CAPÍTULO 11: DULCE ILUSIÓN

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POV Charlotte

—¿Qué haces aquí?

Me estaba volviendo loca, cerré los ojos varias veces para intentar ver otra persona, pero era ella. Engfa estaba parada en mi puerta, con su brazo apoyado contra la puerta. Llevaba un vestido diferente al de esta mañana, ahora era azul, su abrigo negro abierto, mostrando el escote del vestido. Su cabello estaba todavía suelto, estaba desaliñado y extremadamente sexy. La miré fijamente durante largos minutos, no parecía normal, tal vez bebió, esa era la única explicación.

—Señora, ¿qué está haciendo en mi casa? —pregunté.

—¿Qué estoy haciendo? Vine por explicaciones, Charlotte, o debería decir, Chiara.

En ese momento, cuando escuché ese nombre salir de su boca, sentí toda la sangre de mi cuerpo parar, para luego correr por mis venas, bombeando mi corazón tan rápido que podía escuchar sus latidos en mis oídos. Sentí mi cuerpo sudar, mi voz desaparecer, lo había descubierto, la única duda era: ¿Cómo?

—¿Cómo usted...?

—¡No importa cómo me enteré! —fue rápida y firme. —¿Pensó que podía engañarme?

Engfa tenía un brillo diferente en sus ojos, eran oscuros y feroces. Con pasos lentos se acercó hacia mí, acorralándome entre ella y la puerta. Di unos pasos atrás hasta que sentí mi espalda contra la puerta.

—No fue mi intención... Engfa.

—¿Estuvo bien jugar conmigo de esa manera?

No sé lo que sentí en ese momento, Engfa estaba delante de mí con una sonrisa diabólica, jugando un juego que era desconocido para mí. ¿Qué quería de mí?

—No fue mi intención, solo... Pasó...

—Solo pasó... —repitió.

Me quedé callada mientras me observaba.

—No debiste de haberlo hecho Austin, no debiste —habló.

Sentí como mi corazón quería desgarrar mi pecho, de lo fuerte que latía. En ese momento exacto estaba apoyada en la puerta, con la mujer cuya mirada era destructiva, me observaba. Tenía una mezcla de ira, odio, deseo y excitación. ¿Era posible que en un momento tan tenso me sintiera atraída a ella?

—Lo siento... —susurré.

—No lo sientas, no te arrepientas como una cobarde —su voz era dura. —Te voy a enseñar a no mentirme.

Engfa llevó sus manos a mi cabello con calma, poniendo algunos mechones detrás, dejando mis hombros libres. Acarició mi piel desnuda, subiendo por la extensión de mi cuello hasta llegar a mi cara. Observando mis ojos que gritaban ayuda, sonrió.

The Stripper-EnglotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora