Capítulo 3

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¿Qué hago?

Es la pregunta que ronda por mi cabeza desde que Wendy me invitó a la fiesta que se celebra en el mismo suelo que estoy pisando ahora mismo. La verdad es que no es mala idea. Subo a la habitación 134 y abro la puerta. Está vacía y me siento en la cama. Saco el móvil y marco el número de Jules que como de costumbre tarda en cogerlo.

-¿Amy?_ pregunta ahogando un sollozo

-¿Jules? ¿Qué pasa? ¿Estás llorando?

-Amelia son muchas preguntas_ dice riendo y yo también sonrío. En ese momento se abre la puerta de la habitación. Es Alex y lo saludo con la mano. Se tumba en su cama y me mira mientras sigo hablando con mi hermano

-¿Qué pasa Jules?_ pregunto  poniéndome seria de nuevo

-Nada Amy, lo de siempre_ dice quitándose importancia, me lo imagino sacudiendo la mano como hace siempre_ Papá y mamá me obligan a hacer lo que ellos creen que es lo correcto. Pero joder, no se dan cuenta de que a mi eso no me gusta joder.

-Deja de decir tacos pequeño cavernícola_ le riño_ Jules tienes que saber que solo intentan que hagas lo mejor, lo que ellos creen que es lo mejor

-Amy, ni siquiera me dejan salir con Mónica_ solloza

-¿Le has pedido salir?_ pregunto interesada

-No, no, como se te ocurre_ me dice, dejando de sollozar_ Mamá me ha dicho que ni se me ocurra tener novia hasta que acabe de estudiar y le he dicho que ella no manda en mi vida...

-¡Jules!_ grito riendo y veo que Alex me mira con interés

-Es verdad jo_ resopla teatralmente_ Es mejor que me vaya, como me pille aquí me va a caer una buena

-Adiós pequeño cavernícola.

-Adiós señorita Amelia.

Y colgamos. Necesitaba hablar con mi hermano. Aunque me cueste admitirlo, echo de menos al pequeño Jules. Veo como Alex juega con una pelota de tenis y como ha dejado de mirarme como si no hubiese estado escuchando toda la conversación. Resoplo y me levanto.

-¿Era tu novio?_ me pregunta, sin interés, mientras sigue lanzando la pelota arriba y abajo

-No,_ niego con la cabeza tumbándome también en la cama_ mi hermano.

-Ah

-¿Vas a la fiesta?_ pregunto sin saber por qué

-Sí, ¿y tú?-

-No pensaba ir pero me ha invitado tu amiga_ digo y de repente recuerdo que le tenía que decir algo_ Oye, Wendy me ha dicho que la llames que necesita hablar contigo

-Que se vaya a la mierda_ dice tranquilamente y sigue jugando con la pelota de tenis_ ¿Cómo la has conocido?

-Estaba en la biblioteca leyendo y vino a decirme que te dijera eso_ le cuento, encogiendo los hombros y me pongo boca arriba en la cama_ Y ahí fue cuando me invitó a la fiesta

-No te fíes mucho de ella_ me aconseja mirándome fijamente

-¿Por qué?_ pregunto confundida

-No sé decirte, pero no es tan buena como la gente cree

-Lo que tú digas_ digo sonriendo_ Es casi la hora. Me voy

-Espera_ me dice, y se levanta de la cama_ Te acompaño

-Vale

Diez minutos después ya estamos abajo. No entiendo por qué me ha pedido que lo espere cuando no hemos cruzado palabra desde que hemos salido de la habitación. Veo el pelo castaño de Wendy y cuando nos ve sonríe. Rápidamente desaparece la sonrisa. Justo cuando ve que voy con Alex frunce el ceño pero no le presto demasiada atención a este detalle.

-Hola_ saludo tímida mirando alrededor

-Hola Amy_ me saluda la chica y me tiende un vaso lleno de algo_ ¿Quieres?

-No, no bebe_ responde Alex por mi

-¿Y tú como sabes que no bebo?_ le pregunto confundida

-Intuición.

-Ah

-Toma, por lo menos haz como que bebes_ me dice otra chica de pelo rubio y ojos azules. Es guapa, pero lleva demasiado maquillaje para mi gusto. Entonces recuerdo que ni siquiera me he cambiado. ¡Bah! Da igual, tampoco es para tanto._ Me llamo Loreen

Sonrío débilmente y me giro buscando a Alex. No está. Lo busco con la mirada y lo veo un poco más allá con unos chicos que me miran de forma rara. También hay una chica de estatura media, pelirroja y de ojos verdes. La chica al ver que estoy mirando lo coge de la cintura y Alex no se molesta en apartarla. ¿Será su novia? Quizás. Bueno pues que les vaya bien.

-¿Vienes a bailar?_ pregunta Loreen, como Wendy no contesta y ambas me miran a mí, supongo que se dirige a mí

-No gracias_ digo rechazando su propuesta mientras miro el vaso que me han dado hace un rato_ He tenido un día largo y ni siquiera sé por qué he venido.

-Está bien, búscanos en la pista si quieres algo.

Se van y me quedo sola. No conozco a nadie a parte de Wendy, Loreen y Alex y ninguno de los tres se molesta en quedarse conmigo. Suelto el vaso en la barra y veo una mano que lo coge enseguida. Es un chico un poco más mayor que yo, con un piercing en el labio que le estropea un poco el rostro. Si pudiera quitarle ese objeto, se lo quitaría ahora mismo. Seguro que sería mucho más guapo. Pero, ¿en qué estoy pensando? 

-No te molesta que me beba la bebida que has dejado, ¿verdad?_ me pregunta, dando un gran sorbo al vaso

-Supongo que no_ digo encogiendo los hombros

-Vale._ dice acabando la bebida_ Me llamo Ethan_ dice alargando la mano

-Amy_ contesto aceptando su ofrecimiento y sonrío_ ¿Vives aquí?

-No, no_ niega riendo_ yo no estoy en ninguna universidad. 

-Ah

-¿Quieres otra?_ pregunta riendo, llamando al camarero para pedir dos de vodka_ Me he bebido la tuya deja que te compense 

-No, no bebe_ dice Alex entrando en escena y colocándose al lado de Ethan

-Anda, una pena_ se mofa Ethan cogiendo los vasos para él

-Pues no, no bebo_ respondo yo cuando veo que las mejillas del chico se van tornando rojas_ y mejor me voy

-No preciosa, no te vayas

-Ethan, estás borracho._ le recuerdo poniendo los ojos en blanco y mirando a Alex que busca algo o a alguien con la mirada, parece que lo encuentra porque se despide y se va, dejándome de nuevo sola

-¿Y? Seguro que te gusto

-No._ con eso me voy, me voy a mi habitación, decidiendo que es mejor desaparecer de aquí.

Llegando a la habitación 133 se oye una discusión y decido escuchar. Es la voz de Alex. Pero no reconozco la otra voz. 

-Vete a la mierda_ brama Alex y se escucha un golpe, probablemente le haya dado a la pared.

-Me voy si yo quiero, ¿no?_ es la voz de una chica_ No te vas a deshacer de mí Alex, no después de todo. Adiós.

Decido entrar en mi habitación rápidamente y tumbarme como si no hubiese oído nada. Como si no hubiese oído como antes de llegar a la puerta han gritado mi nombre. 

CambiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora