|𝘚𝘦𝘨𝘶𝘯𝘥𝘢 𝘛𝘦𝘮𝘱𝘰𝘳𝘢𝘥𝘢| de ''Champagne Problems''.
Se que cometí errores, no soy la mejor persona, pero realmente te amo.
Así es, aun te amo.
Los años podrán pasar, pero tu recuerdo sigue aquí, tus risas, tu aroma, tu sonrisa, sigue a...
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Ten uno de estos🧻, por si acaso.
Tom.
Yo...
No la detuve.
La había lastimado más de lo que me imaginaba, y no se lo merecía, ella jamás mereció esa versión de mí, se merecía el cielo y la tierra.
No volvería a molestarla. Era una promesa.
La vi salir por la puerta y caminar muy rápido, se acabó, todo se acabó. Llegó a su fin.
Isabella.
Todo se veía borroso, mis lágrimas no me dejaban ver bien por donde caminaba, no sabía a donde ir, lo pensé demasiado.
Mis ojos estaban hinchados y mi maquillaje todo corrido, Tae había llamado, fue a verme al trabajo, pero yo no estaba.
Su mensaje de preocupación hizo que tomara mi decisión. Respondí que iba en camino.
Y un ''necesitamos hablar''
Necesitaba hacerlo, yo debía hablar y ser sincera con él. Al final del día, la verdad siempre sale a la luz.
Fui a mi departamento.
No caminé, no podía darme el gusto de afectarme aún más, era consciente de que había un pequeño ser creciendo dentro de mí, así que tomé un taxi y en cuestión de minutos llegué.
-Cerecita ¿estás bien? -habló ni bien me vio entrar a casa.
Solo negué con la cabeza. Y lo abracé.
Tae-Oh
No entendía porque Isabella lloraba, pero la abracé hasta que se tranquilizó.
La dejé sentada en el sofá y fui por un vaso con agua a la cocina. Sabía que de algo debíamos hablar y si soy sincero, sentía un poco de miedo.
Isa se tranquilizó, traía los ojos hinchados y rojos.
Me recordó a cuando la conocí.
Flashback.
Entré al salón e Isa no llegaba aun, así que guardé un asiento para ella, nos habíamos vuelto amigos y si soy sincero desde el día uno había sentido algo por ella.
Su forma de ser, muy tranquila, pero con unos ojos tristes.
Tardó en llegar. Y era algo extraño, no entendía el motivo de su tardanza hasta que la puerta del salón se abrió.
Traía puesta un suéter negro bastante ancho, cubriendo gran parte de ella.
Hice un tipo de señal para que notara que había un asiento libre acá y ella entendió a la perfección.
Fue cuando la vi, con los ojos hinchados y rojos, así que tomé un pedazo de papel y escribí '' ¿Estás bien?'', deslicé la hoja hasta su lado y la tomó, escribió sobre ella y me la entregó.
