|𝘚𝘦𝘨𝘶𝘯𝘥𝘢 𝘛𝘦𝘮𝘱𝘰𝘳𝘢𝘥𝘢| de ''Champagne Problems''.
Se que cometí errores, no soy la mejor persona, pero realmente te amo.
Así es, aun te amo.
Los años podrán pasar, pero tu recuerdo sigue aquí, tus risas, tu aroma, tu sonrisa, sigue a...
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Tom.
Esa noche fue una tortura para mí, después de que mi hijo y Mary se fueron, la soledad de nuevo se sentía de rincón a rincón en casa.
No dormí, con eso ya es decirlo todo.
Vi salir el sol del día lunes y no tenía ánimos de levantarme, di muchas vueltas en la cama, y así se pasaron las horas hasta que el teléfono de casa sonó y mis acciones se repetían.
Sonó aquel tono clásico de la contestadora.
-PAPAAAAAAÁ -gritó mi pequeño -LEVANTATEEEEE, VAMOS A COMEEEEEEEEER -soltó una risita ya que Mary lo regañó, risa que me contagió y provocó que sonreirá, levanté el teléfono y hablé.
-Hola campeón -solté un aligera risita.
-En diez minutos estamos en tu casa pa, alístate para ir a comer -dijo seguido de yo hablar.
-Campeón pensaba comer en casa y... -interrumpió.
-Dice mi mami que te diga que no importa, que quiere que te levantes y vengas con nosotros.
-Está bien campeón, como tú y tu mamá ordenen -reí.
-Oky doky pa, nos vemos-aquel oky doky, lo decía mi Isa, solté una ligera sonrisa y mi hijo colgó.
Me recordó a ella y las veces que solía responderme así, me fue imposible no llorar, que falta me hace.
Así fue, ese día y los siguientes almorcé con ellos y pasamos hasta tarde juntos, ayudé a mi hijo a hacer tareas, le enseñé cada rincón de la casa, y me acompañó a presentar mi solicitud de vacaciones, necesitaba un buen tiempo para recuperarme. De verdad lo necesitaba y pasar con mi hijo era lo mejor que podía hacer. Debía estar bien por él, por ella y por mí.
Habían pasado los días, Harvey se quedó a dormir en casa sábado y domingo, fuimos al cine a ver una película, fui a dejarlo en casa y Mary me invitó a cenar con ellos, entre risas y las ocurrencias de mi hijo el dolor se iba de mí. Desaparecía.
Era lunes de nuevo y había quedado en ir a retirar de la escuela a mi niño, eso hice.
La verdad Caet ha llamado y si respondí de nuevo, le dije que todo estaba bien, le conté que mi hijo está pasando tiempo conmigo y eso me ayuda bastante. Quiso que nos veamos, pero siendo sincero yo no quiero hacerlo, sé que hay algo que me ayuda a desahogarme de todo, pero eso, hizo que pierda a mi gatita, haberme callado todo y haberle fallado.
Ella no merecía que le fallará, es una gran mujer, amable, respetuosa, educada, amorosa, ella lo es todo para mí, si, tal vez y ya no esté conmigo y tal vez y no regresé, pero siempre será mi todo, y yo toqué fondo, yo no era bueno para ella, sabía lo que podía hacerle, lastimarla y herirla, y eso hice, lo volví a hacer y me arrepentía de todo. Porque todo fue mi culpa, solo yo y yo tenía la culpa de todo.
Caetlyn.
Tom me ha evitado muchísimo, hemos hablado, pero el día que fui a su casa y lo vi ahí en el suelo me devastó, como decirle que es mi todo y que lo quiero todo con él, que me arrepentía de lo que hice, pero que por lo menos ella ya no estaba.
En un inicio Isabella fue esa mujer con la que yo quería que mi mejor amigo esté, pero los celos me invadían y... solo lo llamaba porque necesitaba estar cerca él, ella me lo estaba robando, no nos veíamos tanto como antes y eso me hacía falta.
Aun así, yo quería que sus situaciones estuvieran bien, pero Tom... conozco como es él y aproveche todo eso.
Yo vi el rostro de Isa ese día, vi como sus ojos se humedecieron, vi quebrarse su corazón y no fui capaz de hacer nada, y según yo imaginaba que las cosas cambiarían, que Tom buscaría refugio en mí, pero no fue así, todo lo que traté de hacer fue en vano, y no quiero que las cosas sean así, quiero ayudarlo, pero no quiere verme.
De verdad quiero ser yo quien lo haga feliz, quiero ser yo.
Isabella.
Días rutinarios, llenando mi cuaderno con apuntes y garabatos cuando me perdía en mis pensamientos, llegar al departamento era... horrible, estar sola.
Esto lo hago por mi mamá, por ella, por mí y... por él. Porque, a pesar de todo, él hizo que esté aquí, sean cual sean las circunstancias que hayan pasado, él hizo que mi viaje sea pronto.
Tocaron la puerta y sequé mis lágrimas, la verdad, no conozco a nadie, más que al guardia que me ve entrar y salir del edificio todos los días.
Ahí estaba de nuevo, la misma chica que si mal no recuerdo se llama Lidy, lo primero que vi fue su sonrisa.
-Hola -soltó una risita -acabamos de preparar esto -estiró sus manos con un recipiente -espero sea de tu agrado -seguía sonriendo y de verdad eso fue contagioso.
-No debían molestarse -sonreí con timidez.
-No, no, para nada es una molestia -dijo muy amablemente.
-Muchas gracias -sonreí de nuevo -te devolveré el recipiente.
-Sabes donde vivimos -dio vuelta sobre sus talones y la vi caminar a la puerta de al lado.
Cerré la puerta y fui hasta la cocina, lo destapé y era pasta con espinacas y mucha crema blanca, di el primer bocado y juro que estaba delicioso, en todo el día solo había comido un sándwich y un jugo de caja, nada más.
Terminé, lo lavé y estaba por salir de casa, cuando me sentí mareada, me sostuve de la pared y sentí mis piernas temblar, así que me senté en el suelo, el aire se hizo muy espeso y me costó respirar por un par de minutos.
La cabeza comenzó a dolerme demasiado, mis manos estaban heladas al igual que mis pies, me sentía realmente mal, respiré profundo muchas veces, la verdad, esto se ha vuelto frecuente, pero no así de fuerte, tal vez y pasaron quince minutos, me puse de pie y me sentía fatigada, así que dejé el reciente sobre la encimera y fui a acostarme.
