Capítulo 35 (+18)

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En el camino de vuelta, se podía incluso respirar la tensión del ambiente. Algo había sucedido entre Maria y Tana en la noche.

Habíamos decidido dormir temprano y madrugar, así evitaríamos el peligro de conducir en la oscuridad. La situación entre ambas había sido regular la tarde anterior, no buena ya que apenas se dirigían la palabra, pero hoy ni siquiera se miraban. Sentí un poco de preocupación y supe por sus ojos que a la doctora le sucedía lo mismo.

Estábamos distribuidos de la misma manera que en el viaje de ida, solo que se notaba a simple vista que faltaba algo. Todos, incluso mis amigos, lo habían notado.

-¿Cómo habéis descansado?- intenté iniciar una conversación con el grupo, al tiempo que ponía una mano sobre el muslo de Violeta.

-Genial.- respondió Paul. Rus lo apoyó.

-Mejor que nunca.- reconocí la ironía en la voz de la hermana de Violeta. Observé a la Mari instantáneamente y apretaba la mandíbula. Violeta se apresuró a hablar.

-Me tiraste de la cama anoche, y ni siquiera lo notaste.- se dirigió a mí pero incluyendo a todos en el coche. Me pregunté el por qué lo estaba compartiendo con todos con lo reservada que era. Luego me reí con vergüenza cuando analicé lo que dijo.

-Que salvaje.- se burló la Mari y cuando la observé había recuperado su sonrisa normal.

-No se queda quieta ni un segundo, te lo juro. Cuando no está abrazándome, está empujándome.- la observé y tenía una mirada tranquilizadora. Supe que sólo lo estaba contando para aliviar las tensiones, pero eso no quitaba el hecho de que estaba dejándome en ridículo.

-¿Es una queja? Estoy segura de que Índigo no se quejaría...- comenté burlándome de su comportamiento el día anterior. Levantó una ceja al tiempo que María decía "uhhhh".

Apretó mi muslo interior y yo me reí en respuesta. Desabroché mi cinturón y me senté sobre ella con facilidad. Estaba a punto de decir algo cuando pegué mis labios a los suyos. Me separó y me quitó de encima pocos segundos después.

-Como vuelvas a quitarte el cinturón otra vez me aseguraré de graparte al asiento.- me retó. Volví a reír quedándome quieta cuando se estiró para volver a atarme, y la sostuve por el cuello cuando quiso acomodarse. Volví a pegar nuestros labios y esta vez me respondió con tranquilidad. Cortó el beso dejando otro roce para luego separarse.

-Siento molestarte por las noches.- le dije en un susurro arrepentido. Negó con la cabeza haciendo chocar nuestras narices y el gesto me pareció tranquilizador.

-No me molestas Kiki. Me gusta observarte mientras duermes.- dijo en el mismo tono. Oí como comenzaba a sonar la emisora, supuse para darnos algo más de privacidad, y me sonrojé. Rocé nuestros labios suavemente una vez más y me separé luego de que ella dejara un beso en mi frente. Me encantaba que lo hiciera.

Entrelacé nuestras manos y volví a mirar a la pareja -no tan pareja- delante. Tana observaba a un lado y María simplemente conducía. Tomé el celular de Violeta y pedí permiso con la mirada. Asintió por lo que lo desbloqueé y me dirigí al chat con su hermana.

"¿Qué ha pasado?"

Nos observó de reojo cuando lo leyó, y con rapidez tecleó.

"He intentado hablar con ella y me ha dicho que ha sido un error, que iba muy mal y que me he aprovechado."

"Me ha dicho que no le gustan las chicas."

Me aclaré la garganta al leer el último mensaje. Violeta se rió disimuladamente apoyada en mi hombro.

Tras tus ojos (kivi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora