acerqué a su ataúd y lo abrazé.

- T..te amo mami..ta be..lla.- luego de decir esto, bajaron el ataúd undiendolo entre cuatro paredes de tierra y yo no soporté.
Todo se puso negro y no recuerdo nada más.

Desperté y estaba en casa, por un momento creí que todo había sido un sueño, pero luego ví que aún traía mi traje negro puesto y caí a la cruda realidad.

No sabía que había pasado.
Mi padre asomó su cabeza por la puerta.

- Dereck, hijo! Despertaste, no te duele nada?

- El corazón- dije empezando a llorar de nuevo.

Él sólo se inclinó hacia mí y me abrazó. Yo envolví mis manos a su alrededor y lo abrazé con todas mis fuerzas. Podía escuchar que también lloraba.

Pasaron los meses y yo no salía de mi habitación más que para ir a la escuela.
El caso de la muerte de mamá aún sigue abierto ya que no hay pruebas de que yo fuera el culpable y mucho menos papá que trabajaba ese día.

Los investigadores sostienen la versión de que alguien entró a la casa y la asesinó mientras yo me encontraba en mi habitación.

Yo les dije lo del demonio pero me tomaron por loco, como era de esperar.

Yo me había alejado de todo y de todos. Mis amigos ya no me hablaban porque aunque lo hicieran yo nunca respondía.
Era un infierno en vida para mí.

Yo me encontraba hundido en una depresión, no comía, no dormía y casi no hablaba.

Siempre estaba en mi cuarto viendo hacia la nada sin prestar atención al mundo.

Mi hermana todos los días entraba a mi habitación y se recostaba junto a mi. Me abrazaba tratando de consolarme pero yo ya no sentía su calor. No sentía nada, solo dolor.

El maldito demonio no volvió a molestarme y si lo hacía yo no lo notaba. Bajé mucho mis notas, pero me propuse a estudiar para un día poder graduarme, eso quería mamá.

****

4 AÑOS DESPUÉS

Hoy es mi cumpleaños número 18.
Me siento bien, renovado. Aunque ya han pasado 4 años desde la muerte de mi madre aún la extraño mucho. Pero ya no me permito hundirme en la depresión, es horrible!.

Papá a sido un excelente padre, desde el accidente a tomado el rol de mamá/papá muy bien.
A sabido criar muy bien a Marie, ella a sus 12 años es una niña hermosa, muy inteligente y muy humilde.

Yo voy a ir a la Universidad dentro de poco. Para ser exactos dos semanas.
Me siento ansioso y feliz.

Con respecto al demonio, en estos ultimos cuatro años, no eh vuelto a ver o a sentir nada. Sé que Marie tampoco porque nunca más volvió a mencionar nada referente a esa cosa.

****

Me sentía muy relajado, calmado e incluso volvía a sentirme feliz.
El asunto del demonio había quedado en el pasado para mí, o eso creí...

LA MALDICIÓN DE LA MANSIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora