parte 6

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La sala estaba desordenada, los jarrones de cristal que algunas ves fueron hermosos floreros ahora son solo vidrios rotos tirados por el piso, los 3 cuadros que compramos en un viaje estaban hechos pedazos, que tristeza era verlos, esos cuadros los compramos cuando aún estabas con nosotros, pero ya no están al igual que tú.

Me enoja escuchar a la gente quejarse de sus hogares, ellos comen con sus familias, comparten con ellos los días malos y buenos, tienen a su alrededor gente que los ama que se preocupa por ellos, tienen un hogar con fallas y errores, pero lo tienen. Para mí, la señora García es mi única familia, aunque no lo sea por sangre, ella es mi Nana, lleva cuidándome 6 años, me espera para comer las dos juntas, aunque a veces suele ser muy dramática se preocupa por mi bienestar, las dos nos parecemos en algo, ninguna tiene un hogar.

La señora García tiene 68 años y es muy atractiva su figura no ha cambiado mucho, su rostro muestra las luchas que ha tenido a lo largo del camino, ha vivido muchas malas experiencias y aún está feliz y agradecida algo que yo no entiendo porque a diferencia de ella, yo no estoy feliz ni agradecida con nada.

-Adira, mira lo que te traje, un rico sándwich de jamón. -  dijo, señalo el sándwich que se encontraba en la mesa.

- ¡Oh! Ese es mi favorito, muchas gracias Nana. - hice un esfuerzo por sonreír y parecer normal.

-De nada cariño, ahora vamos te voy a ir a dejar, tu bicicleta está destrozada y si te vas caminando llegaras tarde.

- ¿Que? –  solté, confundida. Y antes de que Nana pudiera decir algo, corrí al patio trasero a ver mi bicicleta. Mi boca quedo entreabierta por él es pasmos al verla, estaba con el manubrio virado y el aro delantero hundido, con las llantas reventadas como si la hubieran botado desde un lugar muy alto. Ahora no había duda de lo que paso ayer.

tu sonrisa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora