18

595 101 5
                                    

Dario

─¿Alguno tiene una batería portátil?, gasté la poca batería que tenía hablando con Manolo y no he podido avisarle a Alexia que ya llegamos y si podremos cenar esta noche ─ le digo a mis padres y hermano cuando me siento en la mesa.

No me molesta que mis padres hayan venido conmigo a conocer oficialmente a Alexia, mi madre la verdad es que está muy emocionada, mi padre, por otro lado, es que ha hablado muy poco del asunto, no sé si es algo bueno o algo malo, de lo único que hablamos él y yo es de trabajo, ni siquiera me dijo nada cuando me fui de la casa.

Lo que no me gusta de esta situación es que Marcos haya venido con nosotros, sé que su única intención es decir comentarios ofensivos sobre mí de manera discreta para avergonzarme o hacerme quedar como le fascina hacer, pero no pude hacer que no viniera.

─¿No te la encontraste? ─ me pregunta mi madre y la miró confundida.

─¿Estuvo aquí en el restaurante?, ¿cuándo? ─ pregunto confundido.

─Hace ya un par de minutos, por tu tardanza pensé que se habían encontrado ─ comenta mi madre.

─No y qué pena ─ comento ─ pero ya la conoces, ¿pudieron hablar? ─ le pregunto.

─No mucho ella tenía prisa, solo vino porque tenía antojo de una paella ─ me cuenta ella.

─Si me ha dicho que ha tenido muchos antojos de comida española en los últimos días ─ comentó ─ y por esa mala que tienes me parece que no te ha agradado papa ─ comento, ya que su expresión es completamente seria.

¿Qué pretexto le puede encontrar a Alexia?

Es una chica joven, inteligente, de muy buena familia y posición, con estudios,le gusta trabajar, es atenta, divertida, educada, no tiene nada de malo, pero mi padre a todo lo que tiene que ver conmigo siempre tiene un pero.

─No puedo dar una opinión aun sobre la joven, la tratamos por pocos segundos, pero por lo poco que vi es una joven muy madura y educada, algo que tu hermano parece que perdió ─ dice esto último en forma de regaño y yo frunzo el ceño.

─¿Qué hizo? ─ pregunto confundido y con interés, pero después siento un mal presentimiento ─ ¿qué le hiciste a Alexia? ─ le pregunto seriamente.

Maldito imbécil, que le dijiste a mi mujer... no, la madre de mi hijo

La madre de mi hijo

─Fue tu culpa, yo no..─ se intenta excusar él y yo me levanto molesto de la mesa.

─¿Qué mierda le hiciste? ─ le pregunto molesto, aunque no alzó la voz, no olvido donde estamos.

─Dario siéntate ─ me pide mi madre, a ella no le gustan para nada los escándalos y a mi padre tampoco.

─Será mejor que me vaya, que almuercen bien ─ digo y me retiro.

No tengo batería por lo que no puedo llamarla y no creo que sea para nada prudente aparecerme en su trabajo asi como asi, no puedo tomarme un atrevimiento así, tampoco se si ella está ocupada o lo que está haciendo, lo único que puedo hacer por el momento es ir al hotel y cargar mi celular para poder hablar con ella.

Marcos es un jodido imbécil

¿Qué fue lo que le dijo?

Y encima me quiere echar la culpa a mí por el ser un imbécil, no es extraño que él me quería hechar la culpa, él siempre hace eso para que yo sea que termine mal, de cualquier manera en esta ocasión no le salió bien, porque al parecer molesto mucho a nuestro padre y no es para menos.

Alexia es una de las accionistas de la empresa con la que estamos haciendo negocios y todo el mundo sabe que no es bueno meterse con absolutamente nadie de la familia Littmann, porque si te metes con alguno es meterse con todos ellos, lo que menos quieres es tener a esa familia de enemigos.

Alexia

─Que imbécil, ¿cómo lo aguanta Dario? ─ me preguntó Alex, mientras yo tengo la boca llena de paella ─¿cómo lo aguantaste tú? ─ me pregunta ella.

─Paciencia, no sé, quería comer ─ contestó mientras me encojo de hombros.

─¿Y cenarás con ellos esta noche? ─ me pregunta con interés.

─Era la idea, pero no nos hemos puesto muy de acuerdo en eso, digo.

─Es temprano aún por lo que ya se pondrán de acuerdo, de cualquier manera, termina y empezamos ─ me dice ella y asiento de acuerdo.

Después de que termino de comer llega el momento de probar le el vestuario a las modelos y que caminen por la pasarela, queremos asegurarnos de que cada una de las piezas resalte. Cassia llegó un poco más tarde de la cuenta, pero también está aquí y entre las tres nos encargamos de revisar todo.

Cuando ya estamos terminando reviso mi celular y me encuentro con varias llamadas de Dario, no las escuche con todo el alboroto de aquí para alla. Así que lo llamó.

─Princesa, ¿ya terminaste? ─ me pregunta él.

─Sí, ya estamos casi terminando ─ contestó.

─No te estás excediendo mucho, ¿cierto? ─ me pregunta él.

─Claro que no, con mis hermanas verificando que no doy más de 30 pasos seguidos ─ le digo y lo digo en voz alta para que ellas me escuchen y sepan lo molesto que es que ellas me tratan como si estuviera enferma, Alex me saluda y Cassia me hace un corazón con las manos mientras me lanza un beso.

─Es bueno saberlo ─ dice él se escucha aliviado ─ lamento lo que te hizo Marcos, es un imbécil ─ me dice él.

─Si, estoy completamente de acuerdo contigo en que tu hermano es un imbécil, pero tu no y no deberías de estar disculpándote por él ─ le digo.

─Dios quiero partirle la cara ─ se queja él.

─No lo hagas, no vale la pena ─ le digo ─ eres mejor que él no te rebajes ─ le digo y después no se escucha nada ─ ¿hola?, ¿estás ahí? ─ le pregunto y verificó que no se ha cortado la llamada y no aún sigue, pero no lo escucho.

─Señorita necesitamos que verifique esto ─ me dice uno de los que se encarga de las luces, mis hermanas están ocupadas con otras cosas.

─Si me escuchas, seguimos hablando después, o mejor envíame un mensaje revisando si cenaremos esta noche y la hora ─ le digo y cuelgo sin esperar respuesta de su parte.

Por una hora más seguimos atendiendo todos los detalles, queremos que la mayoría de todo esté solucionado hoy y mañana tener un poquito de paz y lo que falte solo sea mínimo. Camino a mi departamento revisando mis mensajes y Dario me dice que nos veamos a las ocho, sí me parece bien y le digo que sí.

Mientras me alisto para la cena me doy cuenta de algo importante, necesito ropa, todos los pantalones me quedan muy apretados, quería estar cómoda y me siento más cómoda cuando llevo pantalón, pero todos me aprietan mucho, así que no me queda de otra que ponerme un vestido.

─Alex ya me voy ─ le aviso está en la cocina.

─Ok, si el hermano de Dario sigue de idiota, dale una bofetada de mi parte ─ me dice ella, sacando una botella y copas le voy a preguntar él porque cuando las puertas del asesor se abren y veo a Caref.

─Lo tendré pendiente, que tengan buena velada ─ les deseo a ambos ─ que cuando regrese no se estén metiendo mano en la sala ─ le advierto a ambos ─ Caref, ¿qué te paso en la cara? ─ le preguntó al verlo un poco más de cerca, tiene un corte en la mejilla izquierda.

─¿Qué?, ¿dónde? ─ pregunta mi hermana apresurada hacia nosotros para verlo.

─Bebe, ¿qué te pasó? ─ le pregunta ella preocupada.

─No fue nada ─ le dice él.

─¿Cómo que nada?, ven ─ le dice ella tomándolo de la mano, llevándolo escaleras arriba, estarán bien.

Veamos qué nos depara esta cena

Alexia LitmanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora