Amy
-Venga niño, déjame la Nintendo un rato_ le pide Alex al niño rubio de al lado. Antes, cuando empezó a hablar con mi novio oí que se llama Christian y que iba a ir a ver a sus tíos.
-Que no pesado_ murmura dándole a los botones de la consola_. ¡Mierda! He muerto por tu culpa_ se queja dejando a un lado la Nintendo.
-¿Me la dejas ahora?
-Que no.
-Pues no te doy galletas_ le chantajea Alex y saca una del paquete, mostrándosela a Christian que al final accede.
-Tómala_ le dice dándole la consola y Alex le da la galleta de chocolate de Príncipe Estrella.
-Gracias crío.
-Eh, que no soy un crío_ le dice Chiristian dándole un golpe en el brazo.
-Vale, vale_ dice mi chico que empieza a buscar juegos. Se apoya en el asiento y yo pongo mi cabeza en su hombro. Solo queda media hora más o menos para que lleguemos, iremos a un hotel y alquilaremos un habitación para esta noche, para cuando volvamos del concierto. ¡El concierto! ¡Ay mi madre! ¡Que hoy veo a R5! Ojalá pudiese decírselo a Jules, pero eso supondría que mi madre me llame más tarde y no quiero hablar con ella. Está claro que le cae mal Alex. Es buen chico, aunque a veces es un poco retorcido y grosero, pero es bueno, sobretodo conmigo_ ¡Hala! _ exclama dando un bote en su asiento_ ¡Que me han matado!_ ante esa exclamación no puedo evitar reír y los dos chicos me miran estupefactos.
-¿De qué te ríes?_ sonríe Alex y le devuelve la DS al niño.
-De ti_ digo riendo.
-Eh, que ese nivel es muy difícil listilla_ dice sonriendo él también.
-Sí claro, habrá que verlo_ murmuro recostándome en mi asiento.
-Intentalo tú lista_ me reta mi novio y Christian mira interesado, me tiende la consola y veo que se le dibuja una sonrisilla de suficiencia.
-Trae_ exclamo incorporándome. Se la quito al niño de las manos y la observo. Es igual que la de Jules y a decir verdad he jugado varias veces con él. No es tan difícil_ ¿Qué pasa si gano?_ pregunto intentando hacer una apuesta.
-Mmm_ piensa Alex sonriendo_. ¡Ya sé! Si pierdes te llevo a mi casa a cenar en Noche Vieja y si ganas te llevo donde tú quieras.
-¿Qué te hace pensar que ir a cenar a tu casa sería algo malo?_ pregunto enarcando una ceja.
-Nadie ha dicho que sea algo malo_ responde guiñando un ojo.Me doy cuenta de que estamos haciendo una especie de juego y no sé si quiero ganar o perder. Sacudo la cabeza y me concentro en la DS. Mario Bros empieza a correr y veo un champiñón que viene hacia mí, es fácil... Salto y... Sigo adelante, ¡bien! Los chicos se miran y sonríen, ¡putos chicos! Yo sigo a mi rollo y salto dos veces seguidas para llegar a una pequeña rampa. Viene una tortuga verde con una mancha roja y creo recordar que solo hay que pasar por encima de ella. Le doy a saltar pero no salta, ¿qué?, ¿por qué? La tortuga llega a mí y me mata.
-¡No ha saltado!_ exclamo olvidándome de toda la gente que hay alrededor_ ¡Se ha quedado pillada!
-Que mal perder_ comenta Alex y Christian se ríe y me quita la consola.
-¿Ves como no es tan fácil?_ dice el niño y sonríe.
-Es culpa de tu Nintendo que se queda pillada_ murmuro y le doy un suave golpe a Alex cuando ríe.
-No le eches la culpa a la maquina de lo que hace quien la usa_ menciona Alex enarcando una ceja.
-Iros a la mierda_ murmuro y miro por la ventanilla para que no me vean sonreír.
-¡Eh! Que tengo siete años_ exclama Christian levantando los brazos.
-Con más razón, ve y así aprendes el camino_ digo riendo."Señoras y señores el avión con destino a Manhattan está a punto de aterrizar. Abrochense el cinturón y no se lo quiten hasta el aviso, no se olviden de coger el equipaje, gracias."
La voz de la azafata amplificada por un micrófono se apaga y yo me abrocho el pequeño cinturón al igual que Alex y Christian. A los cinco minutos ya hemos aterrizado y la voz suena otra vez avisando que ya podemos bajar. Me despido del niño antes de coger mi bolso y veo que Alex le da su número de teléfono. Sonrío al verlo darle un papel escrito y lo espero dos asientos más adelante. Al momento se coloca a mi lado y me hace un gesto con la cabeza para que siga por el pasillo. Bajamos del avión y la azafata nos da las gracias por haber elegido esa compañía.
Media hora más tarde hemos salido del aeropuerto y nos hemos subido a un taxi. El conductor es un hombre de avanzada edad que supongo que estará a punto de jubilarse. Nos pregunta el destino al que queremos ir y Alex le dice que a algún hotel cercano a la North Peck Avenue.
-¿Vais a ver R5?_ nos pregunta con acento francés.
-Sí._ responde Alex secamente, claramente molesto de que este hombre entable conversación con nosotros.
-Era demasiado obvio_ comenta girando en una calle_ Ya vamos a llegar.
Resulta no estar tan lejos como pensábamos. Podríamos haber venido caminando sin ningún problema. Bueno, posiblemente nos habríamos perdido por el camino, pero dicen que preguntando se va a Roma. Aunque si lo piensas, Roma está lejos de Manhattan. Sacudo la cabeza para desechar esos pensamientos y el hombre para el coche justo en un Hotel con un cartel que indica su nombre: Dage's. Salgo del coche después de Alex y pagamos la mitad cada uno. A decir verdad por muy corto que ha sido el camino, ha costado caro.
-Dage's._ lee Alex mirando la fachada del edificio_ Pinta bien, ¿no?
-Sí_ asiento y entramos. Hay una pequeña recepción a la derecha y una mujer de unos cuarenta años con un vestido rojo que le tapa las rodillas atiende una llamada de teléfono y anota algo en un cuaderno. Al fondo hay un ascensor y abunda el color rojo. Nosotros vamos directamente a la recepción y la mujer nos hace un gesto de espera con la mano y sigue discutiendo con alguien sobre el dinero y la duración de la estancia.-Bien, ¿qué desean?_ pregunta colgando el teléfono.
-Una habitación para esta noche_ indica Alex mirando a la mujer que coge un bolígrafo Bic azul.
-Está bien_ asiente y busca un hueco_, la 350 está libre y tiene una cama grande_ añade mirándonos alternativamente y sonríe.
-Con esa nos quedamos_ comento yo y Alex asiente.
-Tomen_ busca en un pequeño mueble y nos tiende una pequeña llave dorada que coge Alex.
-¿Cuando pagamos?
-Cuando quieran.Alex saca su cartera y paga la cantidad que le dice la mujer de rojo. Esta anota nuestros nombres en el cuaderno y nos invita a pasar al ascensor. Lo hacemos y en cuanto pulsamos la tercera planta, perdemos de vista la recepción. Parece un hotel lujoso y no hago más que admirar el cristal a modo de espejo que nos rodea, ni Alex ni yo hablamos. No es un silencio incómodo, sino más bien un silencio pensativo. Llegamos al fin a la habitación 350, Alex introduce la llave dorada y la gira.
-Entra amor_ me invita a pasar con la mano. Yo le hago caso y me quedo boquiabierta al ver la habitación. No es demasiado lujosa pero está perfectamente decorada con un estilo moderno. Parece ser que la recepcionista ha pillado nuestro estilo a la perfección_. ¿Te gusta?
-Me encanta.
-Voy a ducharme preciosa, en tres horas empieza el concierto.

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Cambios
RomanceAmy es una chica de universidad, de aspecto perfecto. Alex es un chico grosero y antipático al que nadie conoce lo suficiente como para darse cuenta de que no es como parece. Ambos esconden secretos, un pasado oscuro. ¿Quieres descubrirlos? Acompáña...