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Alexia

─Alexa, eso es muy poco tiempo ─ me quejo con mi hermana.

─Dos horas son más que suficientes, en eso o no vas ─ dice ella sería, bufo, molesta porque sé que si quiero ir, necesito de su ayuda.

Es un poco ridículo que siendo mayor, por escasos minutos, pero mayor que ella al fin, estoy por debajo de ella, no me molesta demasiado, en realidad, bueno, solo Cuando quiero salir y ella me pone toque de queda.

─Recuerda que nos vamos mañana temprano─ me dice ella.

Mañana salimos a Sicilia vamos a ir a ver unos desfiles de moda, después de terminar nuestras carreras en diseño, Alexa en la confección de joyas y yo en la confección de prendas, hemos permanecido un tiempo en Italia trabajando en lo que es nuestra marca, Cassia está haciendo lo mismo desde casa y aunque su especialidad y pasión sean los zapatos, pues todo será una marca de las tres.

─Si ya lo sé, ¿vas a salir? ─ le pregunto un poco confundida, ya que se está arreglando.

─No, Caref estiva de visita ─ contesta ella con emoción.

Desde el inicio de universidad ellas llevan una extraña relación, ellos están juntos, pero no lo quieren decir, al principio mi hermana, pues quería mantenerlo en secreto, sí, secreto con las miradas ardientes que se dan, cualquiera sé da cuentas de que se tienen ganas. Desde un año para acá, Alexa quiere, pues, que anuncien su relación de manera oficial, pero no entiendo bien por qué él me quiere anunciarlo, dice que es por el abuelo y sí, al abuelo no le agrada y no lo entiendo, no hay nada de malo con él.

Pero el abuelo ha demostrado tener razón con las personas en ocasiones anteriores

Yo me sabría qué decir al respecto de todas maneras, mi hermana está muy enamorada él y él también se ve muy enamorado de ella, como si ella fuera todo, quiere entender si es que el abuelo no lo nota o yo estoy loca.

─Diviértete, usen protección ─ le digo para después salir de la habitación, para dejar que termine y voy a la mía para hacer lo mismo.

No entiendo bien como es que mi hermanita lo hace, pero logra que los guardaespaldas no digan la verdad de lo que hacemos, todo empezó con las visitas de Caref, el abuelo supo de las primeras y la reprendió por eso, pero después él no se volvió a enterar a sí que le pedí ayuda para que el abuelo ni nuestro padre se enteraran de mis escapadas.

Desde.... creo que siempre, me has gustado las carreras de autos, me gusta verlas, me gusta ser partícipe de ellas y aquí en Italia hay muchas, si no son legales, pero eso las hacen incluso mejores, por su puesto nadie en la familia estaría de acuerdo en que participara en carreras ilegales, pero tampoco les afectará lo que no saben.

Me preparo para salir, con unos pantalones negros un top rojo una chaqueta de cuero negro también y unas botas bajas del mismo color, mientras termino de maquillarme le aviso a mi guardaespaldas que esté listo, no es que salga sin ellos, tampoco es que estoy loca, solamente que ellos no dicen a donde salimos en realidad.

Si mi padre o el abuelo pregunta, salí a un restaurante, a cenar, o a un club, nada más.

Recojo mi cabello en media cola, en mi maquillaje destacó mis ojos y un labial suave, cuando estoy esperando el ascensor para irme, Caref está llegando.

─Buenas noches ─ saluda el serio y cortes siempre, es un hombre extraño, misterioso, habla muy poco de su familia, lo poco que se es que fue adoptado y que su madre murió cuando era muy niño.

─Buenas noches ─ le saludo de vuelta mientras él sale y yo entro al asesor.

_______

Un lugar digno de una película de rápido y furioso es el lugar de la carrera de esta noche, hay un gran equipo de música que estoy segura de que se escucha a cuatro kilómetros de aquí, estoy segura de que debe de ser una propiedad privada de alguien de aquí, porque de lo contrario no se podría tener tanta libertad con el ruido.

En el ambiente lo único que se puede percibir es el olor del asfalto llantas quemadas y alcohol, no sé por qué, pero me encanta, Alex dice que estay loco porque me gustan lugares así, no lo dice abiertamente para ella piensa igual que nuestro padre y nuestro abuelo respecto a la seguridad, con cierta libertad, pero igual.

Pase entre la gran cantidad de personas hasta el que está encargado de las carreras, vengo por las carreras, la emoción, la adrenalina que esta me provoca y aunque la fiesta está muy y tenga ganas de bailar un poco también, tengo límite de tiempo gracias a mi adorada hermanita.

─¿Cuánto para entrar? ─le preguntó a quién está anotando todo, parece una mezcla entre un hippie y un gánster de los 80'S, hay las mujeres a cada lado de él, ropa interior y lo que llevan puesto en la misma cosa. El tipo levanta la vista de la tableta mirándome de arriba abajo, reconozco bien, una mirada no me cree capas.

No digo que soy la mejor para poder ser lo le tendría que dedicar más tiempo y esfuerzo, algo que en este momento y por los años siguientes estoy haciendo para levantar la marca de moda con mis hermanas, no obstante puedo decir que soy buena, muy buena.

─40 mil ─ dice él con suficiencia, supongo que piensa que no tengo la cantidad, pero todo el que está aquí es porque tiene o viene de una gran familia que tiene dinero y yo tengo una gran familia que no se fija en mis gastos.

Sacó el dinero del interior de la chaqueta, la verdad es que traje un poco más del que debí, ya que no sabía exactamente cuánto debía de traer. El sujeto abre mucho los ojos cuando ve todo el dinero que cargo y es mejor que el resto se lo entregue a mi escolta para no perderlo.

─Aquí está ─ le entrego el dinero, cuenta para verificar que está todo y después me da un pequeño aparato.

─Esto es tuyo ─ dice extendiéndolo hacia mí, pero lo aparta antes de que lo pueda tomar ─cuando empiece a vibrar llevas, tu auto a la pista, tendrás tres minutos para hacerlo, si no llegas, quedas fuera y el dinero no es reembolsable ─ me explica él.

─No hay problema ─ contestó tranquila.

─No te preocupes, te buscaremos a alguien fácil para ti ─ me dice él.

─Gracias, pero no es necesario─ le digo tomado el pequeño aparato, para después buscar a mi escolta y darle el dinero y que lo le guarde.

Mientras espero a que llegue mi turno en la carrera me pongo a bailar, no tomo, por muchas razones, la primera es sobre todo que no confío en que no le pongan algún tipo de alucinógeno a mi bebida, ya es ficiente peligro al que me expongo en venir a lugares como estas para sumarle que me ponga a tomar sin preocupaciones, la otra razón es que vengo a correr, no puedo correr si tomo así que no lo hago.

Me distraigo bailando un buen rato, las carreras se están haciendo desde que llegué seguramente antes porque llegué pasada las diez de la noche, pero los que gustan pueden ver las carreras o bailar hasta que se casen las pies y desde hace cómo dos canciones hay un tipo que no deja de mirarme, aparte de mi claro.

Debo admitir que aparte de sentir y disfrutar la adrenalina de las carreras, también he tenido uno que otro coqueteo y metida de mano en algún lugar más oscuro y privado. En ninguna de las veces anterior no paso a nada más que esa vez, he vuelto a ver a alguno, pero tanto ellos cómo yo, hacemos de cuenta de que no nos conocemos.

Ha sido lo mejor, porque después tendría que explicar dónde fue que nos conocimos y no puedo decir la verdad.

De repente empiezo a sentir que algo empieza a vibrar en mi cuerpo, lo que significa que es momento de ir por mi auto. Serpenteó entre la gran cantidad de personas para poder salir e ir por mi auto y cuando estoy a punto de salir en medio de toda la multitud de gente siento que me toman de la mano.

─Aún no es media noche para que te vayas tan rápida princesa...

Alexia LitmanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora