22. Eres

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En el instante en el que estuvieron fuera del salón, Hermione tiró de su brazo para liberarse, pero él la sostenía con tanta fuerza que fue imposible.

—Déjame, Malfoy. —Él siguió caminando por los pasillos sin escucharla—. Suéltame. —Él encontró un despacho vacío y abrió la puerta—. ¿Qué haces? No sé de quién es este despacho.

Ingresó con ella, sujetando aún su muñeca. Él ambiente estaba a oscuras, solo la tenue luz de la luna se filtraba por la ventana. Una vez dentro, la liberó al fin, encendió una vela sin varita rápidamente y se volvió hacia la puerta. Al cerrarse, el cerrojo hizo un sonido metálico con un ligero chasquido. Él se quedó de pie frente a la puerta de espaldas a ella por un momento.

—¡¿Te has vuelto loco?! —Hermione estaba enfadada. Más que eso. Estaba furiosa—. ¡¿Qué diablos te sucede?!

Se giró hacia ella, suspirando profundamente y cerró los ojos.

—No puedo hacer esto, Granger...

—¿Qué...?

—No puedo soportarlo... pensé que podría, pero...

—Entonces ya sabes que hacer.

—¡No, no sé qué jodidamente hacer!

—¡Irte! ¡Eres bueno en eso!

Pudo ver cómo sus palabras golpearon su rostro y se sintió mal en el instante en que salieron de su boca. Dioses... Ella tampoco podía hacer esto...

—¿Por qué... por qué tuviste que volver, Malfoy?

Él la miraba con una expresión herida, con sus impresionantes ojos llenos de dolor.

—Sé que fui un imbécil. Cometí errores, fui egoísta y tienes razón, no fui valiente, pero cada maldita decisión equivocada que tomé fue para protegerte. No podía soportar la idea de que sufrieras, y hubieras sufrido, Granger, porque te hubieran señalado como a mí. Tus amigos, la gente, en tu trabajo. Que te marcaran como a mí, que te estigmatizaran... no... no te merecías eso... joder, no te lo mereces.

¿Protegerla? Ella había ganado la jodida guerra, podía enfrentar a cualquier idiota con mente estrecha que se hubiera atrevido a decirle algo, pero no le había dadola maldita oportunidad de demostrarlo.

Sus manos temblaban mientras lo observaba. No quería verlo. No quería escucharlo. Tenerlo tan cerca era demasiado difícil... tenía que salir de ahí.

—Tengo que volver. Alex debe estar...

Entonces su rostro se contorsionó y vio la ira invadirlo de inmediato.

—¿Estás enfadada porque interrumpí tu encantadora cita?

—Basta, Malfoy

—Dime, Granger ¿Te gusta?

—Ese no es tu...

—¿Te gusta? ¿Es a él a quien quieres?

—Él... él es decente y... confiable.

—¡Contesta la maldita pregunta! ¿Lo quieres a él?

—¡No!

Su voz temblaba igual que el resto de su cuerpo. Todas sus emociones estaban intentando liberarse y ella estaba haciendo todo lo posible por controlarlas.

—¡Dioses! ¡Eres un niño! No te gusta que te quiten tu juguete, ¿entonces qué? ¿Lo encierras en una habitación?

—¡Tú no eres un maldito juguete!

—¡¡Entonces, ¿qué rayos soy?!!

—¡¡Eres insufrible!! ¡Me vuelves loco! ¡No puedo concentrarme la mitad del tiempo porque no sales de mi cabeza! ¡Todos estos malditos años! Nunca... nunca pude dejar de pensar en ti, en tu rostro, tus labios, tus ojos. Cada vez que te veo, me dejas sin aliento. Incluso ahora, no puedo concentrarme viéndote en ese vestido... Eres tan jodidamente hermosa, toda tú, desde tu exterior hasta tu esencia. Eres amable y buena, nunca conocí a alguien con tanta bondad en su corazón; eres increíblemente valiente, siempre estás dispuesta a luchar por lo que crees, eres tan compasiva, siempre estás cuidando de los demás hasta el punto de olvidarte de cuidar de ti misma, eres brillante, maldición, probablemente salves el mundo más de una vez. Eres fuerte, más fuerte de lo que cualquiera podría imaginar, incluso tú, eres inspiradora, eres auténtica, eres ingeniosa, eres decidida, eres... eres... joder, Hermione... eres...

Endure (Dramione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora