tu sonrisa

parte 3

-Siempre me demoro haciendo los deberes- mentí, porque no supe cómo responder.

-¿Entonces por que no has terminado? –. Me atrapó

- Bueno ya tienes razón tengo algunas dudas sobre ti.

- Haz la pregunta y yo respondo.

- El 15 de enero fue el día en el que te vi por primera vez y del susto me desmaye y cuando desperté estaba en mi cama ¿Cómo sabías donde vivía? – La pregunta no lo sorprendió, ni siquiera hizo algún gesto cuando la escucho, es como si ya sabía que en algún momento le preguntaría. 

- Esa es otra historia, aunque no tan larga como la otra ¿ Quieres escuchar? -. Asentí con la cabeza- Después de las muerte de mis padres tuve que mudarme a otro lado, viaje por mucho tiempo por que quise alejarme lo más que podía de mi antiguo hogar…, y llegué al bosque Every . Apenas llegue busque un lugar acogedor y encontré una cueva fresca en lo profundo del bosque, esa cueva fue mi tumba durante un siglo y medio -. Pauso la conversación, porque sabía que no me iba aguantar las ganas de preguntar sobre el tema del siglo.

-!Espera como un siglo¡ ¿qué edad tienes tu? - me puse de pie y me senté en el filo de la cama con la mirada hacia él.

- Los silgo somos inmortales, no tenemos edad, tampoco celebramos nuestro nacimiento, porque ni siquiera sabemos cuándo es.

- Eso significa que no vas a morir nunca- El negó con la cabeza y me explico que ellos no pueden morir a menos que alguien los mate, mientras tanto vivirán siglos y siglos. Es como si fueran elfos-. Entiendo.

- Pensé que si me refugiaba en la cueva podría superar la muerte de mi hogar, pero no fue así. A veces el esconderse no es la solución, porque si lo fuera no hubiera tardado todo un siglo en sanar, pero lo bueno fue que vino alguien ayudarme y ese es mi buen amigo el gnomo. Los silgo tienen una inteligencia que los hombres carecen, nacemos entendiendo el universo y las conexiones, pero nada de eso te sirve cuando la tristeza es la que gobierna tu vida. Gnomo me ayudó mucho y gracias a el pude dejar la tristeza- al terminar decir esa parte Sander suspiro de felicidad, sentía muy agradecido con su amigo.

-Comprendo tu dolor, yo..., vi a Nana sufrir mucho por la muerte de su madre el año pasado- dije con pesar

Aquí es donde entras tu Adira Campbell. A pesar de que ya no estaba en la cueva aun no me atrevía a salir a la cuidad, hasta que un día llego al bosque una chica con un hermoso cabello azabache, me acerque para verla, su rostro era como el de una rosa blanca, tenía sus ojos pintados con tristeza, una sonrisa perdida y un corazón hecho pedazos.



-Recuerdo eso, aquella vez fuimos al bosque porque Nana quiso hacer un picnic. Entonces...,  me imagino que me seguiste hasta la casa.

-Si, lo siento eso estuvo mal de mi parte.

-Todos siempre me describen como una chica bonita e inteligente, pero nunca me habían descrito como tú lo acabas de hacer.

-!Lo siento, no quise ofenderte¡- dijo alzando la voz lleno de nervios -. Por supuesto que eres bonita e inteligente, así que olvida mi tonta opi...

- Me gusto- esta vez no mentí de verdad me gustó, era la primera vez que alguien describía a mi yo de verdad-. Porque es la verdad. Gracias. Aunque no creo que una chica bonita tenga esas cualidades...

- Te equivocas. No sé cuáles sean los estándares de belleza actualmente, pero a la basura con ellos. Tu eres perfecta a tu manera y nadie tiene el derecho de decirte si tus cualidades lo son o no- nos miramos fijamente. Parece que nuestros ojos siempre buscan conectarse, aun sabiendo que no durara mucho tiempo.

Tocan a la puerta y era Nana de nuevo. Prometí ayudarla a preparar una torta. Me levanté de la cama de forma fugaz, rompiendo con aquella conexión, antes de abrir la puerta le  dije  a Sander que me tenía que ir ayudar a Nana, nos despedimos y  cada quien se fue hacer lo suyo.

Disculpen por no haber subido capítulos en todo este tiempo
Estuve ocupada con la universidad

Este es el último capítulo de la tercera parte, espero que les guste y disfruten de este capítulo

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