Capítulo 21

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Cerré los ojos escuchando nada más que mi respiración y la de Violeta. Por primera vez, pensé en el beso que nos habíamos dado. Sonreí de pura emoción, pero me mordí el labio inferior recordando cómo habían ido a parar las cosas. De cualquier manera, no me arrepentía. Sentí el motor apagarse y abrí los ojos esperando encontrar mi casa. Me equivoqué.

-No tienes planes, ¿no?- oí la voz de Violeta. Volteé mi mirada a ella con una sonrisa de oreja a oreja. Negué con la cabeza.

-¿Dónde estamos?- le pregunté. Violeta se bajó del coche rodeándolo, y me dio la mano para ayudarme. Me reí del gesto.

-Bienvenida a mi casa.- respondió soportando mi peso para comenzar a caminar hacia la puerta de entrada.- Estoy cansada de subir y bajar las muletas, esto es más fácil. - se excusó. Yo levanté los hombros en respuesta ya que me daba bastante igual, y si esto me permitía estar más cerca de ella, mejor. Me dejó apoyada en la pared mientras ella removía sus bolsillos en busca de la llave. La observé sin cuidado. Aún recordaba el tacto de sus labios, la fuerza de sus manos y su calor corporal, que tan de cerca había conocido. Me declaraba adicta.

Abrió la puerta con facilidad, para volver a engancharme de su hombro. Su olor me invadió al entrar. Suspiré hondo observando cada rincón. Era una pequeña sala de estar. Desde allí se podía observar la cocina y un pasillo que se perdía con la oscuridad.

-¿Quieres sentarte?- me preguntó, a lo que respondí afirmativamente. Me recosté en el sofá, cerrando los ojos y agradeciendo a los dioses el giro de la noche.- ¿Cómoda?- dijo en un risa Violeta. Cuando volví a abrir los ojos, me observaba con dos vasos en la mano.-¿Quieres ver una peli?- volví a asentir. Me acomodé recta en un extremo. Violeta observó el sofá dudando para terminar escogiendo el otro extremo. Un metro de distancia nos separaba. -¡Oh, cierto!- se levantó de un salto. Me tendió el control remoto.- Escoge una. Voy a por palomitas. ¿Dulce o salado?

-Dulce.

-Es que te daría un beso.- dijo en tono de broma alejándose.

-¿Otro?- seguí la broma. Sentí miedo al no obtener respuesta.

Abrí Netflix sintiendo vergüenza en el cuerpo. Recorrí las tendencias hasta dar con una que tenía guardada en lista hacía tiempo: Aniquilación. No afirmo ni niego que Natalie Portman tuvo peso en mi decisión.

-Tu has empezado el primero.- mencionó Violeta al sentarse en su lugar con las palomitas en mano. Me sonrojé al recordar a lo que se refería.-¿Natalie Portman? Ya me gusta y ni la he visto.- tras ese comentario la observé con amor en los ojos.-¿Qué esperas?- me dijo al ver que no reaccionaba. Espabilé dándole start y acomodándome.

La oí tomando palomitas por lo que me estiré para alcanzarlas. La película transcurrió unos minutos en silencio en los que repetidamente me moví hacia ella, hasta que me cansé.

Moví mi cuerpo hasta que tocó el suyo propio y le dediqué una sonrisa cuando me miró inquisitivamente. Seguimos viendo la película en silencio. Cuando las palomitas se terminaron, me ofrecí a guardar el contenedor. Violeta se negó argumentando que ella tenía que ir al baño de cualquier manera. Volvió a los minutos, y a mí me había entrado el sueño pero lo ignoré. Volvimos a la peli hasta que se me ocurrió una cosa. Puse una mano en su rodilla y le regalé delicadas caricias en la zona, hasta que ella me alcanzó la suya y las entrelazó. Sentí que todo estaba en su lugar al notar que era ahora ella quien dejaba pequeñas caricias en mi palma. Apoyé mi cabeza en el respaldo y de alguna manera, me dormí.

Desperté tiempo después a causa de un ruido. Sin abrir los ojos, sentí que algo demasiado caliente para ser una manta me rodeaba. Me encontraba estirada en el sofá, sobre Violeta. Abrí los ojos como platos al sentir sus brazos rodearme y su respiración en mi oído. Mi cabeza reposaba en la parte baja de su cuello, casi sobre sus senos. La zona era tan cálida y me encontraba tan a gusto que no me atreví a hacer un solo movimiento, hasta que escuché a alguien.

Tras tus ojos (kivi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora