parte 3

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Nana una vez me hablo del "toque mágico" decía que en la vida muchas personas te tocan, pero solo aquella persona que con un simple roce te haga olvidar tu destrozado mundo y que por un segundo nos saque de él. Esa persona nació con el don de arreglar corazones que no rompió. En aquel lugar sombrío sentí el "Toque mágico" pero no por humano sino por una criatura, una criatura que con solo una pequeña acaricia calmo mi miedo transmitiendo me paz, esta sensación abraza mi corazón ¿Qué es esto que siento?

Mis ojos se fueron abriendo despacio hasta que al fin se abrieron completamente a la espera de ver algo horrible, pero lo que vi fue un joven con un rostro lleno de luminosidad, radiante y una larga cabellera blanca que cubría con algunos mechones de pelo sus ojos, pero no fue impedimento para mí, eran como el cielo, eran como un dulce sortilegio. Se agacho y sin apartar su mirada de mí, hablo.

- tus ojos negros cargados de dolor son más hermosos que la noche estrellada de van Gogh- dijo, sin aparte su mirada de mis ojos.

No supe que decir, estaba asombrada con el aspecto de aquella criatura, aunque tenía las orejas puntiagudas y su ropa en muy mal estado se seguí viendo tan..., hermoso, pero mi asombro no era solo por su aspecto era también por lo que acaba va de descubrir.

Una criatura que se supone que no existe que solo es fantasía para engañar a los niños resulta que, si existe y está en frente de mí, lo que significa que lo que la mama de Nana contaba no era mentira. Las palabras de la mama de nana vinieron a mí. Este mundo es muy grande para que solo existan los humanos en él. El no dejaba de mirarme era como si quisiera grabarse cada detalle de mi rostro, sus ojos brillantes y claros parecían estar viendo algo hermoso.

- ¿Qué eres? - dije lo primero que se me vino a la mente.

-Me gustaría responder a todas tus dudas, pero primero quiero que me respondas algunas preguntas ¿Puedes?

Esas palabras me las dijo la psicóloga del colegio cuando tuve mi primera sesión con ella, pero no me gusta hablar con desconocidos sobre mi vida personal así que le mentí para no tener que volver. Aunque de vez en cuando me vuelve a llamar para charlas, pero al igual que en las otras sesiones miento sobre mi estado de ánimo. Y así como respondí aquella ves responderé esta vez.

- Según la pregunta responderé- al escuchar eso la criatura levanto un poco las comisuras de su labio formando así una pequeña y simple sonrisa.

-¿Por qué lo haces?- fue directo al punto. La psicóloga me hubiera hecho un monto de preguntas antes de llegar a esa.

- No puedo responder eso- dije, sacudiendo la cabeza.

-¿Vas a intentarlo de nuevo?- pregunto. Demasiado directo.

- No se- respondí de forma cortante.

-No sé qué pasa por tu mente, pero si me permites quisiera entrar en tu mundo para ayudarte- dijo, sosteniendo mi mano, su toque fue muy delicado, como si en vez de mi mano cogiera un vaso roto. Me agrado.

-Nadie puede ayudarme- respondí, quitando mi mano de la suya. - solo la muerte- susurre.

- La muerte se lleva a la gente buena porque se enamora de ellos y deja a los malos para que el karma sacie su apetito, pero no dejare que te lleve a ti- pregunte el por qué-. Porque la gente que desea morir en realidad no lo desean ..., solo desean vivir una vida en donde la oscuridad no exista, una vida en la que ya no tengan que huir o esconderse de ella. Solo quieren sentir la felicidad y no fingir que la sienten. - dijo, cambiando su rostro a un triste semblante.

Tuve muchas oportunidades de suicidarme, pero tenía miedo..., no quería, pero mi compañero me gritaba que no había más forma de salir de esta oscuridad que me asfixia todos los días.

- Y ahora que, piensas salvarme- lo mire fijamente con mis ojos humedecidos. Tenía ganas de llorar porque lo que dijo era verdad, es lo que deseaba.

-No, tú lo harás, tu pelearas- dijo, poniendo su mano de forma delicada sobre mi rostro y con el dedo pulgar limpio una lagrima que se escapaba de mis ojos. - Yo solo seré tu escudo, si aceptas.

- Y si pierdo la pelea. - aparte mi rostro de su mano.

- No perderás, tu...

-! ¡Y si no lo hago! - lo interrumpí.

-Entonces tu decidirás el final de la historia...

El mutismo se paseó por los alrededores ¿qué debería hacer? desde los 13 años he vivido atrapada con él, pero aceptare no porque sienta que pueda ganar sino porque justo frente a mi hay una criatura que se supone que no existe, esto es un gran descubrimiento y quien sabe que otra cosa descubra si acepto. Albert Einstein, Isaac newton, galileo Galilei; y mi científico favorito Stephen Hawking, todos ellos hubieran dado todo por tener la oportunidad de descubrir este mundo tan diferente al nuestro. Entre todos mis malos recuerdos salió a la vista uno de cuando era pequeña y soñaba con descubrir nuevas cosas igual que los científicos de antes, hace tiempo que no recordaba algo bueno de mi pasado. Mi curiosidad está en un nivel muy alto, estoy ansiosa.

-Ya tomé una decisión que a lo mejor no es la correcta, pero a veces lo correcto no siempre es lo mejor.

-¿Eso es un sí?- pregunto, y pude notar como toda su cara se ilumino por mi respuesta, parece que está muy feliz.

Asentí con la cabeza. La criatura se levantó y extendió su mano hacia a mí, a pesar de lo sombrío que era el lugar sus ojos resaltaban como dos estrellas en una oscura noche, estiré mi mano para a calzar la suya y hay me di cuenta en lo grande que eran. mire su rostro, él tenía facciones finas, pero mientras yo lo miraba, el no dejaba de ver mi mano, su pulgar hizo un suave movimiento sobre mi mano. Eso me tomo por sorpresa así que retire mi mano de la suya, el me miro confundido como si no supiera lo que hizo o porque lo hizo. De manera rápida me dijo que mis manos eran muy suaves y en seguía sacudió la tierra que había quedado en su jogger café algo desgastado, procedí hacer lo mismo.

Gracias por leer hasta aquí y por su lindo apoyo.
Perdón por no haber publicado la semana que pasó....

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