Capítulo 40. El momento - Pt. 1

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Septiembre

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Septiembre.

Isabella

-Pon tu mano aquí -le dije a Tae y tomé su mano para colocarla sobre mi vientre.

-Está... está moviéndose -habló feliz -hasta que al fin lo puedo sentir -soltó una risita.

Mi bebé se había movido por primera vez como hace un mes, pero hasta ese momento Tae no había podido sentirlo.

-Mi pequeño príncipe yo te amo mucho -habló con una voz muy tierna Tae mientras acariciaba mi pancita.

Verlo así me llenaba de ternura, nuestro bebé tenía ya treinta semanas, siete meses y medio.

Cada vez faltaba menos para que nazca, y eso me llenaba de emoción, pero un poco de miedo también.

Tom.

Mi hija se movía mucho, en Caet había eso de que cada vez que se movía me avisaba y sentir en mi mano esas pataditas era maravilloso para mí.

Cuando le dije a Harvey que tendría una hermanita sus ojos se llenaron de lágrimas.

Octubre.

Caet comenzó a tener contracciones; tenía treinta y cinco semanas, aún faltaba un mes para cumplir el tiempo.

Pero, en estos casos, era un milagro que mi bebé no haya nacido antes.

La llevé al hospital y ese día mi hija nació.

05 de Octubre.

Se llamaba Charlotte, quería que sea así, y Caet no se opuso, ella sabía mis motivos.

Y propuso el nombre Miranda, lo recordé, Isabella se llamaba así.

No me opuse, le quedaba perfecto a mi hija.

Estuvo en la termo cuna por un día, mientras Caet se recuperaba yo fui a verla.

Era... era aún pequeña, pero el médico dijo que todo estaba perfecto.

-Hola mi amor -hablé mientras la miraba a través del cristal -ya al fin estás aquí.

A medida que observaba a mi pequeña Charlotte en la termo cuna, sentí una oleada de emociones abrumadoras recorriendo mi ser. Su pequeña mano envolviendo mi dedo, eso me llenó de una ternura indescriptible, y su presencia en mi vida hizo darme cuenta de lo mucho que ya la amaba.

Charlotte era el regalo más preciado que la vida me había dado, y estaba decidido a hacer todo lo posible para protegerla y cuidarla. Me prometí a mí mismo ser el mejor padre que pudiera ser, estar siempre presente para ella y ayudarla a crecer. Darle todo el amor que yo no pude tener.

Después de pasar algún tiempo con mi hija en la unidad de cuidados intensivos neonatales, finalmente fue dada de alta y pudimos llevarla a casa. Caet estaba emocionada de tener a nuestra pequeña en casa, y juntos nos sumergimos en la alegría y el desafío de ser padres primerizos.

Solutions with Champagne (Tom Hiddleston)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora