Las dos mujeres me observaron con asombro. Levanté las manos antes sus miradas juzgadoras.
-¿Nos espías?
-¿Viste a la Mari desnuda?- sonreí ante la pregunta de Violeta.
-No y no. Las vi pasar cuando fui en busca de nuestros cepillos, lo siento.- Tana asintió en comprensión pero la doctora mantuvo su mirada acusadora. La expresión en su cara me dio ganas de besarla.- Solo vi su espalda, no puedo creer que tengas celos de la Mari pero no de Julia.
-Dijiste que te gustaba.- argumentó. Tana volvió a observarme de manera acusatoria.
-¡Nunca he dicho eso!- me defendí.
-Si lo hiciste.- me rebatió con una sonrisa, dejando en claro que estaba bromeando. - Y no son celos.- aclaró. Hice un ademán con la mano para cortar el tema ya que sabía que era en vano discutirlo; nunca lo aceptaría.
-¿Decías?- me dirigí a la hermana, que se había mantenido en silencio. Suspiró con pesadez antes de hablar.
-Ella sólo se despertó y comenzó a bromear como siempre hace. Se vistió en silencio y no dijo absolutamente nada al respecto. Ni una palabra. Sólo bromas imbéciles sobre estar tan borracha de no ser capaz de llegar a su cama.- acompañó sus palabras con gestos de sus manos. Sostuve una de ellas cuando noté que se emocionaba.
-¿Es la primera vez que sucede algo entre vosotras?- acaricié su mano para tranquilizarla.- Algo carnal, me refiero. Incluso yo he notado que pasa "algo".- hice hincapié en la última palabra. Violeta me retó con la mirada. Gesticulé un "¿qué?", y ella negó con la cabeza sin que la mujer en medio nuestro nos viera.
-Ni yo sabía que algo sucedía, en realidad. No sé qué ha pasado, ni siquiera supe que me gustaban las chicas hasta la noche anterior.- declaró tapando su cara con las manos. Violeta acarició su espalda con cariño.- Creo que nos besamos en el bar la semana pasada. No estoy segura, solo tengo un recuerdo efímero en el baño, pero quizás fue un sueño.- dijo sin quitar sus manos. Se me ocurrieron varias bromas sobre sus sueños húmedos, pero ese no era el momento. Quizá más adelante.
-Yo creo que debes hablarlo con ella. Es imposible que no lo recuerde dado que se ha despertado desnuda a tu lado.
-Sabes como es la Mari, Violeta.- rebatió Tana.- Estoy segura que comenzará a hacer bromas y escapará. Hemos sido mejores amigas desde que tengo memoria.- me mordí la lengua para no corregirla. Tan amigas no eran si habían terminado así.
-¿Es suficiente para ti ser solo su amiga?- se escapó de mis labios sin remedio. Violeta volvió a observarme acusadoramente.- ¡Lo siento! Pero no podría imaginarme siendo solo tu amiga después de haber probado otras partes de ti.- levanté los hombros.
-Tiene un buen punto.- reconoció la doctora. Su hermana descubrió sus ojos azules, que se mantenían tan claros como el cielo del verano.
-Siempre ha sido suficiente, seguirá siéndolo.- declaró y dio un salto de la cama. Caminó hacia la puerta con rapidez y se detuvo.- Como oiga una indirecta frente a María me encargaré de recrear los gemidos que he oído de ambas.- avanzó y cerró la puerta a su espalda. Volví mi vista a Violeta, boquiabierta.
-Terminará muy mal.- comentó dejándose caer de espaldas. Observé sus piernas desnudas un momento y luego me pegué a ella.
-Definitivamente.- me puse a horcajadas y acaricié la zona bajo sus pechos con tranquilidad. Ella hizo lo mismo con mis piernas justo antes de sentarse y abrazarme por la cintura. Pasé mis manos por su cuello y comencé a sentir como besaba el mío propio. Moví mi cabeza al lado contrario para darle más alcance al disfrutar sus besos. Introdujo sus manos bajo mi sudadera y acarició cada una de mis vértebras de arriba a abajo, sin dejar de ocuparse de mi cuello.
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Tras tus ojos (kivi)
FanficVioleta residente de primer año. Chiara su joven paciente. Historia KIVI Cómo iba a saber yo, que tenía que frenar, cuando ese maldito semáforo me indicaba lo contrario? Vamos, que el hombrecito en verde siempre ha sido avance, de toda la vida. ¿C...