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─Te dije que regresaras en dos horas ─ me dice Alexia sentada frente a mi cama.

─Peleaste con Caref─ comento el fijarme que apenas serán las siete de la mañana.

─Aunque no hubiera peleado con él no te hubieran librado de mí ─ dice sería ─ tenías que estar aquí alrededor de las 11, llegaste a las 4 ─ me dice ella.

─Y ni siquiera son las siete, déjame dormir un rato, me regañas en el avión ─ digo girando me en la cama para no verla.

─No, será ahora, en el Jet ahí muchos oídos─ dice ella, si, todas las personas que trabajan para nosotros informan de todo o a nuestro padre, o al abuelo, por lo que tenemos que tener cuidado de lo que hablamos, aunque sean personas de confianza, hay temas que simplemente no podemos, hablar con ellos presentes.

Sin más remedio me siento en la cama para recibir su regaño, ni siquiera soy capaz de mantener los ojos abiertos, después de hacerlo en su auto, nos fuimos a un hotel, no me sentía preocupada en lo más mínimo, tanto porque sabía que mi escolta me estaba siguiendo en cada paso, además de que él no me parecía peligroso, es posible que el deseo y él placer que me provocaba nublara por completo mi cordura y por eso no me estaba importando en lo más mínimo adonde me estaba llevando.

Estúpido Caref

¿Por qué justamente esta noche tenían que pelear?

Ellos pelean mucho y después están de nuevo juntos, incluso más enamorados que antes uno del otro, porque claro que Caref está enamorado de mi hermana, eso se le nota desde lejos, pero él problema es él abuelo o él no lo se bien, pero es él motivo de sus discusiones.

─¿Te cuidaste? ─ me pregunta sin rodeos.

─Por supuesto que sí─ contestó.

─¿No hiciste nada estúpido en esa habitación? ─

─Por supuesto que no ─ contestó adormilada, pero muy ofendida

El tipo de anoche me gustaba, mucho, por eso me acosté con él, pero eso no significa que me iba a poner, a hacer locura, como tomarme fotos y mucho menos videos, no estoy demente, ni lo conozco, conozco su cuerpo, sí, pero ni siquiera sé su nombre.

─Bien, no me vuelvas a pedir que te cubra para salir en los siguientes tres meses – me dice ella levantándose para irse.

─Eso es demasiado – me quejo, ella solo se encoge de hombros mientras sale de mi habitación.

Es injusto

Además, es ridículo que mi hermana menor me controle de esta manera y que ella sea la que me de permiso para poder salir. Incluso perdí el sueño, así que me levanto para ir a darme una ducha, mi cuerpo aún huele a sexo, no me duche cuando llegue, solo me quite la ropa, me quede en ropa interior, solo con las bragas, porque mi sostén no sé donde quedo, ni siquiera estaba en la habitación de aquel hotel, porque lo busque.

A Pesar de todo, valió la pena

Pov Dario

Despierto por lo molesta que es la luz que se filtra por la ventana, giro en la cama buscando el menudo cuerpo de la lindura que me encontré anoche, pero mis manos no encuentran nada. Abro los ojos buscándola, pero en efecto no está y no hay nada en la habitación que me indique que aun está aquí.

Que lastima, quería seguir repitiendo

Es una chica muy linda, que sabe correr muy bien, son muy pocas las mujeres que conozco que saben correr tan bien como ella y ella lo hace con mucha habilidad.

Debí de preguntarle su nombre

No soy alguien de relaciones formales, desde hace tiempo que no lo soy, pero no me molestaría para nada volver a verla de nuevo, claro si ella también estaría dispuesta a seguir viéndonos, parecía a alguien que no estaba interesada en una relación formal, pero nunca se sabe.

Me levanto y voy al baño, me hace falta una ducha, antes de llegar al baño me doy cuenta de que mi celular está sonando, lo había puesto en silencio y solo iba a sonar en caso de una emergencia y que tuviera que volver a casa, pero cómo no está sonando, pues lo ignoro.

Después de una merecida ducha me visto y me voy, me voy al club, me muero de hambre y quiero comer tranquilo, porque sé que si voy a la casa de mi familia sé que no lo haré.

A la familia le molesta todo lo que hago, desde pequeño ha sido así, si hago algo está mal y si no lo hago también, pero mi hermano, lo que él hace no está mal, aunque se esté robando algo que sea mío, aunque me esté quitando algo que gane, por lo que trabaje, no, si él lo hace no está mal en lo absoluto.

Por eso también me gusta salir a las carreras, porque ahí puedo ser yo y puedo ser él mejor, aunque esa princesa casi me gana.

─Hola Dario ─ escucho una voz femenina seguido de un beso en mi mejilla.

─Hola Zoe ─ le saludo, es una amiga, una amiga con muchos beneficios.

─Pensé que te vería en ayer ─ me dice ella.

─Hubo un pequeño cambio de planes ─ contestó. Pocos saben de las carreras, mi familia lo sabe, aunque no sabe cada vez que voy, por supuesto ellos no aprueban que haga ese tipo de cosas.

Un Begoti no se involucra en esas cosas ilegales

Cómo diría mi padre, para él la imagen de la familia es lo más importante, dinero, él poder, él cómo las personas nos perciben los demás y él no quiere que nada, nada manche la inmaculada imagen que de tan importante apellido. No debió de tenerme entonces, ya que él considera que fui un error, claro no lo ha dicho nunca tan abiertamente, pero es claro que se arrepiente de haberme tenido con mi madre.

Ella es la única que me apoya, claro que no me apoya las carreras, eso si que no, porque las considera muy peligrosas, no digo que no, una vez estuve involucrado en un accidente, no había sido la primera vez, pero si fue la primera vez que mi familia se dio cuenta.

La persona con la que corrí intento sacarme del camino, bueno, me sacó del camino, perdí el control y cuando desperté, cuatro días después en un hospital, solo mi madre estaba ahí conmigo y fue la única que estuvo durante el tiempo de recuperación. Al volver a la casa, solo me recibieron los regaños de mi padre.

Poco me importaron la verdad, lo único que me importaba era la palabra de mi madre, a ella sí le importaba, a él no, a él solo le importaba lo que decían los demás del accidente que había tenido y cómo por estar en carreras clandestinas me había pasado eso.

Mi Madre me había hecho jurarle que no iba a volver, ha hacerlo, que no me iba a involucrar en carreras clandestinas de nuevo, que había tenido mucha suerte y en realidad había tenido mucha suerte, pude haber muerto. Por varios meses cumplí mi palabra, fui un hijo bueno, el hijo del que ella estaría orgulloso, me involucré más en la empresa, para que ella estuviera más tranquila, pero no pude cumplir mi palabra por mucho tiempo.

Las carreras son un desahogo, me hacen sentir vivo, me hacen sentir yo, solo soy yo, no tengo que convertirme o tratar de ser alguien para hacer feliz a los demás, porque cuando corro ser yo es más que suficiente, no cómo en la mansión Begoti.

Alexia LitmanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora