parte 8

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Para la humanidad es difícil obtener, una casa, un carro, hasta un buen trabajo o carrera universitaria y tienen razón, pero hay una cosa más que al igual que al resto también es difícil de conseguir, algunos ni siquiera lo consiguen, y eso es un amigo. El mundo está inundado de oscuridad, que encontrar a un verdadero amigo se ha convertido en una tarea difícil. Las personas son monstruos con máscaras sonrientes. Si los ojos tuvieran el don de ver los corazones de la gente, la vida seria menos dolorosa.

Salude al viejo portero que recibe a todos con una sonrisa, el frio de la mañana se pasea por el colegio, la semana de exámenes ha terminado, todos se ven felices aun cuando ni siquiera saben cuánto sacaron. Frente a mí, se encontraba un grupo de 5 amigos, los observe fijamente y en un instante una imagen de mi niñez se proyectó en mi mente, un triste recuerdo. Me detuve y dejé que se adelantara, verlos riéndose entre ellos despertaba recuerdos junto con palabras que dejaron marcada mi niñez. Cuando un grito me saca de un tirón de mis dolorosos recuerdos  y me devolvió a la realidad, volteé para ver quien gritaba mi nombre y a lo lejos vi a una chica que venía corriendo hacia mí, la reconocí al instante, era Jade Harrison estudiante del “Colegio Educativo Albert Einstein” y mi compañera de asiento desde los 14 años.

-Adira, bu-buenos días- dijo agitada con la cara empapada de sudor.

-Buenos días Jade ¿estás bien? - le pregunte, haciendo un gesto de desagrado.

-Si, algo agitada nomas. - respondió, sacando una toallita del bolsillo de su abrigo y se comenzó a secar la cara-.Quería alcanzarte para conversar contigo antes de entrar al curso, después los profesores nos  retarían si nos ven conversando. 

-¿Qué quieres conversar conmigo, Jade?- pregunte con frialdad, girando mi cabeza para otro lado.

-Bueno…yo… yo quería invitarte a mi fiesta de cumpleaños, sé que dirás que no, pero….

-Entonces si ya sabes mi respuesta para que me preguntas- interrumpí ya harta

- ¡Adira por favor! ¡Ya han pasado 7 años y he hecho todo lo posible para demostrarte lo mucho que me arrepiento!-suspiro con tristeza- Solo te pido una oportunidad, yo quiero salvarte...

- ¿quién te pidió que me salves? Porque yo no he sido. - le dije mirándola con fastidio. - Adiós.

En aquella mañana clara, mis ojos estaban resecos como una estrella apagada, me marché sin mirar atrás, mientras tu sin quitar tu mirada de mí, llorabas, fue raro, no pude llorar, pero mi alma estaba hecha pedazos.

Hoy el cielo esta gris como el día en la que nos separamos, aún recuerdo los momentos que compartimos juntas, las risas alocadas, las travesuras que hacíamos. Cuando somos niños creemos en un mundo de fantasía en el que todo es posible, pero a medida que vamos creciendo la realidad nos golpea y es ahí cuando deseamos volver a hacer niños de nuevo. Cuando éramos niñas creíamos que seriamos siempre amigas y prometimos serlo, pero no pudimos cumplir esa promesa porque la oscuridad nos separó.
Dices querer salvarme, pero no necesito tu ayuda, porque ya encontré la solución para ser libre de la culpa que me ha perseguido todo este tiempo.

“Fue raro, no pude llorar, pero mi alma estaba hecha pedazos”- Fiodor Dostoyevski.     


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