Capítulo 38. Cerrar la puerta.

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Ten🧻, es probable que lo necesites

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Ten🧻, es probable que lo necesites.

Tom.

- Es una niña -dijo Tom viendo a la pantalla.

Tendría una niña. La emoción se expandía en mi corazón, estaba demasiado feliz. Tendría una pequeña princesa.

Salimos después de un par de minutos, para ser sincero, me había vuelto un poco más cariñoso con Caet, en lo que podía la consentida, su vientre se notaba ya un poco y... el instinto paternal estaba ahí, ha sido un proceso asombroso. Aun espero poder sentir como patea y con el tiempo poder tenerla en mis brazos.

Imaginaba como serían sus ojitos, sus manitas, sus bracitos, me moría de ternura al pensar en eso.

Isabella.

-Es un niño -habló Tae emocionado con la boca un tanto llena

Y sonreí al ver su expresión.

Si soy sincera desde que supimos que estábamos esperando un bebé, imaginamos que sería un niño.

Dentro del consultorio lloré de la emoción, como últimamente lo hago, es que el simple hecho de imaginar lo que sería, el príncipe de nuestras vidas me llenaba el corazón de felicidad.

Tae me abrazó con ternura, ahora solo falta decirle a la familia.

También preparé una sorpresa, sobres con la respuesta, los mezclé y cada quién sacaría uno, hasta que en uno de ellos esté escrito lo que será.

El primer sobre lo sacó Danny, en blanco, el segundo mi abuelo, en blanco, el tercero mi papá, en blanco.

-Ay Isabella ya dinos rápido -dijo mi hermana un tanto cansada de tanta espera.

-Ten paciencia ratón.

El cuarto mi abuela, en blanco.

-Ya sé... Tae no podrá quedarse en silencio -dijo Danny

-No voy a decirte nada -fingió colocar un cierre en su boca.

-Me desespero gato, ya dinoooos -todos rieron.

Hasta que Maribel abrió su sobre.

-Es niño... -habló bajito antes de continuar -Será un niño -la emoción se desbordaba en todos.

-Quería que sea niña -dijo Danny encogiéndose de hombros -pero también niño, así que... ¿cómo se llamará mi sobrino? -sonrió y se acercó a darme un abrazo.

-Aun lo estamos pensando -respondió Tae.

El tiempo pasa muy rápido, en aquella caja quedaba el peluche que Tom me dio, a veces solo quisiera odiarlo, tal vez y odiarlo borraría por completo el dolor.

Olvidarlo sería imposible, son tantos lo recuerdo que dejó en mi corazón que decidí quedarme con los buenos, y ese era uno de los buenos. De ese día en que preguntó si quería ser su novia, aquel día que fue mágico y especial.

Solutions with Champagne (Tom Hiddleston)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora