Endure (Dramione)

17. Fue mi culpa

—Blaise, esto está exquisito.

—No es por alardear, pero las Bodegas Zabini tienen unos cuantos premios en las repisas —respondió arqueando una ceja—, en ambas sociedades, mágica y muggle —añadió sin modestia.

—Bueno, salud por eso —dijo Draco elevando ligeramente su copa antes de disfrutar otro sorbo del delicioso vino. El aroma afrutado lo envolvía, mientras la textura aterciopelada deleitaba sus sentidos en su paladar. Se permitió relajarse, sintiendo la tranquilidad apoderándose de él mientras se recostaba en el cómodo sofá del amplio salón de la Mansión Zabini. Cerró los ojos.

—Debo admitir, Draco —comenzó Blaise mientras se servía otra copa—, que estoy particularmente sorprendido por tu visita. Es solo una visita, ¿verdad? ¿O has decidido volver?

—Al parecer, he vuelto —murmuró, tomando otro sorbo.

—No pareces muy convencido —observó Blaise.

—Hasta hace un día, no lo estaba.

—¿Y qué sucedió?

Draco dio otra calada a su cigarrillo, dejándose llevar por la mezcla de humo y la dulzura del vino en su garganta.

Dulzura...

—Ella sucedió —dijo finalmente.

Hubo un momento de silencio antes de que Blaise rompiera el ambiente tranquilo.

—Cuando mencionaste en tu carta que irías a San Mungo, supuse que la verías —confesó.

Draco entonces abrió los ojos, sorprendido.

—¿No se te ocurrió decirme algo? —preguntó con una mezcla de sorpresa y molestia.

—No quería interferir con tus planes. Parecías muy emocionado con este nuevo proyecto. Además, si lo hubieras sabido, ¿hubieras hecho algo diferente? —planteó Blaise. Draco respiró profundamente mientras consideraba la pregunta.

—No... la verdad es que no —admitió.

—Entonces... ¿Qué piensas hacer sobre ella? —preguntó Blaise.

—¡Así que es cierto! ¡El bastardo ha vuelto!

Draco y Blaise giraron sus cabezas hacia la estridente voz de Theo mientras él hacía su ingreso al salón, arrebatándole la copa a Blaise y bebiendo su contenido de un solo trago.

—Debería hechizarte por desaparecer así, Malfoy. ¡Y por tres malditos años!

—Dos —corrigió Blaise.

—¡Como sea! Este año ya es historia —continuó Theo.

—Theo... —empezó Draco.

—Ahórratelo, asumo que esta dramática decisión se debe a esa «ella» de la que estoy escuchando por primera vez —dijo Theo con un gesto exagerado mientras tomaba asiento en el sofá de enfrente—. ¿Quién cojones es? ¿Y por qué una mujer te hizo desaparecer e ignorar a tus mejores amigos? —continuó Theo con un tono de incredulidad.

Draco se debatía si decírselo a Theo o no. Sabía que todos habían madurado desde sus tiempos en la escuela y que en realidad Theo nunca tuvo los pensamientos extremistas que su padre, Theodore Nott senior, profesó públicamente antes y durante la guerra. Theo solo tomó la marca porque lo obligaron. En realidad, ambos se parecían mucho...

—Es Granger —pronunció Blaise con ligereza.

Vio la sorpresa extenderse por todo el rostro de Theo. Draco frunció el ceño hacia Blaise.

—¿Qué? ¿Planeabas mantenerlo en secreto?

Pasó su mano por todo su rostro con exasperación.

—No, yo no... joder, no lo sé.