Capítulo 13. I'm better?

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Julio

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Julio.

Tom.

Era miércoles, había ya pasado el tiempo y estaba ya en el consultorio de la doctora Maturana, llevó un mes con antidepresivos y la verdad tomarlo ha hecho que en cierto punto deje de pensar en ella y me mantenga tranquilo, como en un trance, he vuelto al trabajo y muchas veces me han dado ataques de ansiedad. Darlyn sigue aquí y sigue siendo mi compañera, no sabe con exactitud qué es lo que sucede conmigo, pero ha estado al pendiente de mí.

La primera pregunta de la doctora Agustina fue sobre Harvey.

-Tom, ¿Qué tal te fue con el asunto de tu hijo? -preguntó.

-Todo salió muy bien -sonreí.

-Me alegro por ti -respondió.

Antes de comenzar, preguntó si me he sentido mejor tomando los antidepresivos, y como me he sentido. Todo ese asunto iba bien.

-Mencionaste que también los problemas con Isabella fueron a causa de una de tus exparejas -habló - ¿Dónde la conociste y por qué terminaron?

Se lo conté todo, lo que sucedió, lo que hizo y lo que hice.

-Mi mamá la adoraba o la adora hasta ahora -dije al final.

-No hemos hablado de tu mamá ni de tu familia -aclaró.

-No tuve la mejor familia -respondió -mi mamá era una mamá ausente, mi papá estaba en casa, pero no éramos tan unidos y... Charlotte -suspiré y me quedé callado.

- ¿Tu hermana? -preguntó.

-Si, mi hermana -respondí.

- ¿Y qué pasó con ella? -preguntó.

Fue lo más difícil para mí, hablar de mi princesa lo era, y de mis ojos se derramaba cada lagrima, así que solo cerré mis ojos, recordando cada detalle de su rostro.

-Aun no la dejas ir -afirmó Agustina.

-No, no puedo, era lo más importante para mí -hablé nostálgico.

-No voy a pedirte que lo hagas ahora, pero llegará el momento -respondió.

No hablamos más allá, hicimos un ejercicio de respiración y me pidió que distrajera mi mente más de lo que hago, que vuelva a salir a correr y ejercitarme de nuevo.

Salí pensando muchas cosas, aun debo encontrar las soluciones y sé que están dentro de mí.

Días después.

Mañana era el cumpleaños de mi hijo, tenía ya listo sus regalos y he vuelto a salir a correr, traté de dejar los antidepresivos, pero aún no puedo hacerlo, la noche que lo intenté, comencé a temblar y solo llorar, estaba solo, no tenía a nadie quien me ayudé en ese momento. Me quedé dormido llorando, extrañando a mi Isabella.

10 de julio.

Era el día, junto a Mary coordinamos todos y lo que haríamos después de que mi niño saliera de clases, así fue.

Fue una celebración muy bonita, ver a mi hijo sonreí, cumplía once años y al fin después de tanto puede celebrar junto a él, la vida con mi niño me estaba premiado, al menos así era feliz.

Comimos pastel, festejamos con sus amigos más cercanos, Seb y Caet... Caet desde la cena no ha llamado, sé que estaba molesta, la conozco bien como para poder descifrar a la perfección su lenguaje corporal.

La noche de su cumpleaños se quedó conmigo, y las veces que lo hace está al pendiente que tomé mi medicación. Sin duda, es el mejor.

Mi hijo lo era, era mi motivación para continuar.

Isabella.

El tiempo seguía pasando, estaba a semanas de terminar mi primer semestre, formé una bonita amistad con mis vecinas, Lidy y Adri, la verdad invitarlas a cenar a casa se volvió nuestro momento de chicas, me siento mucho más relajada, más tranquila, Tae siempre está conmigo, tuve mi chequeo con la doctora de la clínica del instituto y dijo que estaba progresando.

Mi peso iba subiendo, tenía mejores niveles de hemoglobina, ya no estaba en riesgo por la anemia, todo iba mejorando.

Menos en las noches, cuando ya decidía ir a dormir y mi mente reproducía imágenes de sus ojos, su sonrisa, sus labios, todo y odiaba aquello. Comenzaba a preguntarme ¿de verdad estoy mejor? Con las mismas cosas pasando en las noches ¿estoy mejor?

Lo dudaba, pero, los cambios no se dan de la noche a la mañana, hay que trabajar, de a poco se consiguen las cosas.

En un inicio pensé que saldría mal en mis calificaciones y mi rendimiento académico, pero me estaba esforzando, dando lo mejor de mí.

-Dijiste que en casa te dicen ¿rayito? -preguntó Tae.

-Sip, para papá y antes para mamá era su rayito de sol, así que si, ese apodo me lo pusieron y créeme, toda mi familia me dice así, menos mi hermana.

- ¿Y ella como te dice? -preguntó.

-Gato, los tenemos en conjunto, ella ratón. yo gato, porque en un tiempo fuimos así, y papá lo dijo -reí -cuando mi hermana empezaba con sus berrinches yo trataba de controlarlos y discutíamos, discusiones de niñas, entonces papá decía que somo como el gato y el ratón, no pueden vivir juntos, pero tampoco separados -sonreí un poco nostálgica.

-Yo quiero ponerte un apodo -habló y sonrió.

La verdad, no lo quería, o bueno, no del todo, porque fuera de Tom fue el único que lo hizo.

- ¿Cuál me pondrías?

-Se que te gustan un motón las cerezas, entonces ¿Por qué no ponerte cerecita?

La verdad, me agradaba la idea. Nadie me llama así y... que mejor que sea él.

-Cerecita... -suspiré -me gusta -sonreí y seguimos nuestro camino hasta llegar al salón de clases. 



Ya fue Tom a su cita. 🥺

El cumpleaños de Harvey ya llegó, happy happy happyyyy. 🥳

Uyyy Tae ya le puso apodo jiji. 🥴

¿Qué opinan? 🤔

Espero les haya gustado el capítulo de hoy. 💖

Muchas gracias por leer, comentar y votar. 💗

Ya saben que las amo. 🥂❤️

Solutions with Champagne (Tom Hiddleston)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora