Alex
Son las doce de la noche pasadas cuando llegamos al hotel. Esta vez no está la tía a la que le gustaba el rojo, sino un hombre de mediana edad con entradas que viste un traje con botonadura color dorado. En cuanto nos vio llegar se dirigió a nosotros para que le mostrásemos nuestros DNI para así comprobar que teníamos habitación. Un poco exagerado todo creo, pero supongo que es lo normal en un hotel así. Nos sonríe cuando comprueba que somos Amelia Johnson y Alexandro Watson, y nos desea buenas noches cuando subimos al ascensor. No se me ha pasado que ha mirado a mi novia más veces de la cuenta pero creo que debería controlarme un poco. De repente aflora a mis pensamientos que aún no le he contado nada de mi pasado y se me hace un nudo en el estómago, preferiría no contarlo, pero creo que es necesario. Tengo miedo de que se vaya cuando lo sepa, pero joder, ella me contó lo suyo y confió en mí. Yo tengo que hacer lo mismo.
-¿En qué piensas?_ pregunta mi chica irrumpiendo en mis pensamientos.
-En que estás increíblemente guapa nena_ le digo dejando que se alejen mis pensamientos anteriores y que se instalen en mi mente todas sus curvas, desde la de su cuerpo hasta la de su sonrisa.
-Tú no te quedas corto cariño_ me dice y se acerca a mí. En ese momento el ascensor se abre y tras la puerta espera una pareja con un niño pequeño. Amy se sonroja y le agarro la mano para salir. Me sigue rápidamente y le sonrío secamente a la pareja que acaba de entrar en el ascensor. Nuestra habitación está casi al final del pasillo. Al fin la veo y saco la llave dorada que guardaba en el bolsillo del pantalón.-El concierto ha estado súper bien_ comenta Amy nada más entrar y se sienta en el sofá a quitarse los tacones. Tienen pinta de doler y me siento junto a ella.
-Túmbate y pon tus pies en mis piernas_ le indico moviendo las manos.
-¿Qué?_ pregunta asombrada_ ¿Me vas a hacer un masaje en los pies?_ añade tapándose la boca para que no la vea reír.
-No te rías y haz lo que te digo.
-Vale_ me dice sin parar de reír. En cuanto pone los pies a mi alcance se los cojo con suavidad y empiezo a hacer ese masaje que tanto me pedía mi madre que le hiciera. Dibujo círculos con el pulgar por todo el pie y veo como descansa poco a poco.
-Se lo solía hacer a mi madre antes de venirme a Los Ángeles_ comento sin parar de hacer círculos.
-Háblame de tu familia_ me pide Amy en voz baja.
-¿Para qué?
-Me has ganado la apuesta, me dijiste que si perdía me llevarías a tu casa en Noche Vieja_ me acuerdo de la apuesta y sonrío.
-Es verdad, te la debo_ y empiezo a frotar mis manos suavemente con sus pies_ Tengo dos hermanas gemelas de ocho años, se llaman Daniella y Mary. Vivo con ellas y con mi madre.
-¿Y tu padre?_ pregunta curiosa.
-Murió.
-Oh, lo siento_ murmura incorporándose y se apoya en mi hombro.
-No te preocupes._ le digo sonriendo_ Hace ya mucho de eso, tenía 14 años y fue algo muy duro para mí..._ me apoyo un poco en Amy y ella me estrecha la mano un poco_ Ya hablaremos de esto otro día.
-Como quieras amor_ me susurra y me da un beso en la comisura de los labios_ Es tarde, ¿nos vamos a dormir?
-¿A dormir?_ pregunto con una sonrisilla.
-Sí_ susurra sin mucha convicción_ Pero por ahora, me voy a duchar.Entra en el baño con el pijama del otro día en las manos. Me levanto automáticamente y me cojo unos boxers limpios. Me coloco tras la puerta y respiro hondo.
-¿QUÉ HACES?_ grita Amy tapándose con la toalla rápidamente. He alcanzado a ver un poco y se me acelera el pulso en todo el cuerpo. Esta chica me puede.
-Yo también tengo que ducharme_ digo enarcando una ceja.
-Pues espera a que acabe_ me dice alejándose un poco.
-Es muy tarde y tengo sueño.
-¿Y qué propones entonces?_ susurra mirándose al único espejo del baño.
-Duchémonos juntos_ propongo. A continuación me levanto y me despojo de la camiseta y los vaqueros. Solo me quedan los boxers pero por ahora dejémoslos ahí.
-Estás loco_ comenta ella riendo.
-¿Por qué?_ pregunto inocente y me tiro de la cinturilla de los boxers_ Somos novios.
-¿Por qué siempre me propones cosas raras y me haces pensar que no son raras?_ pregunta ella con los brazos en jarras y sonriendo.
-Porque tengo razón_ y encojo los hombros.
-No sé.
-Venga nena_ le digo y me bajo los boxers. Ella aparta la mirada rápidamente y se gira con la cara tapada.
-Eres un guarro_ me dice sin destaparse el rostro.
-Pero te gusto_ le susurro al oído_. Va nena, no te voy a hacer nada.
-Está bien, pero prohibido mirar... Y tocar_ dice y me indica que entre en la ducha.
-Acepto, pero no te aseguro que no vaya a mirar_ y abro el grifo de la ducha. El agua sale fría y me aparto un poco.
-Eres un idiota_ oigo como se quita la toalla y la pone en el lavabo. Me meto bajo la alcachofa justo cuando Amy entra en la ducha e intento no mirarla para que no se sienta incómoda.
-¿Puedo mirarte?_ pregunto masajeándome el pelo.
-Sí_ me sorprende muchísimo esa afirmación y me giro a verla.
-Joder nena_ susurro cuando la veo. Mi chica me sonríe un poco y se encoje intentando taparse_ No, no te tapes, ven_ añado y la coloco delante de mí. Atrapo la manopla y el gel y empiezo a frotarle la espalda....
Alex
Salgo de la ducha vestido solo con los boxers y dejo allí la camiseta que llevaba puesta antes. La adrenalina recorre mi cuerpo tras la ducha. Ha estado bien, ¿qué digo bien? Ha sido fantástica, sublime. Y pensar que cuando la conocí pensaba que era una chica estirada y que nunca podría llevarme bien con alguien como ella. Aún recuerdo aquella vez que fue al centro comercial y la hice enfadar antes de ir. Después me aparecí allí con el pretexto de que había sido por casualidad, pero la había seguido con mi coche. Me tumbo en la cama y cruzo los brazos por detrás de mi cabeza. Recuerdo su cara de miedo cuando golpeé a aquel chico que la quería besar y también recuerdo como me lo agradeció después. La puerta se abre y entra Amy con mi camiseta y unas bragas. Está muy sexi y doy un golpecito en la cama para que se tumbe conmigo. Lo hace, apoya su cabeza en mi pecho y yo le hundo mi cabeza en su pelo.
-Ha estado bien, ¿no?_ susurro en su oreja y noto como se estremece.
-Ha sido increíble_ me confiesa acercándose más a mí.
-Imagina lo que te podría hacer si me dejaras_ le susurro y le doy un beso en el cuello, seguido de otro_, o lo que tú me podrías hacer_ y le lamo suavemente la clavícula, ella pone sus manos en mi torso y me mira a los ojos_. Lo que podríamos hacernos el uno al otro, lo que podríamos hacer juntos_ introduzco mi mano por debajo de mi camiseta y se me antoja colocarlas justo en su estómago. Empiezo a masajearselo con el pulgar y noto como se tensa ligeramente. Le gusta, sé que le gusta.
-Sigue_ me pide cuando saco la mano_, por favor.
-¿Quieres que siga?_ pregunto atónito y noto como la adrenalina me recorre.
-Sí_ me pide, y veo como se le dilatan las pupilas.
-No te voy a hacer nada nena_ sentecio y la acurruco junto a mi cuerpo. La abrazo por detrás y noto como se relaja poco a poco.
-¿Por qué?_ pregunta confusa.
-No es el momento._ no es el momento y no me la quiero tirar antes de contarle mi pasado. No quiero que se arrepienta de nada. No podemos hacer nada aún.
-Buenas noches entonces_ me dice.
-Buenas noches_ y le doy un beso en la parte de atrás de la cabeza.
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Cambios
RomanceAmy es una chica de universidad, de aspecto perfecto. Alex es un chico grosero y antipático al que nadie conoce lo suficiente como para darse cuenta de que no es como parece. Ambos esconden secretos, un pasado oscuro. ¿Quieres descubrirlos? Acompáña...