Capítulo 42

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Amy

-Alex... Me encanta_ exclamo sorprendida mirando alrededor.

-¿Sí?_ se revuelve un poco el pelo y se acerca a mí lentamente.

-¿Cuando lo has hecho?

No puedo dejar de mirar todo. Desde la cama con pétalos hasta algunos globos con forma de corazón enganchados a la ventana. Doy algunos pasos hasta llegar a la cama y veo que los pétalos forman un corazón y en el centro hay una rosa roja. Alargo la mano para cogerla y me la acerco a la cara aspirando su aroma.

-Cuando estabas en el spa_ contesta sonriendo_ ¿Te gusta?

-Me encanta Alex_ confieso sin poder dejar de mirar alrededor.

-Tengo helado también_ señala una pequeña mesita de la esquina y me acerco allí_. Lo han traído hace unos cinco minutos para que no se derrita.

-Lo has pensado todo, ¿eh?_ esbozo una sonrisa y cojo la copa de helado en la que hay dibujada con caramelo la palabra "love". Sonrío y me meto en la boca una cucharada. Fresa. Riquísimo.

-Aún no ha acabado esto_ dice sonriendo_. Pero primero acabemos el helado.

Me siento en la pequeña silla que Alex retira para mí y me apresuro a comerme el helado. Veo que mi chico está muy tranquilo y noto que mi corazón se acelera un poco más. Siempre me pasa lo mismo cuando estoy con él, o cuando tan sólo me manda un mensaje de texto al móvil. Él es especial. Siempre lo fue. Cuanto me alegro de que mi madre no hablase con el rector y de que este año no fuese la "enchufada".

-¿Sabes que te quiero?_ pregunto cuando me acabo la última cucharada de helado.

-Yo te quiero más_ se levanta y se acerca a mí para darme un beso_ Eres una princesa y toda princesa merece esto_ se agacha hasta quedar a mi altura y sin que yo me lo espere me alza en sus brazos hasta conseguir cogerme. En esa postura avanzamos hasta la cama y me dejo tumbar_ ¿Sabes algo que siempre quise hacer?

-A ver, ¿qué?_ pregunto sonriendo un poco.

-Na-nada

-¿Cómo que nada?_ me intento incorporar un poco, pero mi chico no me deja por lo que prosigo en la misma postura.

-Anda, calla_ acerca sus carnosos labios a los míos y me besa apasionadamente, cada vez con más fuerza. Llega un momento en que se incorpora un poco y me mira dubitativo. Mi pequeña cabeza empieza a dar vueltas, preguntándose por qué me mira así. No tengo que hacerlo durante mucho tiempo, ya que a los pocos segundos veo que sus ojos brillan como nunca los había visto brillar y me ayuda a quitarme la ropa.

...

Seis horas más tarde...

Alex

Me levanto de la cama sin hacer el más mínimo ruido. Hace horas que Amy se quedó dormida, pero yo no he podido. Me he empeñado por activa y por pasiva en que todo esto saliera perfecto... Pero, ¿y ahora qué? Después de estos meses mi chica y yo hemos... hecho el amor. Ha sido perfecto. ¡Dios! ¿Perfecto? Perfecto no. Superior. Ha sido superior, sí. Busco entre mis cosas mi móvil y salgo disimuladamente de la habitación. Una llamada perdida. Marco algunos números y me acerco el aparato a la oreja.

-¿Tía?_ pregunto cuando oigo ruido.

-¡Alex! Al fin, te he estado llamando.

-Sí, ya lo sé... Estaba ocupado_ respondo mirando hacia la puerta de la habitación.

-Bueno, voy al grano Alex, la cosa es que ya tienes plaza en la Complutense de aquí de Madrid.

-¿De verdad?_ pregunto esbozando una tímida sonrisa, aunque a la vez algo se rompe en mi interior.

-Sí Alex, tu sueño se hará realidad. Madrid te espera cariño.



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