Endure (Dramione)

28. Oscuridad

Esto sería divertido.

Podía sentir la placentera anticipación mientras los veía acercarse, especialmente a ella.

—Pero si son Potter y Weasley. Los traidores a la sangre están igual de sucios que los Sangre Sucia, ¿cierto?

Se fijó directamente en ella: quería herirla, quería sentir el dolor en esos ojos, sentir la increíble sensación de poder sobre ella, porque ella era inferior. Pero su mirada era de confusión y eso lo jodió todo. No. Se supone que debería dolerle. Por qué seguía teniendo esa estúpida y jodida expresión de inocencia en esos malditos ojos saltones. Y luego, la vio, algo mejor que verla sufrir era verla furiosa. Vio esa mirada de furia y desafiante.

—¿Sangre sucia? ¿Y eso qué es?

Su voz... odiaba su voz... Odiaba escucharla en clases, odiaba tener que competir por el primer lugar con esa voz sedosa, odiaba verla, odiaba compartir un espacio con ella. No merecía estar ahí. No pertenecía a su mundo. Era una intrusa.

—Eres una traidora a la sangre, una sucia traidora a la sangre.

Dejó que su voz gotease desdén y repulsión mientras lo decía. Era la primera vez que se lo decía a alguien directamente. Padre lo hacía siempre y se veía tan fácil.

Por fin. Había dolor en sus ojos sorprendidos y él se sintió... incómodo. Que diablos le sucedía, esto era un triunfo, porque se sentía... se sentía...

No. Era un Malfoy, y los Malfoy no mostraban debilidad.

Todo se oscureció. Todo se desvanecía.

Draco parpadeó, intentó abrir los ojos y cuando lo logró, no había nada. Miró hacia abajo y estiró sus manos pero solo vio oscuridad, tocó sus brazos, su torso, aún los sentía, aún estaba aquí. ¿Cuánto tiempo estuvo aquí? ¿Dónde estaba?, unos grandes ojos sorprendidos y llenos de dolor golpearon su mente como un látigo.

Granger...

Su pulso se aceleró mientras recordaba haberla llamado así. No, no, no...

—Hermione...

Su voz salió áspera, ¿hace cuánto que no la usaba? Pero aún podía usarla.

Algo empezó a sonar a lo lejos, intentó agudizar el oído, ¿qué mierda era eso? No podía oír bien, estaba muy lejos. Necesitaba moverse, entonces se dio cuenta que estaba en el suelo, en algún tipo de suelo. Intentó ponerse de pie, pero sus músculos se quejaron; podía sentir dolor, eso era bueno.

Con dificultad logró incorporarse y empezó a caminar, no sabía hacia dónde, hacia la nada. Seguía el ruido, tenía que saber qué era. Continuaba sonando tan lejos, pero él no se detuvo, caminó por horas, ¿o fueron días?¿Semanas?

Poco a poco el ruido fue tomando forma, fue entendiendo qué era. Eran gritos. Desgarradores gritos de dolor. Su corazón comenzó a bombear a toda velocidad.

—¿Hermione?

Nada. Sólo más gritos. Sus pies empezaron a andar más rápido, no veía a dónde iba, sólo necesitaba llegar ahí, donde sea que fuera. Los gritos empezaron a sonar cada vez más fuerte.

—¡Hermione!

Corría y corría pero no podía llegar, su respiración ahogada y su cuerpo exhausto no querían permitirle avanzar más, pero no podía parar, no podía detenerse. Sus pies llenos de torpeza agotada tambalearon y cayó al suelo. Quería ponerse de pie, quería seguir pero no podía, no podía y los gritos seguían torturándolo. Joder, ¡¿quién gritaba asi?!