Capítulo 15

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-Puede que...- dije, y me aclaré la garganta.- Bueno, que...- volví a frenarme, no estando segura de como seguir.- Puedequelehayacomentadoamihermanoquemehazinvitadoaunaexposicióndearte.- dije, sin respirar. Cerré los ojos esperando su respuesta, la cual no llegó.- ¿Vio?- pregunté, aún sin mirar.

-Solo tú me llamas así.- dijo, luego de unos largos segundos. Sólo cuando escuché su voz me atreví a mirarla. Observaba el suelo. Me sentí mal al instante.

-Lo siento, lo siento mucho.- dije, casi sonando desesperada. No me importó.

-Está bien, Chiara. Fui yo quien te invitó de todas formas.- su respuesta no me calmó, y mucho menos el hecho de que no me haya mirado en ningún momento. Me moví hacia el borde de la cama, con intención de pararme. Rápidamente alcancé las muletas, pero me tambaleé al pisar. El movimiento atrajo la atención de Violeta, que rápido se halló a mi lado, sujetándome. -Quieta.- me ordenó. Quise buscar sus ojos, que volvían a evitarme.

-Violeta.- le advertí. Ella finalmente me dirigió la mirada.- Lo siento mucho.- dije, mirándola fijamente.

-No, yo lo siento. No debí haberte invitado, de todas maneras.- su comentario me dolió, por lo que fui yo quien esquivó su mirada esta vez.- No quise decir eso.- se corrigió rápidamente. -Es decir, quiero verte- tardó unos segundos en encontrar las palabras.- pero no debo, ¿sabes?- terminó. Yo negué rápidamente. Me las arreglé para que quedara entre mis piernas y pasé mis brazos por encima de su cintura, apoyando mi cabeza en su hombro derecho.

-Quiero ir.- aclaré, aunque era innecesario.- Quiero volver a verte.- agregué, por si quedaban dudas. Ella puso una de sus manos en mi cuello y la otra en mi espalda.

-Y yo.- su respuesta aceleró mi corazón, y temí que lo notara.- Pero no debemos.

-No me importa.- la corté rápidamente. - Yo quiero y tu quieres. ¿Qué más da?

-Eres mi paciente Chiara y eres menor aún.- dijo, e intentó separarse de mi.

-No estamos haciendo nada malo.- comenté, mientras me separaba un poco para mirarla a los ojos. Tenía cara de cachorrito abandonado.- Solo somos... dos amigas yendo a una exposición de arte, casualmente la de tu hermana.

-Deberías "ser amiga" de gente de tu edad y no de tu doctora.- dijo, mientras se acomodaba el cabello.-

-No eres solo mi doctora y tampoco nos llevamos tantos años, solo son 5.- le dije, casi retándola. Ella se rió.

-Lo sé Kiki, pero no sé qué me pasa, me siento mal haciendo esto .- comentó. Yo volví a acomodarme en su cuello y le dejé dos besos en esa zona, sintiendo como se estremecía.

-Vio no importa, yo tengo 17, voy a cumplir 18 y tú vas a cumplir 23 no es tanto.- le comuniqué, y ella volvió a abrazarme, dejando un beso en mi mejilla izquierda.

-Está bien.- dijo, cediendo por fin. Mi corazón volvió a enloquecerse al tiempo que subí mis manos por toda su espalda y volví a bajar, regalándole una caricia de agradecimiento.

Ella se separó minutos después.

-Suficiente.- dijo, y se alejó unos pasos. Miré divertida como se acomodaba el cabello por tercera vez en quince minutos.- Creo que necesito un corte, ¿no crees?- preguntó. Me reí despacio.

-Eres hermosa, Violeta.- dije y me sonrojé. Ella sonrió tímidamente.

-Para ya, este es mi lugar de trabajo y lo que menos he hecho contigo es trabajar.- dijo, como reprochándose a sí misma mientras caminaba hacia la silla de ruedas.- ¿Te sientes segura para caminar en muletas hasta la cafetería?- me preguntó, a lo que contesté afirmativamente. Cerró la silla y la acomodó en una esquina de la habitación mientras yo volvía a intentar pararme. -¡Quieta!- me advirtió, a lo lejos. Me hice la sorda. -¡Chiara!- volvió a llamar mi atención, yo me reí mientras me paraba con éxito. -¿Es que no escuchas?- yo le saqué la lengua en respuesta, viendo como se acercaba a mí y ponía su mano en mi espalda.

Tras tus ojos (kivi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora