Luchó con él moviendo su cuerpo y sus brazos tratando de liberarse de su agarre pero él era más grande y más fuerte. Sin mucho esfuerzo cogió sus muñecas en una sola de sus grandes manos y las puso encima de su cabeza contra la pared.
Con la respira...
Malfoy se separó de ella al instante y Hermione sintió la ausencia de sus labios caer en su conciencia. Él no... ¿no quería esto?
La vergüenza comenzó a descender en ella. Sintió su rostro ruborizarse. Merlín, se empezó a sentir como una tonta. La observaba con sus ojos ampliamente abiertos, recorriendo su rostro sin pestañear.
Hermione abrió la boca para decir algo y él se precipitó hacia ella. Cogió su quijada fuertemente con su mano y atrajo su rostro al suyo con rudeza. Sus labios se rozaban cuando él habló.
—No tienes idea de lo mucho que he pensado en esto.
Sus palabras llegaron directamente al centro de su ser y el calor comenzó a devorarla en una oleada incontenible. Sin poder controlarlo, ante la sensación de anticipación que la consumía, ella se mordió el labio inferior.
—Joder, Granger.
Al escucharlo sintió su piel arder, eso en su interior se retorcía en un vórtice de ansia.
—Dime que pare.
Su voz casi parecía ronronearle y Hermione solo podía mirar sus labios. Sin pensarlo, ella levantó un dedo hacia él y acarició su labio inferior suavemente. Malfoy la dejó y luego atrapó su dedo entre sus dientes sin morder... y lo lamió. Sintió un poderoso tirón que la estremeció hasta su mismo núcleo. Hermione hizo un esfuerzo por tragar saliva. Le faltaba el aliento.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Se estaba dejando llevar hasta un punto donde no sabía si podría parar. En el fondo sabía que estaba mal, que esto era incorrecto, que nunca había experimentado algo así con ningún chico, pero estaba a punto de permitir que Malfoy... ¿Que iba a permitir? No estaba segura, no estaba segura de nada.
Estaba cansada de pensar... cansada... Solo quería... sentir.
Se acercó a él, dejando que sus cuerpos se unieran y lo besó de nuevo.
Malfoy gruñó de placer y esta vez respondió el beso de inmediato. Cerrando y abriendo su boca mientras movían sus rostros devorándose por completo, era una ráfaga de lenguas, labios y dientes. Él la besaba como si su vida dependiera de ello, con una necesidad avasalladora, como si cada beso fuera un intento de fundirse en uno solo. Hambriento y voraz, lamía y chupaba sus labios mientras su lengua dejaba caminos de fuego en la suya.
Totalmente desenfrenados.
Ella cerró sus brazos alrededor de su cuello, abandonándose por completo a él, quien, sin dejar de besarla, la alzó por la cintura y la llevó hacia el pupitre más cercano a ellos, la colocó en la mesa suavemente y se posicionó entre sus piernas.
—Dime lo que quieres, dulzura —susurró en sus labios.
Hermione apoyó sus manos en el pupitre y lo miró a los ojos tragando saliva, nerviosa.
—Yo... yo nunca...
La miró sorprendido por un instante y luego asintió levemente.