|𝘚𝘦𝘨𝘶𝘯𝘥𝘢 𝘛𝘦𝘮𝘱𝘰𝘳𝘢𝘥𝘢| de ''Champagne Problems''.
Se que cometí errores, no soy la mejor persona, pero realmente te amo.
Así es, aun te amo.
Los años podrán pasar, pero tu recuerdo sigue aquí, tus risas, tu aroma, tu sonrisa, sigue a...
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Tom.
Pero no era correcto, había aprendido a solucionar las cosas de la mejor manera, antes hubiese sido capaz de todo, pero ahora la frase ''si es para ti volverá'' se hacía real.
Encendí mi coche y fui directo a mi turno, había ya dejado a mi hijo en el colegio y la verdad ese pensamiento había rondado en mi cabeza desde que desperté de aquella pesadilla.
Pero ¿Qué significaba? ¿Qué tenía que ver todo eso?
Así pasó mi día, demasiada tranquilidad para mí, en cuestión de trabajo como tal.
Estaba en mi oficina y un flashback se apoderó de mis pensamientos, nuestro primer encuentro. Y en realidad desde el segundo en que la vi en el Medianoche llamó mi atención, en mis planes jamás había estado la idea de que todo esto sucedería.
Solo sería una más.
Los días pasaron, y juro que la pesadilla se repetía cada noche, algo me quería decir mi subconsciente, algo para lo cual no creo estar preparado.
Isabella.
Rich me había dado el día libre, y Tae había salido al trabajo, no sin antes dejar preparando comida y con la orden de que descansara.
Eso hice o bueno, no suelo ser de las personas que se quedan sin hacer nada, en el departamento aun teníamos varias cajas sin abrir y sin ubicar en sus lugares. Así que para salir del aburrimiento las comencé a abrir.
Había ropa que ya no usaba, un par de libros y... lo que pensé que había dejado en Miami.
Recuerdos... recuerdos que... al final del día aun dolían.
Volví a cerrar esa caja y guardarla en el fondo del armario.
Así que salí de casa, fui a ver a mis abuelos, preferí estar ahí con ellos y olvidarme de todo.
10 de diciembre.
Las calles comenzaban a llenarse de nieve, el frío se sentía en el ambiente, Tae hizo de mi cumpleaños un día especial. Mi familia unida en casa de mis abuelos.
-Felices cumpleaños Isabella -me dije a mi misma al soplar aquella vela.
No tengo ni la menor idea el motivo de aquel recuerdo presente en mi cabeza. Aquel único cumpleaños que pasé junto a Tom.
Aquel anillo que me regalo y que dejé en su casa, solo era un recuerdo, tengo muy presente cada uno de los detalles del anillo. Era único, y se sentía especial para mí.
Pero debía dejar el pasado ahí, en donde debe estar. El pasado.
Tom.
Era diez de diciembre, el cumpleaños de Isabella.
- ¿Y si le envió flores? -cuestioné.
- ¿Crees que esté bien hacerlo? -preguntó de regreso.
